Poco queda de lo concedido por el PP a Ciudadanos de cara a sellar el pacto de investidura que renovó a Mariano Rajoy en La Moncloa. Los populares aceptaron agrietar su programa y filtrar algunos de los deseos naranjas a cambio del desbloqueo político y el inicio de la legislatura, entre ellos el tope de los ocho años para cualquier presidente del Gobierno, incluido el actual. El papel lo sostiene todo. Este lunes, el vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, sintetizó: "Sí le veo -a Rajoy- doce años. ¿Quién prescinde de lo mejor que tiene?".
Precisamente, Martínez-Maillo dirige la ponencia política y de estatutos que acogerá en febrero el congreso nacional del partido, donde la variación acordada con los de Rivera parece a día de hoy un imposible. A pesar de haber suscrito este pacto, Mariano Rajoy no amaga siquiera con poner coto a su camino. "Luego Dios dirá", contestó al Faro de Vigo en una entrevista celebrada en Sanxenxo.
Candidato de forma automática
El vicesecretario de Organización, como tantos otros en Génova, reconoce que, en este sentido, existe una división de opiniones. Algunos apuestan por un máximo de ocho años y otros prefieren colocar el tope en doce. Pero el texto vigente, que automáticamente convierte en candidato al presidente del partido, se mantendrá intacto.
En un alarde de democracia interna, el aparato del PP ha diseñado un mecanismo a la búlgara para estructurar el próximo congreso. Una elección a dos vueltas, pero en la última volverán a decidir los compromisarios en exclusiva. Sólo si éstos lo ponen sobre la mesa, el PP debatirá el límite de los mandatos en su próxima gran reunión.
Rajoy, de momento, se muestra más críptico. A pesar de su lapsus en la cena de Navidad, cuando llamó a sus militantes a preparar las próximas elecciones, el presidente del Gobierno evita mirar más allá de esta legislatura, por lo menos en público: "La gente quiere que se cumplan las reglas, haré lo posible por agotar esta legislatura. Si todos ponemos de nuestra parte, será fructífera". Eso sí, ni rastro del pacto con Ciudadanos, que logró su muerte en diferido.
El punto 96
En concreto, el punto 96 del acuerdo recogía el deber de limitar el cargo a ocho años consecutivos en "el seno del pacto de Estado por la regeneración y la calidad de de la democracia", donde "se procurarán las fórmulas precisas para regular este compromiso". En Génova, preguntados por este extremo, despejan: es un contrato suscrito por el grupo parlamentario, no por el Gobierno o el partido.
Tras la pírrica victoria en las primeras elecciones, y su consolidación en las segundas, el Partido Popular cierra filas en torno a Rajoy. Un apoyo que cristaliza en esa intención, la de que el actual presidente acabe su legislatura y se postule de nuevo. Así lo cristalizan las palabras de Martínez-Maillo: "Es nuestro valor más importante".
Ante el inmovilismo del PP, Ciudadanos ya plantea un camino alternativo: tratar de reformar en el Congreso la ley ordinaria 50/1997 y matizar las características de la presidencia por medio de una mayoría simple. El PP, rechazando el futurible, no revela cuál sería su postura en esta hipotética votación.