El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha hecho públicos los cambios en su partido. Rajoy mantiene a su anterior equipo de dirección íntegro: María Dolores de Cospedal seguirá siendo secretaria general a pesar de la división interna que ha generado una enmienda contra la acumulación de cargos y seguirán en sus puestos como vicesecretarios Javier Arenas, Javier Maroto, Pablo Casado y Andrea Levy.
El vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, asciende: el líder del PP lo nombra coordinador general del partido y lo coloca como el 'número tres' del partido, por encima de los cuatro vicesecretarios. "Como veis no he cambiado a nadie porque lo han hecho bien", ha dicho el presidente del PP nada más leer del tirón la lista que no conocía ni su equipo de comunicación.
El presidente del Gobierno ha desvelado otro de los secretos mejor guardados del cónclave: los nombres de los nuevos vocales de su Comité Ejecutivo. Al órgano directivo nacional entran dos hombres fuertes de Cristina Cifuentes: los consejeros Ángel Garrido y Jaime González Taboada. También formará parte de este órgano desde este sábado el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.
Rajoy tiene opción de colocar cinco vocales 'a dedo', pero ha decidido incluir tres nombres de de su máxima confianza: el exministro Jorge Fernández Díaz, que fue reprobado por los grupos de la oposición en el Parlamento tras filtrarse unas escuchas en su despacho; el eurodiputado Luis de Grandes y el diputado Miguel Ángel Cortés.
Los miembros que salen
No ha pillado por sorpresa a nadie que hayan salido de la lista los vocales que estaban implicados en escándalos judiciales o quemados políticamente. Los primeros nombres que han sido tachados de la lista son los aguirristas Ignacio González (expresidente de la Comunidad de Madrid) y su ex consejera Lucía Figar. También ha desaparecido de la nueva lista la exalcaldesa de Madrid, Ana Botella, esposa del expresidente de honor José María Aznar, el gran ausente en el XVIII Congreso Nacional.
Se confirma también la salida del ex ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo, relegado casi al olvido desde que Rajoy decidió prescindir de él en la última crisis de Gobierno y el ex embajador en Londres Federico Trillo, recién incorporado en el Consejo de Estado que puso en duda su labor tras el accidente del Yak. La caída de Trillo estaba cantada desde que la nueva ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, decidió abjurar de su gestión en dicho accidente.