Francisco Risueño, el compromisario que denunció el "pucherazo" en una enmienda presentada por él mismo ante el plenario del Congreso Nacional del Partido Popular para prohibir la acumulación de cargos presentará este lunes un escrito "con certificación de texto" en Génova. La misiva, en la que exigirá revisar los vídeos que grabaron aquella polémica votación que afectaba de lleno a María Dolores de Cospedal, será remitida a Cristina Cifuentes, presidenta de este cónclave nacional, y Fernando Martínez-Maillo, nuevo coordinador general y responsable último de la ponencia de estatutos que tumbó la denominada "enmienda antiCospedal".
A pesar de que el compromisario no nombró a la secretaria general cuando defendió ante el plenario su enmienda, todas las miradas estaban puestas en los tres cargos que ostenta la secretaria general, que es también ministra de Defensa y presidenta del partido en Castilla-La Mancha.
Delegados presentes en el plenario de la Caja Mágica donde se realizó la votación aseguran a este diario que "el recuento, a bulto, fue cocinado por los fontaneros del partido". Cuando se sometió a votación a través de cartulinas levantadas por los compromisarios, "se hizo una espera de treinta segundos, imposible de contar en tan poco espacio de tiempo". El aparato envió a ojeadores que contaban por filas y a simple vista los síes y los noes que avalaban o no la propuesta.
Un ajustadísimo resultado
La mesa dijo que, a su juicio, quedaba rechazada la enmienda. El ajustadísimo resultado lo trasladó el equipo de comunicación directamente a la prensa: 303 votos a favor, 328 en contra y ocho abstenciones. El escrutinio no se supo en el plenario y los compromisarios se enteraron de los datos por la prensa. "Como empezaron los abucheos no se atrevieron a anunciarlo dentro", critican algunos de los presentes.
El objetivo del compromisario Risueño es demostrar que hubo "pucherazo" y que en la votación se impuso el sí a favor de su enmienda que el no. Sin embargo, el delegado va a tener muy complicado corroborar este dato, ya que la dirección nacional del PP asegura que no hay ni rastro de aquellas imágenes en ninguna de las cámaras que se supone que debían estar grabando la ponencia.
Malestar en el entorno de Cospedal
A pesar de que el propio Maillo intentó justificar que no era una enmienda contra Cospedal, todos en la sala interpretaron que era un mensaje que iba dirigido particularmente contra la acumulación de cargos de la secretaria general horas antes de que Mariano Rajoy la revalidara en el cargo. Compromisarios afines a la presidenta del PP castellanomanchego reconocieron sentirse profundamente decepcionados por aceptar que la enmienda llegara viva al plenario. "Si solo se votaron el 5% de las 300 que no se transaccionaron antes y no se debatieron todas, ¿por qué sí ésta?", se preguntan en alto.
Con el nuevo desafío de Risueño, que seguirá dando la batalla hasta confirmar que su enmienda fue avalada por la mayor parte de los compromisarios presentes en el plenario, Maillo se enfrenta a su primer fuego abierto ya como coordinador electo: convencer al militante de Cuenca de que su enmienda fue tumbada legítimamente.