Unas obras en la embajada de Kabul facilitaron a los talibán cuatro puntos de disparo
EL ESPAÑOL accede a las imágenes del tejado tras el atentado y de la puerta por la que entraron los terroristas, que se abría a mano.
21 febrero, 2017 03:12Noticias relacionadas
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Los talibán que atentaron contra la embajada de España en Kabul (Afganistán) el 11 de diciembre de 2015 se apostaron en la azotea de la delegación diplomática. Allí se se hicieron fuertes durante cerca de 12 horas de asalto hasta que fueron abatidos por fuerzas internacionales. Tan solo unos días antes, ese tejado había albergado unas obras realizadas por operarios afganos en las que se retiraron varios paneles metálicos que hacían funciones de seguridad. La retirada de esas planchas permitió a los terroristas contar con al menos cuatro puntos estratégicos de disparo que abarcaban buena parte del complejo diplomático, según las imágenes a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Familiares y compañeros de los policías asesinados en aquel atentado sospechan que la retirada de esos paneles metálicos formó parte del plan de ataque previsto por los talibán y por ello piden a la Audiencia Nacional que investigue la posible relación entre los operarios que hicieron las obras y los autores del atentado. Plantean incluso que fuesen los propios talibán quienes idearon los pormenores del atentado desde dentro. El juez que investiga la causa, Santiago Pedraz, ya ha pedido la identificación de los terroristas -todos murieron aquel día- y el libro de entradas y salidas de la embajadas así como las grabaciones de las cámaras de seguridad de los días previos. Todo ello con el fin de cotejar las identidades.
Disparos desde el tejado
Este periódico publica ahora las primeras imágenes tomadas desde ese punto estratégico donde los terroristas lograron hacerse fuertes y asesinar a uno de los policías nacionales que se encargaba de la seguridad del perímetro, Isidro Gabino Sanmartín. El otro fallecido, el agente Jorge García Tudela, había sido asesinado previamente durante la entrada al edificio.
Estas imágenes fueron tomadas después del atentado y presentan signos evidentes de un largo enfrentamiento, con los cristales hechos añicos por el suelo, así como cascotes y otros desperfectos tanto en la decoración como en el mobiliario. A la azotea de la embajada se accedía a través de una habitación y, según se puede apreciar en el vídeo al que ha tenido acceso este periódico, los talibán tuvieron varios puntos claros de disparo.
Uno de ellos daba al acceso principal de la embajada por donde entraron los terroristas reventando un coche bomba. Tal y como se ve en las imágenes, la puerta quedó seriamente dañada y fue sustituida por una lona de color verde. Los otros tres puntos de disparo dan al interior del edificio. En un momento de esas doce horas de asalto, Isidro Gabino Sanmartín salió de una habitación de seguridad de la embajada y fue alcanzado por una granada lanzada por los terroristas. Fruto de esa explosión perdió la vida momentos después tras ser ser evacuado de la embajada. Antes de eso los talibán, desde arriba, le usaron de cebo para disparar a todo aquel que acudiese en su ayuda.
Posibles negligencias
La Audiencia Nacional mantiene abierta una investigación contra el embajador de España en Kabul, Emilio Pérez de Agreda, y contra su número dos, Oriol Solá, por un presunto delito de homicidio imprudente derivado de las posibles negligencias que en materia de seguridad podrían haber incurrido los responsables de la delegación española.
Otras imágenes a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL corresponden a las escoltas policiales sobre el vehículo del embajador y en concreto el momento en el que accedía a la embajada por la puerta reservada a los vehículos, que como se ve en las imágenes se abría a mano. En los vídeos se aprecia que la embajada estaba ubicada en un punto de la ciudad donde los coches circulan con normalidad a escasos metros de la delegación diplomática. A pesar del muro de seguridad que rodea todo el complejo, algunas de las habitaciones están próximas a la carretera.
Los talibán lograron entrar al edificio empotrando un coche bomba contra la puerta de acceso de vehículos. La fuerza del artefacto tumbó la única puerta y parte del muro aledaño, permitiendo la entrada de los terroristas. Según los testimonios de algunos de los policías, los terroristas subieron rápidamente a la azotea, un movimiento que refuerza sus sospechas de que habían planeado qué hacer una vez entrasen en el complejo.
Accesos "vulnerables"
Este periódico desveló la existencia de informes confidenciales previos en los que el equipo de seguridad de la embajada advirtió de que las instalaciones carecían de "unos parámetros mínimos de seguridad". Alertaron de la urgencia de varias reformas para garantizar el trabajo de los funcionarios, pero estas nunca se realizaron. Alguno de esos informes confidenciales señalaba como “vulnerables” los accesos al complejo diplomático. “Solo se pretende hacer un poco más difícil lo que otros pudieran ver fácil", decía un documento en 2014.
A diferencia de la residencia del embajador, la delegación diplomática española no estaba en la llamada ‘Green Zone’ , un perímetro de máxima seguridad en la capital afgana donde se ubican otras delegaciones internacionales de los principales países occidentales como EEUU. Actualmente España se encuentra habilitando un nuevo lugar para establecer su embajada. Mientras tanto, las oficinas han sido ubicadas en la segunda planta de la residencia del embajador.