FAES, la fundación que dirige José María Aznar, ha lanzado este martes en forma de comunicado una enmienda a la totalidad a la nueva política que el Gobierno de Mariano Rajoy ejerce en Cataluña. El expresidente del Gobierno centró todas sus críticas en Soraya Sáenz de Santamaría horas después de que la vicepresidenta asumiera como un error que el PP y el PSOE no se hubieran puesto de acuerdo en el Estatuto catalán de 2006. Una respuesta, según FAES, en la que el PP asume “el relato de sus adversarios políticos”.
La declaración del presidente de honor ha sido recibida en el partido con gran sorpresa. De hecho, en Génova hay quien cree que desde el entorno de Aznar se está alentando la creación de una corriente interna para tratar de construir un discurso alternativo y quién sabe si también un nuevo líder que oponer a Rajoy.
Dos horas después de que FAES hiciera público su análisis, la número dos del Ejecutivo de Mariano Rajoy insistió en su teoría de que en Cataluña populares y socialistas “han acertado cuando han ido de la mano” y “no lo han hecho” cuando “se han distanciado”. Sáenz de Santamaría respondía así en el Senado al expresidente de la Generalitat de Cataluña y senador José Montilla sobre qué iniciativa política propone el Gobierno para encauzar las relaciones con Cataluña.
Las discrepancias
En su intervención, la vicepresidenta aconsejó “no remontarse” al pasado para juzgar qué hizo cada cual. “Podríamos hacernos todos muchos reproches”, añadió. Al abandonar la Cámara Alta no hizo ni una sola mención al aluvión de críticas que le propinó el presidente de honor del partido.
La idea del expresidente del Gobierno acerca de cómo deben actuar el Ejecutivo y el PP en relación al problema nacionalista o a la política económica choca frontalmente con la línea que marca Mariano Rajoy. "Cuando el PNV se abraza al PSOE en el País Vasco se equivoca. El PP creó una alternativa constitucional y esa es la buena dirección. La otra, buscar la satisfacción de los nacionalistas, es una torpeza infinita que debilita España. Y es tan básico como importante", asegura a EL ESPAÑOL un destacado miembro del PP que refrenda las críticas expuestas en el comunicado de FAES.
De hecho, las mismas fuentes que reprochan el cambio de actitud del PP respecto al desafío separatista mantienen que "lo grave son actitudes de cierta falta de perserverancia. Buscar la satisfacción en el nacionalismo te lleva a un proceso destructivo, va en la dirección contraria de lo que algunos hemos aprendido. Y no es una opinión. Es una lección que ha dado la vida", advierten.
La exclusión del PP
Para Aznar y los que avalan su teoría, lo que ocurrió en 2006 no fue que el PP no quisiera negociar con el PSOE, sino que se levantó un muro contra su partido. "Ocurría que el maridaje de izquierda y nacionalistas en Cataluña se había plasmado en un pacto firmado con pompa y solemnidad en el salón del Tinell de la Generalidad. Un pacto que se basaba precisamente en excluir al PP de todo acuerdo", recuerda la nota de FAES.
Otras fuentes del PP que también se alinean con Aznar ven en el nuevo diálogo entre el Ejecutivo y las autoridades catalanas "la desligitimación de la propia fortaleza de tu partido". El error que Santamaría asume como propio porque el PP no se acercó al PSOE en 2006 "cuestiona tu propia historia y el Estado de derecho frente a los que lo desafían. Es un tiro en el pie. Una maniobra equivocada, contraproducente y profundamente ridícula", critican.
Un divorcio anunciado
El divorcio oficial entre la fundación de Aznar y su partido se produjo en octubre. Los problemas económicos por los recortes en las subvenciones oficiales más las dificultades para compatibilizar esas ayudas con la financiación privada fueron el argumento que utilizó el expresidente del Gobierno para romper el vínculo que le unía al PP y poder trabajar libremente.
Los cincuenta patronos -muchos dirigentes del partido- dimitieron en bloque. Unas semanas después, Aznar creó el nuevo organigrama. En lugar de María Dolores de Cospedal nombró como número dos de FAES a Manuel Pizarro. Además, rescató para el nuevo consejo a sus escuderos más fieles que ya no tienen hueco en el marianismo: Eduardo Zaplana, Jaime Mayor Oreja, Ana Palacio, Josep Piqué, Gabriel Elorriaga, Cayetana Álvarez de Toledo, María San Gil, Javier Fernández-Lasquetty o Alberto Ruiz Gallardón son algunos de los patronos que tiene esta FAES ya desvinculada del PP.
Presencia incómoda
El PP todavía no ha invitado oficialmente a su presidente de honor, José María Aznar, para que participe en el congreso que los conservadores celebrarán en Madrid los días 10, 11 y 12 de febrero. El argumento que utilizan en el comité organizador es que aún no se ha enviado ni una sola invitación al cónclave, pero advierten también de que la intensa actividad internacional del expresidente del Gobierno justificaría una más que posible ausencia. Queda claro que, en la actual tesitura, su posible presencia incomodaría más que otra cosa.
Por su parte, desde el círculo más próximo a Aznar mantienen la incógnita de si asistirá al cónclave una vez reciba la invitación, y emplazan a la dirección del partido a que dé el primer paso. Aun así, apuestan por que hay más probabilidades de que no acuda.