La Comunidad de Madrid pedirá explicaciones a la residencia de la que Saturnino Garzas desapareció el pasado 26 de diciembre. Eran las 16:30 y la gerocultora se dio cuenta de que este hombre de pelo canoso, media altura, enfermo de párkinson y alzhéimer, se había escapado. Casi diez días antes, la familia ofreció a Los Peñascales de Torrelodones mantener el GPS que la Cruz Roja había colocado a Satur cuando vivía en su domicilio particular, pero lo rechazaron. "Hasta en dos ocasiones", reitera su hijo David.
El Ejecutivo de Cifuentes, tras la información publicada por este diario, ya ha pedido explicaciones a esta residencia concertada y la inspeccionará la semana que viene. La gestión es privada, pero muchos madrileños llegan allí a través de un convenio con la Administración, que ofrece plazas en centros concertados. "Estamos estudiando el tema", confirman fuentes del Gobierno regional a EL ESPAÑOL.
Sólo un testimonio fiable
La Guardia Civil ha peinado el terreno en varias ocasiones. Perros, cámaras térmicas y helicópteros han sido algunos de los medios empleados, sin éxito, la última semana. De momento, sólo un testimonio al que los agentes dan credibilidad: una persona asegura haber visto a Satur el mismo día de su desaparición.
Este periódico no ha conseguido ponerse en contacto con la dirección de Los Peñascales, pero la familia Garzas asegura que el centro no reconoce que se le ofreció mantener el método de seguimiento del que disfrutaba el enfermo antes del ingreso.
A principios de la semana que viene, un grupo de la subdirección general de Control de la Calidad, Inspección, Registro y Autorizaciones (CIRA) acudirá a revisar la residencia. "No tenemos claro si será el lunes o el martes, pero se redactará un informe sobre el caso", confirman fuentes del Gobierno regional.
La investigación por parte del Ejecutivo de Cifuentes también tendrá un segundo ángulo. La dirección general de Atención al Mayor revisará los pliegos del contrato y testará si se han cumplido los procedimientos estipulados.
Las hipótesis de la 'huida'
Según la familia y a tenor de la grabación de las cámaras del centro, Satur huyó del salón en el que descansaba la tarde del 26 de diciembre a través de una puerta de emergencia. "Cuando se abre, a diferencia de otras, no suena...", lamenta su hijo. A partir de ahí, todo son hipótesis.
A través de la salida de emergencia se llega a un patio exterior, cercado por dos vallas y una puerta corredera. "No tenemos ni idea, pero de verdad, mi padre está muy limitado, tiene párkinson desde hace treinta años, hay que ayudarle hasta para entrar en una piscina hinchable. ¿Cómo va a saltar por ahí?". ¿Estaba la puerta abierta?
¿Qué pudo llevar a Satur a escaparse? A tenor del relato de su hijo, Saturnino Garzas todavía conserva parte de su sentido cognitivo. "El alzhéimer no está muy avanzado". La medicación del párkinson le ha convertido en un hombre rígido, de pasos cortos y apoyarse en la pared continuamente para seguir avanzando. "Eso lo hace muy reconocible". "A nadie le gusta sentirse sólo y encerrado en una sala así y por eso intentaría irse, no lo sé. Luego, debido a su desorientación no sabría regresar".
Han pasado diez días desde la última vez que el personal de la residencia Los Peñascales vio a Saturnino Garzas. "Hombre, es mucho tiempo y sabemos que casi todas las noticias posibles son malas", lamenta David.