El Juzgado de Menores de Jaén ha condenado a dos menores a permanecer en su domicilio durante ocho y seis fines de semana, respectivamente, además de tener que realizar tareas socioeducativas, por acosar a otro menor al que metieron en un contenedor de basura e hicieron chupar una caca de perro. La jueza ha apreciado que cometieron delitos contra la integridad moral y, en el caso de uno de ellos, revelación de secretos ya que grabó los hechos y los difundió.
El Juzgado considera probado que el pasado día 17 de diciembre de 2015 los dos menores captaron la imagen de la víctima –que presenta una discapacidad del 33%- mientras estaba orinando en un instituto de enseñanza secundaria en que todos ellos cursaban los estudios. Uno de los menores difundió el vídeo "con intención de vejar a la víctima".
El 26 de diciembre de 2015 los dos condenados se pusieron de acuerdo con otros escolares (que no han sido juzgados debido a que son menores de 14 años) para coger a la víctima por los pies e introducirla en un contenedor de basura donde también lo grabaron. Además, al salir del basurero le obligaron a chupar una deposición de perro y, nuevamente, le volvieron a grabar. Los vídeos fueron mostrados a terceras personas.
En la sentencia se impone la medida de tareas socioeducativas para ambos menores durante un año y seis meses para uno de ellos y un año para el otro. Tendrá que acudir a un taller de educación en valores y a refuerzo escolar. La sentencia considera que “son medidas aptas para ellos pues son proporcionadas a los hechos (ya que de ser mayores de edad se les podría imponer hasta dos años de prisión) y adecuadas en atención a la finalidad reeducativa de la ley”, pues con el taller de educación en valores se trata de trasladar a los menores un “esquema de valores apropiado a su edad para contribuir a su desarrollo personal asentando firmemente valores como la empatía, el respeto a los demás o la participación integradora en una sociedad compuesta por personas con diferentes capacidades, sentimientos o habilidades”.
También se les impone la medida de fines de semana de permanencia en domicilio -en el caso de un menor ocho fines de semana y del otro menor, seis- para que reflexionen “sobre su conducta y eviten espacios de ocio propensos a la realización de la conducta objeto de condena”.
Finalmente se establece su condena como responsables civiles considerando que se trata de hechos que por su propia naturaleza atentan contra la integridad moral, que fueron objeto de difusión y considerando la minusvalía que padece la víctima que le resta fortaleza a la hora de enfrentarse a este tipo de situaciones así como la circunstancia objetiva de que la víctima ha tenido que cambiar de centro educativo. Se fija una indemnización por lesiones de 750 euros y por daños morales de 5000 euros con distinto reparto para los menores porque uno de ellos además de ser considerado autor del acoso también difundió los vídeos.