El depósito de armas incautado a la banda terrorista ETA el pasado viernes en el País Vasco francés contenía dos granadas, 29 armas cortas, 9 fusiles de asalto, 12 metralletas y gran cantidad de explosivos, según el inventario provisional, indicaron a Efe fuentes judiciales.
El análisis del arsenal encontrado en un caserío de Louhossoa, cerca de la frontera con España, está todavía en curso por parte de la policía científica francesa, precisaron las fuentes, que señalaron que, por el momento, no está previsto efectuar nuevos registros.
También se han inventariado ya varios detonadores y material para la fabricación de explosivos, como polvo de aluminio, además de temporizadores y unas 3.000 municiones.
Hasta ahora no se ha podido establecer el origen de esas armas, a diferencia de lo que sucedió con el último gran depósito incautado a ETA el pasado 12 de octubre, que pronto se comprobó que procedía del robo de pistolas que la banda había hecho diez años atrás en la fábrica de armas Sidam en la localidad francesa de Vauvert.
Los detenidos serán interrogados este lunes en París
Por otro lado, los cinco detenidos en la operación permanecen en dependencias policiales de Bayona pero serán trasladados este lunes a París, donde serán interrogados por la Fiscalía Antiterrorista, responsable de la investigación, señalaron las fuentes.
La detención provisional puede durar hasta 96 horas en este tipo de casos antes de que los detenidos sean presentados ante un juez para su eventual imputación.
La Fiscalía Antiterrorista de París había abierto una investigación preliminar por asociación de malhechores con fines terroristas e infracción a la legislación de tenencia de armas y explosivos.
Los detenidos son el expresidente de la Cámara Agraria del País Vasco francés Michel Berhocoirigoin; el dirigente del movimiento 'Bizi!' Jean-Noël Etcheverry ('Txetx'); el militante Michel Bergougnian, conocido viticultor de la región; la periodista de medios 'abertzales' Beatrice Molle, y el cámara independiente Stéphane Etchegaray.
Berhocoirigoin y Etcheverry, junto con el presidente de honor de la Liga francesa de Derechos Humanos, Michel Tubiana, que no se encontraba en el lugar de los hechos, firmaron un manifiesto en favor de obrar por el desarme del arsenal que conserva ETA, para lo que iban a inutilizar un primer cargamento correspondiente al 15 % de lo que todavía conserva la banda terrorista.
En ese contexto sitúan la presencia de los dos primeros en el caserío de Louhossoa, lo que llevó a Tubiana a asegurar que las autoridades habían interrumpido la operación que obraba en favor del desarme de la banda terrorista ETA, que renunció a la violencia en octubre de 2011.
Para pedir su liberación, una manifestación congregó el sábado en Bayona a 2.000 personas, según la policía, y el doble según los organizadores, que calificaron a los detenidos como "artesanos de la paz" sin implicación con ETA.
Una versión que contrasta con la dada por el ministro francés del Interior, Bruno Le Roux, que consideró que la operación, llevada a cabo de forma conjunta con la Guardia Civil española, supuso un nuevo "duro golpe" a ETA.
Le Roux afirmó que "nadie" está legitimado para destruir armas de ETA, sobre todo porque pueden constituir pruebas para la resolución de "actos graves, incluso atentados".