La noche de fiesta llega a su fin y toca volver a casa. Quizá ha ‘caído’ alguna copa de más y existe el riesgo de dar positivo en un control de tráfico. Para evitarlo, de camino al coche, una consulta al móvil. Concretamente un grupo de WhatsApp en el que hay más de doscientas personas. De hecho, la mayoría de usuarios ni siquiera se conoce entre ellos, pero eso no es obstáculo para lanzar la consulta y evadir la multa: “¿Algún control por la zona?”. No es una simple pregunta a los amigos, es algo mucho más organizado y masivo, una moda creciente que preocupa a las autoridades y contra la que nada se puede hacer, con la Ley en la mano.
“Lo que no está prohibido, está permitido. No se puede hacer nada”. Así, resignado, se manifiesta a este periódico un agente de Tráfico de la Guardia Civil cuando se le pregunta por estos grandes grupos de WhatsApp que integran cientos de personas para avisarse de los controles en carretera. Las autoridades reconocen que existe una laguna legal que les impide perseguir una trampa cada vez más habitual que obliga a las fuerzas de seguridad a modificar constantemente sus despliegues.
Las normas para entrar en uno de estos grupos son claras y simples: sólo se puede participar para preguntar o dar información sobre controles de tráfico. El objetivo principal es burlar los de alcoholemia, los que contemplan las sanciones más severas, aunque también se aprovecha para informar de atascos, accidentes, retenciones…Eso también está permitido. Estos macrochats a los que ha tenido acceso este periódico están integrados por más de doscientas personas, pero ni siquiera es necesario saber quién es el Administrador del foro.
Acceso restringido
Se entra por invitación de uno de sus integrantes, quien tiene que solicitar al creador del chat que acepte a ese nuevo contacto. “Meted a esta porfa”, se puede leer en uno de los mensajes junto a un número de teléfono. Quien se salga del guión, mande algún chiste, o incluso una inocente felicitación de Navidad es automáticamente expulsado del grupo de manera automática, sin contemplaciones, sin necesidad de que se le recuerde que solo se puede hablar de controles de tráfico. Son los únicos chats en los que los memes no son bienvenidos. Los graciosos tampoco.
“Control en la puerta de mi casa para acceso a salón, no paséis. También os deseo feliz año y cuidadín”. Este era el mensaje bienintencionado que escribió en Nochevieja uno de los participantes en un chat llamado “Solo-Controles” en el que hay 227personas. Fue su último mensaje. También fue el caso del usuario de otro de estos grupos -integrado por ciudadanos de las afueras de Madrid- que respondió aviso de un control bromeando con que ya no iba poder acudir entonces a un famoso puticlub de la zona. Fue expulsado sin mediar palabra y sin que nadie hiciese ninguna pregunta después. Las normas están claras. Un mensaje tipo sería alguno de los que ilustran esta información: “Guardia Civil en rotonda m 505 km 15 a la entrada de Galapar”.
La situación no es ajena a las autoridades. “Es un problema que tenemos detectado. No nos gusta porque obliga a los agentes a estar constantemente moviéndose”, lamenta un portavoz de la Dirección General de Tráfico (DGT), quien recuerda que “entre un 30 y un 40 de los fallecidos en carretera dan positivo en drogas y alcohol”. Desde la Guardia Civil denuncian además que los controles muchas veces son para detener a algún sospechoso “y si se avisa de su ubicación no sirve para nada”. No obstante, asumen en el Instituto Armado que “es un problema más moral que legislativo”.
Solo mensajes de aviso
La única norma que de forma indirecta regula el aviso de la presencia policial a otros conductores es el artículo 100 del Reglamento General de Circulación. Castiga el uso de las luces del vehículo para fines distintos de a los previstos en los reglamentos. Fue la forma de intentar acabar con la costumbre de ‘dar las largas’ a quien viniese en dirección contraria para avisarle de la presencia de un control en su camino. Está sancionado con 80 euros de multa, indican desde la Guardia Civil. “Eso ha existido siempre. Algún servicio se monta y se pone una pareja un poco más adelante para controlar los vehículos que vienen dando el aviso”, relata un agente, que considera los macrochats algo diferente, más difícil de atajar.
La visión de la Fiscalía va en el mismo sentido, según declara a este periódico el fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Via,l Bartolomé Vargas Cabrera. “No hay posibilidad en ninguno de los delitos del Código Penal. Lo hemos examinado, todo depende de las circunstancias de los hechos para investigar o no. De lo que conocemos porque tenemos un contacto muy estrecho con las fuerzas de seguridad, no hemos visto materia delictiva”, declara el fiscal al ser preguntado por los macrochats para avisar de los controles. “Son comportamientos muy reprochables, pero eso no basta”, dice el fiscal Vargas, quien recuerda además que “para intervenir un móvil hay que tener una autorización judicial.