Fue una mañana solemne en el Parlamento, donde el rey Felipe VI inauguraba por primera vez una legislatura. Los diputados de Unidos Podemos ya adviertieron antes de que comenzaran los actos que su objetivo era ignorar a la familia real. Y así lo hicieron casi todos.
Cuando el monarca finalizó su discurso, donde recordó a las nuevas fuerzas políticas la necesidad de continuar con el diálogo permanente, los diputados y senadores se pusieron en pie y aplaudieron calurosamente durante unos minutos al monarca. Todos excepto los diputados y senadores de Unidos Podemos, PNV y la antigua Convergència. En la tribuna de invitados, un gesto sobresalía sobre el resto: la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se ponía en pie y arropaba calurosamente al jefe del Estado. Minutos después, fue la única afín a la formación morada que hizo el pasamanos ante los reyes.
Los diputados y senadores compartieron escaños para escuchar con atención las palabras de Felipe VI. En cuanto los ujieres cambiaron el atril y el monarca tomó la palabra, el senador navarro de Unidos Podemos, Iñaki Bernal, desplegaba una bandera republicana que no guardó hasta que finalizó el discurso. El parlamentario se sentaba en la última fila del Parlamento, pero en el centro del hemiciclo. La reina Letizia veía claramente la bandera cada vez que fijaba la mirada hacia sus señorías.
La camiseta de Diego Cañamero
Entre los diputados y senadores que no se sienten representados con la Monarquía, cada uno se reivindicó ante el rey a su manera. Los diputados de Unidos Podemos, por ejemplo, se pusieron en pie cuando llegaron los reyes al Hemiciclo, pero no les aplaudieron en ningún momento. Por su parte, el andaluz Diego Cañamero (con una camiseta que se leía "yo no voté a ningún rey") y los diputados de Izquierda Unida optaron por ni siquiera levantarse de sus escaños para recibir a la familia real.
Los dos miembros de Unidos Podemos que están sentados en la Mesa del Congreso han tenido un protagonismo inusual en un acto de este tipo. Previamente, desde su grupo parlamentario aseguraban que no estarían presentes durante el saludo que los reyes y sus hijas han dado a los presidentes del Congreso, Ana Pastor, y del Senado, Pío García Escudero, y los miembros de las Mesas. Pero finalmente se dejaron ver por las escalinatas de la Puerta de los Leones y saludaron a la familia real al completo. Cuando el rey finalizó su discurso, los dos se pusieron en pie pero no aplaudieron, en un gesto que desde se entendió como "su manera de reivindicarse".
Las princesas, protagonistas
Era la segunda vez que las princesas Leonor y Sofía acudían a un acto en el Congreso, pero no por ser repetitivo fue menos especial para ellas, que no quitaban ojo a todo lo que sucedía en el acto. Las dos hermanas aplaudieron cuando la presidenta del Congreso ofrecía unas palabras como preámbulo al discurso oficial de Felipe VI. La reina Letizia les corrigió inmediatamente y las niñas cruzaron rápido los brazos hasta que su madre les hacía un gesto con la cabeza que entendían como que ese era el momento del aplauso. Las dos se mantuvieron rectas durante la hora que duró el acto en el Hemiciclo y observaban meticulosamente todos los detalles de la Cámara, aunque no hicieron ningún comentario entre ellas hasta que no abandonaron el Parlamento.
En el besamanos posterior, una única senadora hizo reverencia ante los reyes: la valenciana Rita Barberá, a la que no se le vio cerca de ningún compañero del Grupo Parlamentario Popular. En la tribuna de invitados estaban los presidentes de Madrid (Cristina Cifuentes), de Cantabria (Miguel Ángel Revilla), el asturiano Javier fernández, el de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el riojano José Ignacio Ceniceros.