El asesino de los GAL que deseaba inmolarse por Alá: “Estoy dispuesto a lo que sea”
Fernández Aceña se radicalizó tras salir de la cárcel, llegó a hablar árabe, recibía tratamiento psiquiátrico y tenía brotes de agresividad.
14 diciembre, 2016 03:29Noticias relacionadas
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“Estoy dispuesto a lo que sea”. La frase emitida por Daniel Fernández Aceña activó todas las alertas del Servicio de Información de la Guardia Civil, que llevaba meses siguiendo los pasos de este ex mercenario de los GAL reconvertido a yihadista. Esta declaración de intenciones -vertida en uno de los foros islamistas de Internet de los que era asiduo- fue interpretada por los expertos de la lucha antiterrorista como una señal inequívoca de que había llegado la hora de actuar contra él. Así se precipitó la detención este martes de este individuo, condenado a 29 años de cárcel en 1984 por su implicación en el terrorismo de Estado.
Según informan a EL ESPAÑOL fuentes de la investigación fue precisamente su pasado lo que llevó al Instituto Armado a actuar con rapidez: se trata de un caso típico de autoradicalización yihadista, pero con la peligrosidad añadida de que el sospechoso ya sabe lo que es planificar un asesinato, usar un arma o moverse con discreción. A eso hay que unirle que este detenido había sido tratado por problemas psiquiátricos, tanto en prisión como fuera de ella, y tenía brotes de agresividad. Estas características hacían de él un elemento imprevisible, más si se tiene en cuenta que en otras ocasiones había manifestado su fijación por atentar contra zonas de medios de transporte.
Fernández Aceña fue condenado por el asesinato del ferroviario francés Jean Pierre Leiba en Hendaya. Fue asesinado de un disparo al corazón. También fueron detenidos por estos hechos Juan Luis García, Vicente Manuel Sánchez y Mariano Moraleda Muñoz, este último con numerosos antecedentes penales por robo y atraco a mano armada en la provincia de Guipúzcoa. Según dijeron entonces, la operación iba dirigida contra dos refugiados vascos que estaban en Hendaya y que caminaban por delante del ferroviario fallecido.
Los investigadores se centran ahora en determinar el momento exacto en el que se inició la conversión de Fernández Aceña al islamismo radical, aunque se inclinan por un autoadoctrinamiento paulino y sostenido en el tiempo. Consta a partir de las pesquisas realizadas y por referencias a terceras personas que realizaba el propio investigado que tras su salida de prisión ha viajado a países como Afganistán, Siria o Palestina, aunque se espera a que la toma de declaración del detenido especifique los motivos de esos desplazamientos. No consta que el arrestado tuviese ninguna conexión directa con ningún grupo yihadista que le pudiera dar una indicaciones concretas.
Formación en el Islam
Las fuentes consultadas descartan, eso sí, que su radicalización se produjera en prisión. Según precisan, no constan antecedentes en ese sentido. El caso es tan atípico que los investigadores no le dieron especial credibilidad a las primeras informaciones que les llegaron advirtiendo de su radicalización al islamismo más radical hace ahora un año aproximadamente. Son varias las investigaciones en torno a radicales conversos, pero esta era una relación especialmente excéntrica. No obstante, cuando empezaron a indagar, comprobaron que su adoctrinamiento era total hasta el punto de que había aprendido a hablar árabe de manera fluida y se había formado en el Islam.
Sobre el perfil del detenido, los investigadores describen a una persona “absolutamente asocial”, sin relaciones familiares de ningún tipo. Aunque había tenido relaciones sentimentales en el pasado, actualmente no tiene pareja. No tenía ninguna actividad laboral y vivía de algún tipo de subvención, según cree la Guardia Civil, que habla de una persona muy solitaria. Vivía en un piso situado en la calle de La Plata de Segovia con otras dos personas sin ninguna vinculación con sus actividades a favor de la yihad.
En el marco de esta operación se ha llevado a cabo un registro en esa casa en la que apenas llevaba unas semanas viviendo y en un domicilio anterior situado en la localidad de Valsaín en el que había residido anteriormente que presentaban unas condiciones pésimas, según las mismas fuentes. Los agentes se han podido incautar de material informático y varios teléfonos móviles de su propiedad. En la misma localidad segoviana de Valsaín los agentes han trasladado hasta dependencias policiales a una segunda persona para interrogarle sobre Fernández Aceña.
Su pasado en los GAL
Este ex mercenario de los GAL también fue imputado por el asesinato el 24 de julio de 1984 de Juan Carlos García Goena en Hendaya. Este objetor de conciencia que no tenía ninguna relación con ETA subió a su coche y al encenderlo, explotó. Sin embargo, el juicio concluyó 31 años después sin ningún acusado.
Eso sí, durante el proceso, en el año 2000, el mercenario implicó al empresario de Irún Víctor Manuel Navascués en la organización y aseguró que lo había reclutado para trabajar para los GAL. También explicó que le pidieron que proporcionase informaciones sobre los refugiados vascos aprovechando su trabajo en una cooperativa del sur de Francia. El ahora detenido por yihadismo aclaró que sus informaciones fueron trasladadas al cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo pero no sabe qué se hicieron con esos datos.
Pero sobre todo, fue importante sus declaraciones ante el juez Garzón en las implicó al subcomisario de policía José Amedo y a sus superiores en acciones terroristas de la banda, incluyendo el asesinato del dirigente de Herri Batasuna Santiago Brouard. Sin embargo, Fernández Aceña pedía entonces una reinserción para ampliar sus declaraciones sobre el caso.