Cada una de las campanadas que repican en la madrileña puerta del Sol para dar paso al nuevo año derruyen cada uno de los anhelos de futuro de los integrantes del último cuartel militar de Huesca. El coloso “Sancho Ramírez” cierra sus puertas para siempre, tras la decisión inquebrantable del Ministerio de Defensa y la baldía lucha durante dos años de diversos movimientos sociales, económicos y políticos.
El nuevo año ilustra un horizonte de esperanza, de ilusión y de objetivos para millones de españoles. Sin embargo, la plataforma más reivindicativa en contra del cierre del cuartel “Sancho Ramírez” -aglutinada por militares, familiares y proveedores del cuartel- deja un recado a la clase política y especialmente a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.
“Hemos recibido el apoyo de todos los partidos políticos, sí, ¿pero ha servido?, ¿qué peso real tienen los políticos aragoneses en Madrid?, y para ser más exactos...¿a qué juega el PP de Aragón? ¿Una Ministra de Defensa, y a la vez Secretaria General de su partido, no es capaz de paralizar esto? Si hubiera habido voluntad real, sí lo hubiera parado. Estamos decepcionados con la clase política ya que, algunos por protocolo y otros porque les gustan mucho los despachos, unos por otros, el cuartel cierra desahuciando a más de 250 familias”, apunta duramente la portavoz de la plataforma contra el cierre del cuartel, Patricia Novo, en declaraciones a EL ESPAÑOL.
UNA PLATAFORMA QUE GANARÍA LA ALCALDÍA
La decisión del desmantelamiento del último cuartel militar de Huesca fue ratificada hace casi dos años por el Ministerio de Defensa, que por aquel entonces gestionaba Pedro Morenés. La noticia salió a la luz tras una pregunta parlamentaria del PSOE en el Congreso de los Diputados, y en la que el exministro Morenés explicó el “plan de reorganización y redistribución de unidades” diseñado por Defensa. Un movimiento perpetrado por el Ministerio para reestructurar la plantilla militar con criterios de sostenibilidad económica por toda España.
Pese a la firme decisión ministerial, en Huesca se alzó la voz de más de 400 afectados en torno a la “Plataforma de afectados por el cierre del cuartel Sancho Ramírez”. En la plataforma estaban integrados todos los afectados: personal del Ejército, familiares, personal civil del cuartel, proveedores, comerciantes y hosteleros. Un grito que buscó el consuelo –y la bendición– de los actores políticos capaces de cambiar la decisión ministerial. Y así fue: la plataforma consiguió promover declaraciones institucionales en contra del cierre de todas y cada una de las instituciones oscenses, desde la Diputación de Huesca, el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Huesca e incluso la Comarca de la Hoya de Huesca, entre otras.
La plataforma se lanzó a la calle con el lema “Piensa en tu ciudad, no al cierre del cuartel”. Una campaña promovida durante dos meses que aglutinó más de 13.000 firmas –en una ciudad de 52.239 habitantes según datos de 2015– y que consiguió movilizar a todos los partidos políticos de la capital del Pirineo.
Patricia Novo, portavoz de la plataforma, atiende a EL ESPAÑOL a pocas horas del cierre definitivo del cuartel “Sancho Ramírez”. Novo, después de dos años luchando para evitar el cierre, se muestra apenada por los falsos compromisos de los representantes políticos. “Fuimos capaces de conseguir más de 13.000 firmas en dos meses, un hito en la ciudad de Huesca. Si se tradujera en votos, serían más apoyos que los que consiguió la exalcaldesa Ana Alós (PP) en su mayoría absoluta de 2011”.
“EL EJERCITO NO ESTÁ EN FUNCIONES”
La reivindicación social por el mantenimiento del cuartel “Sancho Ramírez” se instauró durante el año 2015, pero sin duda, el año 2016 fue el momento de su implantación social en toda la ciudad. Una marea ciudadana que empapeló todos los comercios, colegios y fachadas con el lema de la plataforma. De la movilización se hicieron eco los partidos políticos para reivindicar la proclama de la plataforma, especialmente en un año de “eterna” campaña electoral.
Durante el compás de la campaña electoral de diciembre del 2015 a la constitución definitiva de un gobierno después de las elecciones del 26-J, se produjeron numerosos actos para reivindicar la negativa al cierre del cuartel. “Todos los partidos nos apoyaban, sin excepción, durante el periodo electoral”, explica la portavoz de la plataforma. Aun así, Patricia Novo subraya: “El Gobierno estaba en funciones y nos explicaban que no podía tomar este tipo de medidas, pero el Ejercito no está en funciones nunca y seguía cumpliendo el desmantelamiento del cuartel sin dilación”.
Gonzalo Palacín, diputado socialista en el Congreso de los Diputados, fue el parlamentario que presentó por dos veces una PNL (proposición no de ley) en la Comisión de Defensa del Congreso instando a que se mantenga en funcionamiento el cuartel. El diputado del PSOE atiende a EL ESPAÑOL con cierta crispación por el inevitable cierre. “Es un planteamiento político, no hay números claros desde el punto de vista técnico para el cierre. Entendemos desde el PSOE que no se puede tener bajo criterios económicos determinadas cuestiones, y el cierre del “Sancho Ramírez” es una perdida importante en un territorio que pierde población cada año”, explica el diputado socialista.
Desde la plataforma, en un reciente comunicado, critican duramente a la clase política pero especialmente al papel del PP en Aragón. La exalcaldesa popular de Huesca, Ana Alós, mantuvo sucesivas reuniones con el exministro Morenés para evitar el cierre. Desde las filas populares, argumentaban que pese a la posición política del PP de evitar el cierre, “el ministro no era del Partido Popular y poco se podía hacer”.
LA MINISTRA “GENERAL” DEL PP QUE NO EVITA EL CIERRE
La exalcaldesa de Huesca y actual portavoz adjunta en el Congreso de los Diputados atiende a este diario para repasar las actuaciones políticas que no han podido evitar el cierre del cuartel oscense. Alós se muestra “apenada” por la decisión del Ministerio pero reconoce que “ha sido imposible cambiar de opinión en un proceso abierto que llevaba el Ejército. Cuando la Ministra Cospedal intentó pararlo, ya era tarde. No tenía margen de maniobra”.
Sin embargo, la plataforma de afectados por el cierre no comparte la opinión de los populares. “El problema es que no ha habido voluntad política real y la decisión siempre fue política, y desde hace meses, tuvo la opción encima de la mesa la Ministra y Secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal”.
Fuentes del Ministerio de Defensa afirman a este diario que “el cierre del cuartel Sancho Ramírez fue anunciado en un plan de reorganización y redistribución de unidades y su desmantelamiento era inevitable”. Defensa no ha dado marcha atrás, y desde hace meses se ha ido paulatinamente desmantelando el cuartel. Ahora, tras el desmantelamiento tendrán que reasentarse más de 250 militares y once civiles –seis funcionarios y cinco laborales-.
El cierre del cuartel supone la pérdida de 250 empleos en la capital del Pirineo, pero también la desaparición de casi 8 millones de euros anuales de impacto económico en la ciudad, según un estudio de la asociación de comerciantes oscense. Una perdida millonaria fruto de los servicios que contrata el cuartel, las compras de material o los sueldos de los trabajadores. Pero Defensa contrapone esos parámetros destacando el ahorro que supondrá el cierre y el beneficio para las arcas del Ministerio.
Desde Defensa se sostiene que habrá “un ahorro de 700.000 euros anuales”, según el gasto del funcionamiento que suponía la apertura del cuartel al año. Sin embargo, según ha podido saber EL ESPAÑOL, no se ha facilitado a la plataforma el informe que detalla ese ahorro, después de sucesivas peticiones.
EL FUTURO
La mayoría de los “desahuciados” del cuartel “Sancho Ramírez” serán trasladados a Zaragoza, a las instalaciones de la Brigada de Apoyo Logístico nº 41, a la que pertenece el grupo de Transportes presente en el destacamento oscense.
¿Cuál es el futuro del “difunto” cuartel militar? La duda seguirá en el aire en los próximos meses mientras se procede al desmantelamiento definitivo. Ahí intervendrá una Comisión Liquidadora, durante los próximos tres meses, para llevar a cabo las entregas de documentación, un exhaustivo inventario del material y el cierre de las instalaciones.
Según se puede intuir de un “descuido” del Ministerio de Defensa, hace pocos meses, el destino del cuartel sería la venta al mejor postor. Esa pareció la intención cuando el pasado junio, el Ministerio colgó en internet un anuncio para subastar el edificio y los terrenos del cuartel. La publicación se hizo en el portal del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied). Al poco tiempo, el Ministerio rectificó borrándolo de la web al haber sido un “descuido”.
El Ayuntamiento de Huesca pretende buscarle una salida al cuartel distinta a la que plantea el Ministerio de Defensa. Fuentes municipales aseguran a este diario que “tras el cierre, intentaremos que los terrenos le sean devueltos al ayuntamiento, ya que fueron cedidos al Ejército hace 70 años para este acuartelamiento”. Afirman también las mismas fuentes que “desde el consistorio lamentamos el cierre porque Huesca desaparece del mapa de la Defensa Nacional y por las graves consecuencias que va a acarrear para las cerca de 300 familias que se verán afectadas”.
Huesca conoció tres cuarteles militares que le dieron solemnidad y reconocimiento como un destino destacado en el cuerpo militar, ahora no será un referente militar tras la decisión ministerial. En el “difunto” cuartel reina el silencio desde hace días, nunca más se oirá formar a sus soldados, ni el sonido de trompeta que propiciaba el cambio de guardia. La duda invade ahora en la plataforma que reivindicaba el mantenimiento del cuartel, ¿ha servido el esfuerzo de estos dos últimos años? Sin duda, el lema que defendía la plataforma será un recuerdo en el colectivo social de Huesca: “Piensa en tu ciudad”. Y eso, ha sido el argumento más poderoso pese a las decisiones de despacho.