Una infanta de España en un vis a vis, el régimen carcelario que le espera a Urdangarin
El exduque sólo podrá gastar 100 euros al mes y podría acceder a permisos de salida pasado algo mas de un año y medio de condena.
17 febrero, 2017 21:16Noticias relacionadas
- El juez José Castro: "No esperaba este tipo de sentencia"
- ¿Por qué ha sido absuelta la infanta?
- El fiscal pedirá prisión inmediata para Urdangarin tras ser condenado a 6 años y tres meses
- “La infanta Cristina creyó, cree y seguirá creyendo en la inocencia de su esposo”, dice Roca, su abogado
- 25 cosas que hemos aprendido con el caso Nóos
La infanta Cristina ya conoce cómo funciona una cárcel. Durante el tiempo que trabajó en la Caixa visitó varios centros penitenciarios en el marco de actividades relacionadas con la obra social de la entidad financiera. No obstante ahora, en caso de que su marido, Iñaki Urdangarin, ingrese finalmente en prisión por su actividad en Nóos, la hermana del Rey volverá a la cárcel, pero en una condición muy diferente. Ambos tendrán que acostumbrarse a las normas que marca el reglamento sobre las visitas en locutorios, vis a vis o visitas de convivencia.
El matrimonio pasará del palacete de Pedralbes a una austera habitación con una cama en la que deberán colocar las sábanas. También hay una ducha. Ese es el espacio reservado para los vis a vis íntimos a los que un preso tiene derecho, como mínimo, una vez al mes durante un tiempo de entre una y tres horas. Es el preso quien tiene derecho a esas visitas y por tanto es Urdangarin quien debe autorizar quién va a verle y en segunda instancia lo debe aprobar la cárcel. Se dan casos de presos que no autorizan que sus familiares les visiten alegando la sordidez del entorno, por ejemplo.
En cualquier caso, el vis a vis íntimo es una de las medidas más solicitadas por los presos habitualmente porque es de las pocas ocasiones en las que pueden estar solos con su pareja sin ser escuchados o compartir espacio con otros internos y sus respectivas visitas. A partir de una vez al mes, el resto de peticiones (no hay límite máximo) ya depende de la capacidad de la cárcel, el número de solicitantes y las estancias habilitadas. A menor población reclusa, más capacidad de repetir vis a vis.
Las visitas más comunes son las de locutorio. Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina tienen derecho a comunicar por esta vía un máximo de 40 minutos a la semana, que se pueden dividir en dos visitas de 20 minutos cada una a través de un cristal. Los niños menores de diez años no pueden acceder a esta visita. En los vis a vis familiares, que también tienen que ser solicitados por el preso, ya pueden asistir los hijos de menos de diez años, padres o hermanos. Para ello se habilita una sala más amplia.
Régimen de visitas
Lo más común es que familiares y allegados visiten a sus presos los fines de semana, pero el reglamento no impide que se pueda hacer cualquier otro día de lunes a viernes. De hecho, lo normal es ir entre semana si se quiere pasar desapercibido ante otros familiares y no soportar colas o esperas.
El régimen de visitas también contempla las llamadas visitas de convivencia en la que pueden coincidir varios presos en un mismo espacio con sus respectivas familias. Esta modalidad tiene una duración de entre tres y seis horas. Se trata de que los familiares puedan acreditar la buena integración de sus internos o simplemente porque los presos con buena relación quieran que sus entornos se conozcan. Esta opción se antoja improbable en el caso de los exduques de Palma.
Otra forma de comunicar es por vía telefónica. Iñaki Urdangarín tendrá derecho a 50 minutos de llamadas telefónicas semanales que corren de su cuenta. Para sufragarlas tienen unas tarjetas especiales puesto que en la cárcel no se maneja dinero en metálico. No puede recibir llamadas. Sólo el exduque podrá ponerse en contacto con una lista de entre diez personas previamente autorizadas por la cárcel. En caso de que se le acabe el tiempo tendrá que esperar a la siguiente semana salvo que tenga que hacer una llamada de emergencia por algún percance.
En caso de que el Tribunal Supremo confirme los seis años y tres meses de condena Iñaki Urdangarín irá por su propio pie a la prisión. Los primeros días permanecerá en un Módulo de Ingresos, con un horario y régimen especial de adaptación y sin riesgo de coincidir con internos problemáticos. Allí tendrá que entregar sus pertenencias y su carnet de identidad, que recuperará al salir de la cárcel. Se le hará la foto y la ficha (en la que ya no hay huella de tinta, sino digital). También se le mide y se recogen sus datos personales. Además se le asignará un número de preso (llamado NIS), cuyos primeros cuatro dígitos corresponden con el año que ingresa.
En el Módulo de Ingresos, además, se le realizará un reconocimiento médico y tendrá que comunicar si sigue algún tipo de tratamiento, alguna patología, enfermedad o alergia. En caso de que se muestre especialmente alterado y nervioso, se le podrá asignar algún calmante. Antes de pasar a un módulo ordinario se verá con un psicólogo y un trabajador social. Por último, se le explicará el funcionamiento y las normas de su nueva vida en prisión.
Primeros permisos
Al haber sido condenado a más cinco años de cárcel, Urdangarin no podrá acceder al tercer grado al menos hasta cumplir la mitad de su condena, pero podrá empezar a disfrutar de permisos salida de la cárcel cuando alcance un cuarto de la pena, es decir, algo más de un año y medio. Tendrá derecho a 36 días de permiso al año en tramos de no más de siete días seguidos siempre que cumpla requisitos como buen comportamiento o pagar la responsabilidad civil de sus delitos. En última instancia, el permiso lo tendrá que proponer la cárcel y luego aprobarlo el juez de vigilancia penitenciaria.
Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL aseguran que “en este momento todos los directores de prisiones de España estarán rezando por que Urdangarin no vaya a su centro”. Los famosos siempre son un problema para el ecosistema de una cárcel, suelen generar expectación o incluso problemas de seguridad. No sería la primera vez que se filtran imágenes desde el interior de la cárcel con la colaboración de algún preso, lo que obliga a buscar al responsable y aplicar la sanción correspondiente.
Una vez las autoridades penitenciarias analicen en qué módulo se podrá adaptar mejor el cuñado del Rey, se le asignará una celda. Tienen una capacidad máxima de dos personas, aunque puede estar solo dependiendo del número de plazas y la población reclusa. Las fuentes consultadas opinan que, atendiendo a su perfil, lo normal es que le ubiquen en uno de los módulos llamados de respeto dado que es la primera vez que ingresa en prisión y está muy lejos de presentar una personalidad conflictiva. En los módulos de respeto los reclusos gozan de mayor libertad a cambio de una serie de responsabilidades como limpiar sus celdas, las zonas comunes o tener un oficio en la prisión, entre otras cosas.
El día a día de Urdangarin comenzará a las 8 de la mañana, momento en el que se despertará por medio de la megafonía o con un timbre. Ahí se hace el tradicional recuento en el que los funcionarios acreditan que todo el mundo está en sus celdas. Tras asearse y limpiarse, a las nueve estará desayunando, casi siempre leche con galletas o bollería que en ocasiones producen otros presos en el taller de panadería de la cárcel. En torno a las 9.30 empiezan las actividades de la mañana. Al llegar a prisión, al exduque de Palma le explicarán las actividades y talleres a los que se puede apuntar. En ese horario no podrá estar ocioso sin hacer nada.
El día a día en prisión
El resto del tiempo sí se le permitirá retirarse a la sala de estar, ver la tele, charlar con otros compañeros, leer o simplemente pasear por el patio. La comida es a las 13.30 generalmente y dura media hora. Urdangarín desfilará por el autoservicio con el resto de presos portando su bandeja metálica con huecos para cada plato. Los cuchillos con los que comerá serán de plástico por seguridad. Después de comer hay un tiempo de descanso en el que se pueden retirar a sus celdas hasta las 16.30, momento en el que les corresponden las actividades de la tarde hasta la hora de la cena, las 19.30. A las 21 horas, como muy tarde, estará de nuevo en su celda para dormir.
Puede tener televisor y hasta llevarse sus propias sábanas si quiere. Junto al cabecero de la cama contará con un botón con el que comunicar con los funcionarios si tiene alguna emergencia. Se comunicará con ellos mediante interfono. En cuanto a sus gastos, el Duque pasará de haber manejado millones de euros a un máximo de 100 euros en su cuenta de peculio. Lo podrá gastar en el economato donde tiene acceso a numerosos productos por debajo del precio del mercado. Serán sus familiares los que se encarguen de rellenar esa cuenta. En este caso, la Infanta Cristina sí podrá conocer al detalle las cuentas de su marido.