Siete meses después, la Policía Nacional ya tiene nuevo director adjunto operativo (DAO). Pero sólo mandará durante nueve meses. Ese es el corto espacio de tiempo que permanecerá en el cargo Florentino Villabona, hasta ahora comisario general de Seguridad Ciudadana, de 64 años de edad y que tendrá que dejar su cargo por jubilación el 23 de noviembre de este año.
Fuentes policiales no ocultan a este periódico que se trata de un mandato demasiado corto para establecer un proyecto duradero en el Cuerpo, algo así como aplazar la dirección en funciones que ya había. En cambio, otras fuentes consultadas ponen en valor la libertad que tendrá para acometer sin ataduras medidas regeneradoras en una Policía en la que se acumulan los escándalos.
Tres meses de espera
Casi tres meses ha estado el ministro Juan Ignacio Zoido deshojando la margarita. Cuando llegó al Departamento, no le valieron los 14 candidatos a DAO que se encontró encima de la mesa correspondientes a una primera convocatoria realizada en junio. Tras meses de interinidad, el nuevo ministro declaró desierta la plaza y este mes convocó de urgencia su propio concurso alargando el vacío de poder en el Cuerpo con un DAO provisional.
Más de 40 candidatos se presentaron en este segundo intento, cuyo plazo culminó el miércoles. A la División de Personal aún siguieron llegando los días siguientes algunas candidaturas de aspirantes de fuera de Madrid, pero los responsables ya tenían claro el elegido dado que este mismo lunes la Dirección General ha comunicado el nombramiento de forma oficial.
Se trata de un cargo de confianza por lo que la decisión supone una apuesta personal de Zoido. El director adjunto de la Policía es una pieza clave en el Ministerio del Interior, el encargado de gestionar el día a día en la institución, reservando al Director General (cargo político) un papel más institucional.
Retos del nuevo DAO
No son pocos los retos que le esperan a Villabona en su gestión, entre otras cosas nombrar su propia Junta de Gobierno que incluye a los responsables de todas la Comisarías Generales. Algunos de ellos han sido elegidos tras la llegada de Zoido, como el responsable de la Policía Judicial. Falta, no obstante, nombrar al jefe de la UDEF, al frente de las investigaciones sobre corrupción y que lleva en funciones otros diez meses.
Todas las fuentes consultadas sobre la designación de Villabona señalan lo excepcional de nombrar un DAO para nueve meses de mandato. En su mayoría lo definen como “un parche” que difícilmente resolverá los problemas que afectan al Cuerpo. Otras fuentes, en cambio, lo ven como una oportunidad de tomar decisiones drásticas sin tener que responder ante nadie. Algo así como un exorcista que saque los males y dentro de nueve meses lo herede otro mando con vocación más duradera. En ese sentido, las decisiones del nuevo DAO determinarán si nueve meses son mucho o poco.
Fuentes conocedoras de la decisión descartan que el mandato de Villabona se pueda extender más allá de su 65 cumpleaños. Es una posibilidad que existe si se acomete una reforma legal de la Ley de Personal de Policía, bien sea reformando la propia norma o incluyendo alguna redacción al respecto, por ejemplo, en la futura Ley de Presupuestos Generales. Una fórmula parecida se empleó, por ejemplo, para alargar el mandato de Cándido Cardiel como DAO de la Guardia Civil, aunque en su caso fue para evitar la obligación de pasar a la reserva tras diez años como teniente general. Para ello se recurrió a la reforma laboral de Rajoy para incluir el retoque Ley de Régimen de Personal de la Guardia Civil. A día de hoy esta opción está descartada en el caso de Villabona, insisten estas fuentes consultadas por este periódico.
Un "no alineado" en las guerras internas
Dentro de las guerras de clanes que conviven desde hace años en la Policía, Florentino Villabona es un mando “no alineado con nadie”, según describe a EL ESPAÑOL una persona que ha trabajado mano a mano con él los últimos años. El último lustro ha estado al frente de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana. Hay que situarse en el año 2012 para entender la importancia de ese puesto. Hacía pocas fechas que el ministro Jorge Fernández Díaz había tomado posesión y por primera vez ETA no protagonizaba el primer discurso de un responsable de Interior. El ex ministro se refirió a la necesidad de mantener la “paz social” en una España que se miraba en el espejo de los disturbios callejeros que la crisis económica generaba en otros países del entorno.
En su gestión se le conceden éxitos como el despliegue policial para afrontar dos huelgas generales, dos elecciones generales casi seguidas, la visita de Obama. La paz social no se quebró en España a causa de la crisis. Pero en su mandato más reciente también hubo otros quebraderos de cabeza como la crisis de Gamonal o borrones como los disturbios generados en marzo con las llamadas marchas de la dignidad.
Aquella noche Villabona estaba dirigiendo el operativo se seguridad desde el mismo asfalto de la Plaza de Colón mientras a pocos metros de allí más de cien personas resultaron heridas, entre ellas 67 policías. Los sindicatos pidieron en bloque su dimisión y el exdirector general de la Policía Ignacio Cosidó tuvo que acudir al Congreso de los Diputados a dar explicaciones y reconocer los “fallos”. La crisis se saldó con el cese del responsable de los antidisturbios de Madrid.
Relaciones políticas
El comunicado oficial de la Dirección General de la Policía destaca su acreditada carrera profesional y su sólida experiencia en distintos ámbitos”. LLeva 38 años en el Cuerpo y se estrenó en Navarra, viendo allí los años de plomo de ETA. No obstante, buena parte de su carrera la ha desempeñado en Andalucía y más concretamente en Málaga. En la capital de la Costa del Sol fue jefe de Grupo Operativo de la Comisaría de Estepona entre 1989 y 1995 y posteriormente ascendió a jefe de brigada en la mencionada dependencia policial malagueña, responsabilidad que desempeñó hasta 1997.
En el año 2000, tras un lapso de tres años en Algeciras (Cádiz), volvió a Málaga para hacerse cargo de la Comisaría Provincial donde permaneció seis años más. Durante sus años en Málaga labró relación con el matrimonio formado por la diputada popular Celia Villalobos y su marido Pedro Arriola, uno de los hombres más próximos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.