El Partido Popular se desvincula totalmente de las acusaciones que su extesorero Luis Bárcenas ha vertido hoy en sede judicial sobre el partido, cuando ha reconocido que existía una caja b, "una contabilidad extra contable". Al mismo tiempo que el ex político declaraba en la Audiencia Nacional, Mariano Rajoy se reunía con su Comité Ejecutivo Nacional en la sede del partido y no dedicó ni una sola mención al asunto en su intervención. Al finalizar, el vicesecretario Pablo Casado se desvinculó de las acusaciones de su ex compañero y recordó que "siempre hemos defendido la honorabilidad de estas siglas".
Además, Casado reconoció que "este tema ha sido muy difícil para el partido" y no quiso adelantar si la dirección nacional del partido se plantea presentar una querella contra Bárcenas por sus palabras ante el juez. "En una vista oral, el acusado no está obligado a decir la verdad". El vicesecretario se volvió a refugiar en la "confianza" que el partido tiene depositada en la justicia para evitar posicionarse al respecto. "Cuanto antes se sepa la verdad, mejor. Ni el PP ni la dirección nacional es responsable penal en este asunto. Respetaremos lo que el juez determine", añadió.
En la reunión, donde se han aprobado las fechas de los próximos congresos regionales, Rajoy sacó pecho de la "unión" de su partido y dejó claro que "lo pero que le puede pasar a un partido es la desunión", en una clara referencia a las divisiones que existen en partidos rivales como son PSOE y Unidos Podemos.
El PP cierra este lunes el plazo para la presentación de enmiendas que se debatirán en el congreso nacional que los conservadores celebran el fin de semana del 10, 11 y 12 de febrero.