Es difícil escuchar a Ninfa. Tras una pancarta que denuncia abusos policiales, varias de sus compañeras claman contra Manuela Carmena cacerola y cucharón en mano a las puertas del Ayuntamiento. Bocinas y ruidos metálicos en la plaza de Cibeles. "Yo soy fulana y tú mengana, hacemos con nuestro cuerpo lo que nos da la gana", gritan decenas de prostitutas del polígono de Villaverde.
Ninfa se enerva cuando le preguntan por los entresijos de la "ley mordaza": "¡Es una excusa, nos multan porque somos putas!". ¿Por qué están aquí? "Sufrimos abusos de la Policía, insultos, vejaciones, nos tiran por el suelo y nos dicen que vayamos a zorrear a nuestro país".
"¡Nos multan porque somos putas!"
Piden la derogación de esta ley y se agarran a la Constitución: "¡Nuestro trabajo no es un delito! Dicen que nos sancionan porque impedimos la circulación, pero nunca se producen accidentes en el polígono", insiste Ninfa, que esta noche ha cambiado Villaverde por la fachada del Ayuntamiento.
Pero, ¿qué Policía abusa de ustedes? "La Nacional, la unidad que patrulla por allí. También protestamos contra la Delegación del Gobierno, pero Carmena debe interceder por nosotras. Se violan los derechos humanos en su término municipal", relata Elisa, portavoz de la asociación Hetaira.
En concreto, piden a la alcaldesa una negociación entre todas las partes para delimitar un espacio en el que puedan desarrollar su trabajo: "Somos conscientes de que molestamos a los vecinos, por eso intentamos colocarnos en las zonas menos frecuentadas".
"Carmena no nos recibe"
Gritan frente al despacho de Carmena porque se sienten abandonadas. Le piden que cumpla sus promesas, que las reciba. "Solicitamos visitarla hace más de un año y sólo hemos podido hablar con algún que otro representante municipal, pero no con ella. Si de verdad hace política del cambio, que nos escuche y deje de repetir lo mismo que Botella y Gallardón", arguyen.
Lo que las machaca, reiteran, es la "ley mordaza", que permite la multa a quien ofrezca o demande servicios sexuales en zonas de tránsito público. "Eso nos condena a la clandestinidad, las trabajadoras del sexo perdemos el poder de negociar". ¿A qué se refiere? "Sacamos el beneficio en la negociación del precio de cada práctica con el cliente. Si tenemos que acordarlo rápido para que no nos pillen, es mucho más difícil".
Tras compartir su testimonio, Ninfa se reintegra en la protesta tras la pancarta roja de letras estridentes que acusa a la Policía de violar sus derechos.