La salida de Federico Trillo de la embajada de Londres se produjo de forma voluntaria, fue una decisión personal. Así lo afirmó él mismo en su comparecencia de dos minutos y medio ante los medios el jueves y así lo ratificó el portavoz del Gobierno tras el Consejo de Ministros del viernes. “El relevo ha sido a petición propia”, repitió una y otra vez Íñigo Méndez de Vigo cuando los periodistas le preguntaban si su marcha una semana después del durísimo informe diseñado por el Consejo de Estado había sido consecuencia o no del mismo.
Méndez de Vigo repitió tantas veces como se le preguntó que su salida se enmarca en el final de una etapa, que el Gobierno está reemplazando a los embajadores que ya han cumplido su función en sus países de destino y en ningún momento dejó entrever que la salida de Trillo hubiera sido forzada por su Gobierno. Además, el portavoz gubernamental no quiso adelantar si el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy debe pedir perdón a las víctimas del trágico accidente aéreo que costó la vida a 62 militares. “Cada uno es responsable de sus actos y Trillo, también”. Posteriormente, dejó caer que quizá haya alguna novedad en la comparecencia a petición propia que la ministra de Defensa hará en Comisión el lunes por la tarde. “Hay que esperar a ver qué dice la ministra a los diputados”, dijo.
El ministro de Educación esquivó durante toda la rueda de prensa la polémica y tampoco quiso pronunciarse sobre la vuelta de Trillo a su puesto de funcionario al Consejo de Estado. “Es una decisión que le corresponde a él”. Además, reconoció que Trillo se puso en contacto el jueves con el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, y con él mismo, y les contó sus razones para pedir la salida urgente de la embajada. Sin embargo, fuentes de Moncloa no quisieron desvelar a los periodistas si el propio Mariano Rajoy había mantenido algún tipo de contacto con el exministro al que las familias de las víctimas piden restituir el honor de los fallecidos.
Confían en Cospedal
Casi al mismo tiempo que comparecía en Moncloa el portavoz del Gobierno, la Asociación de Familiares de Víctimas del Yak 42 de las víctimas acudían al Ministerio de Exteriores para entregar 137.000 firmas de ciudadanos que exigían la destitución del ya exembajador. A través de un comunicado, las familias destacan que Trillo “declaró en una conferencia sin preguntas que se va después de cuatro años como embajador. En ningún momento de sus declaraciones se puede deducir que dimite, sino que más bien espera que se haga efectivo en las próximas horas su relevo”. Y así fue.
La esperanza de las víctimas está depositada precisamente en esa comparecencia. Cospedal asumió como propio el dictamen del Consejo de Estado y, por primera vez en catorce años, los familiares se han sentido al menos escuchados. Tras las declaraciones de Méndez de Vigo, que pasó el balón del Gobierno a las manos de la ministra, confían en que la secretaria general del PP restituya el honor perdido y, al fin, les pida el perdón que llevan buscando desde que perdieron a sus seres queridos.
Plácet para su sustituto
Mientras Cospedal se prepara su intervención, el Gobierno ha puesto en marcha ya el relevo de Trillo en Londres y ya ha presentado el correspondiente plácet para su sustituto, aunque desde Moncloa no quieren desvelar el nombre del futuro embajador hasta que Reino Unido no dé su conformidad. Se espera que en un plazo máximo de dos o tres semanas el relevo se haya formalizado.