“Quiero manifestar mi rechazo a todo tipo de violencia, incluida la que por motivos religiosos realizan los islamistas”. Así se expresó, en un texto escrito a mano, Hamid Ahmidan, condenado a 13 años de cárcel por el 11M. Es el primo del cabecilla de la célula que perpetró los atentados de Madrid en 2004, Jamal Ahmidan, El Chino, uno de los suicidas de Leganés. A través de varios textos a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL este interno manifestó su renuncia a los delitos por los que fue condenado.
Fue en el año 2015 cuando Hamid Ahmidan, que saldrá de prisión el 21 de marzo, decidió manifestar por escrito su desvinculación de la violencia yihadista. Para que no quedasen dudas, incluía en su renuncia una mención sobre los asesinatos de Estado Islámico: “Estoy en contra de los hechos ocurridos actualmente en Siria y en todas las partes del mundo donde se está matando a víctimas inocentes por motivos religiosos”.
La participación de este preso fue clave para llevar a cabo los atentados en los trenes el 11 de marzo de 2004, el mayor atentado terrorista de la historia de Europa del que se cumplen ahora 13 años. Hamid Ahmidan fue condenado por ser el encargado de vigilar la finca de Morata de Tajuña y preparar el escondite para los explosivos. Sin embargo, en una de las dos misivas que escribió se definía como “una persona pacífica". “Quiero vivir en paz y que los demás vivan en paz”, añadía.
Tras once años de condena
Esta carta fue uno de los motivos por los que, en agosto de 2015, la Junta de Tratamiento de la cárcel asturiana de Villabona en la que se encuentra elevó a Instituciones Penitenciarias una propuesta de progresión a segundo grado penitenciario. Hamid Ahmidan ha cumplido la gran mayoría de su pena en primer grado, es decir, en aislamiento. El segundo grado penitenciario es el estado en el que se encuentran la inmensa mayoría de los presos en España. Esta clasificación penitenciaria permite optar a permisos de salida de la cárcel si se cumplen una serie de requisitos, más exigentes para los condenados por terrorismo.
El departamento de Prisiones que dirige Ángel Yuste tardó sólo unos días en oponerse a cualquier concesión penitenciaria para el primo del cabecilla del 11-M. Eso a pesar de que un día antes de escribir su carta, Ahmidan se había incorporado al llamado Programa de Intervención para la Integración. Se trata de un mecanismo que existe en las cárceles para que presos, principalmente extranjeros, mejoren en su convivencia en el centro penitenciario o incluso aprendan a hablar castellano.
La negativa de Prisiones forzó al condenado a presentar un recurso ante el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria que dirige el juez José Luis Castro. En sus alegaciones, el preso incluía una segunda carta de su puño y letra insistiendo en su primer mensaje: “Durante mi estancia en prisión no he tenido ninguna conducta para que se me pueda relacionar con el radicalismo islámico. Con anterioridad a la mencionada sección de la Junta de Tratamiento aludida cursé una instancia mostrando inequívocamente rechazo a todo tipo de violencia, incluida la que está relacionada con el delito por el que fui condenado”.
La letra de esa segunda carta, como se aprecia en los documentos adjuntos, es muy diferente de la primera por lo que se deduce que el preso recurrió a una tercera persona para plasmar sus mensajes. En cualquier caso, ambos textos llevan su nombre. Es habitual que los presos con dificultarse recurran a otros internos, familiares, abogados o incluso funcionarios de prisiones para dirigirse al Juzgado o a la dirección de la cárcel.
Saldrá de prisión en unos días
Finalmente, el juez acordó el 15 de marzo de 2016 otorgarle el segundo grado penitenciario, aunque no ha llegado a disfrutar de ningún permiso de salida de la cárcel. A la hora de tomar esta decisión, el magistrado tuvo en cuenta su evolución positiva en la cárcel, los años que ya había cumplido de condena y sus cartas renunciando a la violencia.
Fuentes penitenciarias indican que Hamid Ahmidan, de nacionalidad marroquí, nunca ha vestido ropa con la que se le pueda relacionar con el clásico preso islamista y que su comportamiento dista mucho de ese perfil. Añaden que, lejos de hacer proselitismo yihadista en la prisión, siempre se ha distanciado de las invitaciones que en ese sentido le hacían otros reclusos considerados radicales. Las víctimas del 11-M ya han sido informadas de la inminente excarcelación de este condenado, quien previsiblemente será expulsado a su país como ya ha sucedido con otros presos del 11-M que terminaban de cumplir su condena.