Dos rondas de contactos en apenas una semana tras una primera reunión exploratoria, han bastado para que el Gobierno del PNV-PSE-EE, liderado por Iñigo Urkullu, haya elegido socio presupuestario y se haya decantado por aceptar la mano tendida del PP de Alfonso Alonso, rechazando la negociación con EH Bildu y Podemos.

Los populares salvarán las primeras cuentas del segundo Gobierno de Urkullu que, a un escaño de la mayoría absoluta, necesita al menos la abstención de un tercer partido para aprobar su proyecto presupuestario.

Lo harán tras apenas incidir en una mínima parte de las partidas, -entre 25 y 30 millones de un total de 11.059-, pero con la garantía aportada por sus socios de que las Diputaciones forales, bajo su control, no aumentarán la presión fiscal sobre las clases medias.

“Es una de las condiciones para el pacto”, ha asegurado este miércoles el presidente del PP, Alfonso Alonso, que al igual que el consejero vasco de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, han comparecido por separado para dar cuenta del principio de acuerdo alcanzado.

Una vez garantizada la abstención del PP y establecido el marco de las negociaciones, ahora queda detallar las propuestas de los populares que vía enmienda aceptará el Gobierno.

Según el PP aún no hay respuesta a las peticiones concretas de su grupo, que centra sus exigencias en el control del gasto público frente a la reforma fiscal que pide el resto de la oposición y en planes de ayuda a familias con hijos y a emprendedores, además de en algunas inversiones, como dotaciones para el Hospital Universitario de Álava y las líneas 4 y 5 del metro de Bilbao.

Los presupuestos, “muy ajustados” a decir de Azpiazu, no permitirán mover ni siquiera el 0, 30% de su cuantía según la interpretación de su Departamento, pero la valoración del PP trasciende el mero cómputo de cantidades al situar el debate entre dos modelos económicos contrapuestos.

Alonso ha incidido en el protagonismo de su partido en esa disyuntiva, “decisivo” a la hora de inclinar la balanza y conseguir que la alternativa PNV-PSE-EE –PP, “realista, estable, y centrada”, se imponga al proyecto de “radicales” y “populistas”, representado por EH Bildu y Podemos.

CLAVE NACIONAL

El pacto entre PNV y PP no es algo inédito, ya tuvo lugar en 2014, aunque ahora adquiere una relevancia política que trasciende el ámbito vasco a la luz de las conversaciones abiertas en Madrid entre ambos partidos en torno a los Presupuestos Generales del Estado para 2017 y la imperiosa necesidad del Gobierno de Rajoy de obtener el aval nacionalista si quiere aprobar sus cuentas.

El acuerdo vasco refuerza el clima de distensión entre ambas fuerzas inaugurado tras las últimas elecciones generales y autonómicas, pero sus protagonistas lo desvinculan del resultado de las conversaciones sobre los presupuestos estatales.

“Son dos negociaciones independientes, que nada tienen que ver. No ha habido mesas paralelas, ni vinculación de un proceso con el otro”, ha declarado Azpiazu. Ante la pregunta de si el pacto vasco allana el camino en Madrid, el consejero ha admitido únicamente esa posibilidad como “una hipótesis”.

“No hemos hablado de cambio de cromos (…) las dos negociaciones discurren por derroteros diferentes” ha señalado Alonso, que ha expresado sus deseos de que se geste en España una alianza tripartita similar a la lograda en Euskadi. “La clave nacional es la misma que la vasca”, ha dicho para explicar el valor de lograr en España “ una confluencia” entre los partidos “moderados y con visión institucional” que frene “la amenaza del populismo”.

“MESAS PARALELAS”



No opina lo mismo la oposición sobre el alcance de lo acordado en el País Vasco. La elección del PNV del PP como socio presupuestario excluye tanto a Podemos como EH Bildu, que pedirán en vano la devolución de las cuentas al Gobierno. Ambos han criticado la decisión de la formación de Ortuzar y ligado su pacto con el PP a una hipotética “mesa paralela” conformada en Madrid.

El portavoz de Podemos, Lander Martínez, ha denunciado que el acuerdo es “fruto de la relación entre PNV y PP” y que los Presupuestos Generales del Estado serán “una derivada más “ de su entendimiento, del que ha citado como precedentes el apoyo nacionalista “al techo de gasto de Rajoy” y que “Maroto y Alonso se hayan librado de volver al juzgado” (en referencia a la absolución de ambos dirigentes por el Tribunal de Cuentas).

Los contactos presupuestarios con la oposición mantenidos por el Gobierno vasco han seguido un guión similar al establecido por el PNV hace unos meses para decidir con quién gobernar desde Ajuria Enea. El consejero de Hacienda, que ha pilotado las negociaciones, se ha reunido con todos los grupos sin decantarse inicialmente por ninguno en la pretensión no explicitada de que algunos de sus interlocutores acabaran autoexcluyéndose. En el guión no escrito del PNV su primera opción era el PP, al igual que antes lo fue el PSE-EE. Tampoco aquí ha habido sorpresas.

El descarte de Podemos llegó enseguida. Sus demandas de subir un 15% la RGI (Renta de Garantía de Ingresos) y aplicar recargos tributarios a las grandes empresas, las rentas de capital, las herencias, la compraventa de segundas viviendas y el juego, eran “inaceptables” para el Ejecutivo vasco. “El acuerdo era imposible. Sus líneas rojas no pueden ser asumidas por este Gobierno”, ha ratificado Azpiazu esta mañana.

EXCLUSIÓN DE EH BILDU

Más ha tardado en clarificarse la situación entre PNV y EH Bildu, que este mismo martes mantuvieron su último encuentro y que a partir de entonces se han enzarzado en un cruce de declaraciones responsabilizándose el uno al otro del distanciamiento de sus posturas.

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha acusado a la coalición abertzale de “plegarse al chantaje” de la central nacionalista ELA, en permanente pie de guerra con el Ejecutivo , mientras desde EH Bildu su portavoz, Maddalen Iriarte, restaba validez al argumento y lo enmarcaba en “las dificultades” que tiene el PNV para explicar su pacto con el partido “más rechazado e impopular “ de la comunidad autónoma.

Según Azpiazu los miembros de EH Bildu no han aportado a la mesa de negociación “ninguna propuesta concreta” y sólo han sabido por los medios de comunicación los detalles de sus exigencias sobre una reforma fiscal y variaciones presupuestarias por importe de 164 millones de euros.

“No hemos tenido elementos para explorar un acuerdo”, ha zanjado el consejero de Hacienda, que ha presentado al PP como “la alternativa más razonable” para sacar adelante y en plazo un presupuesto “realista”.

Desde EH Bildu, por el contrario, se insiste en que las correcciones solicitadas a las cuentas eran las “mínimas” necesarias para fortalecer el empleo, la sanidad, la educación, las pensiones y la protección social. A través de Iriarte ha denunciado que PNV ha optado por el PP, “el máximo exponente de los recortes” y la quinta fuerza del Parlamento Vasco, en vez de situarse junto a los partidos que representan “la mayoría social y política del país”.