Vaqueros, deportivas y chupa de cuero. Un escenario improvisado en un pueblecito de la cuenca minera de Asturias. Afiliados, sindicatos. Pedro Sánchez sigue de campaña y, rodeado de 'soldados' -no pidió siquiera a los diputados del 'no' a Rajoy que le acompañaran-, ya carga contra la Gestora.
Como el verbo de moda es coser, decía el ex secretario general, "digamos que la mejor aguja y el mejor hilo para el PSOE son los militantes, y no los cuatro que deciden metidos en un despacho". Un dardo al órgano provisional que lidera Javier Fenández, precisamente presidente del Gobierno asturiano. En su segunda parada de campaña -la primera fue en Xirivella (Valencia) hace quince días-, Sánchez volvió a pedir la celebración urgente de un Congreso para "devolver al partido una dirección legítima". De momento, Fernández no ha fijado una fecha y se prevé que lo haga el Comité Federal el próximo mes de enero.
La contraprogramación de Zapatero
Por la mañana, en un adelanto por la izquierda, José Luis Rodríguez Zapatero contraprogramó la gira de Sánchez con un mitin en León. El expresidente, cercano a Susana Díaz y partidario del PSOE transversal y abstencionista que hizo presidente a Rajoy, no quiso aludir a las divisiones internas y tiró de filosofía con razonamientos como: "El socialismo es el tránsito entre la nostalgia y la esperanza".
En contraposición, horas más tarde y ante un cielo de nubes negras, Sánchez 'vendió' a los asistentes su PSOE "más a la izquierda y frente a los poderes económicos". "El retraso del Congreso sólo beneficia a Rajoy", desafió. Quiso mostrarse transparente y acusó "a los de los despachos" de ganar tiempo para preparar estrategias y candidaturas en la oscuridad. Unas palabras que contrastan con lo dicho por el portavoz de la Gestora, Mario Jiménez, la semana pasada: "Centramos nuestros esfuerzos en deshacer el daño del PP. Si hay otro que está más orientado a lo personal...".
La Gestora habla de "pinchazo"
Mientras los sanchistas presumían del éxito del acto, en la Gestora hablaban de "pinchazo": "Se fletaron autobuses desde Madrid y Galicia para evitar el fracaso. Incluso algunos gratuitos. Al final no se vio el apoyo del sindicato minero". Así se expresaba el entorno del órgano provisional acerca de los "550 asistentes" al escenario de San Martín del rey Aurelio, una localidad de 17.000 habitantes: "El sindicato tiene más de 4.000 afiliados y no se les vio".
Con tono electoral, Sánchez abordó la "lucha de las pensiones", las dificultades de la tercera edad, la violencia de género, el federalismo, la minería... "¡En mi PSOE no sobra nadie!", gritó un par de veces.
"No dijo nada nuevo"
"No dio dijo nada nuevo y lo que iba a ser un acto de masas terminó convirtiéndose en algo más pequeño que la concentración de Valencia", criticaban en la Gestora. Precisamente, la novedad fue el endurecimiento del discurso contra los de Fernández.
Dos meses y medio después de su salida de la secretaría general del PSOE, Pedro Sánchez ya ha dado dos mitines de campaña encaminados a la reconquista del que fue su puesto. Para ello, ha vuelto a coger el coche. Tal y como hizo en las primarias que le ganó a Eduardo Madina. Aunque en aquellos comicios los asturianos se decantaron por el diputado vasco.