Sin sorpresas y según el guion previsto. Mariano Rajoy ha hecho público este sábado por la tarde el nombre de su nuevo equipo directivo y ha dividido todo el poder del partido entre dos personas. María Dolores de Cospedal continúa como secretaria general, a pesar de la contestación interna a que acumule cargos, y eleva a Fernando Martínez-Maillo como coordinador general del partido.
El presidente le adelantó sus intenciones de convertirlo en número tres el viernes, justo antes de que el vicesecretario presentara la ponencia de estatutos donde se debatió una enmienda para que la ministra de Defensa abandonara su despacho de Génova y que provocó un profundo malestar a Cospedal. La polémica enturbió el ambiente del congreso, pero no modificó ni un milímetro las intenciones del presidente, que decidió mantener a todos en sus puestos "porque lo han hecho bien". Los vicesecretarios Javier Arenas, Javier Maroto, Andrea Levy y Pablo Casado se enteraron que seguían en sus puestos al mismo tiempo que el presidente lo hacía público.
Una hora después de que Rajoy desplegara su nuevo organigrama, Maillo y Cospedal todavía no habían cruzado palabra, a pesar de que estaban sentados casi al lado, solo separados por el presidente. La secretaria general y el recién nombrado coordinador general han mantenido un duro enfrentamiento interno en las últimas 24 horas, desde que el compromisario de Cuenca Francisco Risueño coló en la ponencia de estatutos que dirigía Maillo una enmienda que afectaba de lleno a la presidenta del PP de Castilla-La Mancha y no la sacó adelante por solo 25 votos de diferencia en un recuento a ojo y sin garantías de ningún tipo.
Delegados de Castilla-La Mancha afines a María Dolores de Cospedal responsabilizan a Maillo, coordinador de la ponencia, de "permitir que la propuesta contra la secretaria general llegara viva al plenario. Si solo se votaron el 5% de las enmiendas, ¿por qué tuvo que ser precisamente la que más perjudicaba a la ministra la que se votara?".
Las mismas fuentes critican que se haya transmitido "un partido fracturado por la mitad contra ella cuando en realidad habían votado 600 personas". La polémica, sin embargo, no ha terminado: el enmendante va a pedir por escrito a Génova que vuelvan a recontar los votos porque está seguro de que hubo "pucherazo". La dirección nacional del partido asegura que no existen imágenes ni vídeo del momento.
Polémica con dimisiones
La controversia se extendió por todos los rincones de Castilla-La Mancha y dos miembros del Comité Ejecutivo regional presentaron su dimisión por una votación que calificaron de tongo. El portavoz de la Diputación de Cuenca, Rogelio Pardo, y el concejal conquense Pedro José García Hidalgo dieron un sonoro portazo que dejó en evidencia las fuertes discrepancias internas que vive el partido castellanomanchego a puertas de un congreso regional donde todo el mundo da por hecho que Cospedal no renunciará a su tercer sillón: el de la presidencia del PP regional.
Desde que Mariano Rajoy incluyó a María Dolores de Cospedal en el Consejo de Ministros, todos los focos se pusieron en si el presidente la mantendría en Génova. La propia ministra intentó zanjar la polémica el día de su toma de posesión dando por hecho que en la negociación del ministerio entraba también mantener intactas sus funciones en el partido. Corrientes internas del partido no tardaron en movilizarse para intentar derrotarla, pero los intentos de promocionar a Alfonso Alonso o Alberto Núñez-Feijóo para sustituirla fueron en vano. Fiel a su estilo, Mariano Rajoy ha mantenido a Cospedal en su sitio, donde ella quería, y ha premiado el trabajo y el buen hacer del "fontanero" Maillo, que ha "apagado los peores incendios" del último año y medio, incluida la polémica con Rita Barberá.
Una relación que "no va a ser fácil"
La relación que mantendrán ahora Cospedal y Maillo tras el rifirrafe cruzado en el congreso nacional horas antes de ser revalidados en sus puestos se antoja complicada. El diputado de Zamora tendrá que rendir cuentas de todos sus movimientos ante la secretaria general en un momento en el que el partido se prepara para hacer todas las renovaciones en sus federaciones regionales y provinciales.
Las primeras impresiones entre compromisarios que han vivido en primera persona la tensión protagonizada por los hombres más cercanos al presidente aventuran que la relación "no va a ser fácil". De momento, ni el propio Maillo sabe dónde se va a poner el cordón entre sus funciones y las de la secretaria general hasta que el lunes el propio Rajoy no reúna al Comité de Dirección.