1.160 personas perdieron la vida el año pasado en las carreteras, lo que supone 29 más que en 2015 (un 2,6% más) y rompe una tendencia a la baja que se ha mantenido durante el último decenio.





Un alza en la siniestralidad vial de la que ha dado cuenta en rueda de prensa el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, quien ha cifrado en 1.038 el número de accidentes mortales (15 más), con un aumento del 1,4%.





Serrano ha precisado que 5.067 personas precisaron hospitalización por las heridas sufridas en esos siniestros, lo que significa un 4,2% de incremento (209 más).





El máximo responsable de la DGT ha recordado que al año pasado hubo 18 millones más de desplazamientos, con un aumento del 5 por ciento, mientras que el parque automovilístico tuvo un crecimiento neto de casi 700.000 coches, contabilizando las nuevas matriculaciones y las bajas.





Pese al cambio de tendencia, España sigue estando entre los países europeos con las tasas más bajas de fallecidos en accidente por cada millón de habitantes.





De hecho, ha resaltado Serrano, en el peor de los escenarios la tasa en España con los datos cerrados de 2016 sería de 38 fallecidos por un millón de habitantes, frente a los 52 de la media europea.





A Tráfico el preocupa especialmente de los datos del pasado año el incremento de las personas que han perdido la vida en el tramo de edad de entre 15 y 24 años, especialmente motoristas, y el colectivo de entre 45 y 64 años.