La Fundación Faes, presidida por José María Aznar, ha querido aportar su particular visión sobre el anuncio de la banda terrorista ETA de su desarme unilateral. En un artículo publicado en su página web, el think tank pide al Gobierno de Mariano Rajoy "altura de miras" ante lo que parece "el mismo propósito de siempre: la pretensión propagandística de enmascarar su derrota".
A su juicio, la reacción del Gobierno ha sido la pertinente. "El presidente Rajoy dejó claro que no habrá contrapartidas y el ministro del Interior acertó a puntualizar que lo más importante es que la marca de ETA desaparezca para siempre". Para la fundación presidida por Aznar, "estar a la altura" de este momento supondrá "tener claro el marco conceptual del final del terrorismo. Lo que nos jugamos todos, instituciones y ciudadanía, es dotar de sentido el sacrificio de las víctimas, mantener intacto el acervo político de la democracia española agredida y asentar las bases de una convivencia en paz y libertad desde la decencia y la justicia".
Aznar pide desde estas líneas al Gobierno "no ceder protagonismo a la propaganda terrorista". Hasta aquí hemos llegado, asegura el expresidente, "gracias a que el Estado de Derecho hizo valer su legitimidad y su eficacia". Por eso cree que un "eventual desarme será fruto de la firmeza del Estado, no de ninguna disposición de la banda, de ningún proceso, de ninguna intriga protagonizada por hombres de paz con años de complicidad criminal a la espalda".
La situación del arsenal
En su análisis, Faes asegura que le corresponde a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la "verificación del estado" en que se encuentra ETA "en cada momento", "de la situación de sus arsenales y de su clausura". Quedan, recuerda, "más de trescientos asesinatos sin resolver judicialmente, sin autoría conocida".
El think tank quiere subrayar que ETA "ha asesinado en nombre de una pretensión política de signo nacionalista". Por eso, el final de la banda a que aspira el conjunto del nacionalismo vasco "es aquel en el que queda intacto el valor político de esa pretensión, sin que la macrovictimización de más de ochocientas personas lo afecte".
En este sentido, Faes cree pertinente refrescar la memoria y recordar que la perduración en el tiempo del terrorismo etarra "se explica por la complacencia y tolerancia con que algunos sectores políticos lo han contemplado y el aprovechamiento político de su existencia como argumento reivindicativo y negociador". El terrorismo ha servido, mantiene el mismo análisis, "para interiorizar doctrinas nacionalistas so pena de sufrir las consecuencias".
Aznar cree que "estaremos a la altura" si "el recuerdo y la reparación a las víctimas, la deslegitimización de la trayectoria histórica de ETA y la exigencia hacia los que, desde las cárceles, mantienen su militancia terrorista, protagonizan este momento". Faes insta al Gobierno a "desmontar los pretextos que han dotado justificación ideológica y amparo retórico a la práctica terrorista". Mientras "subsista" y "quiera ser hegemónica la narrativa del conflicto", insisten, "subsistirá la justificación retrospectiva de medio siglo de terror".
Reconocimiento
Faes pide la "disolución incondicional y definitiva" de la banda, "el reconocimiento no solo del daño causado, sino el de su injusticia e ilegitimidad". También "las denuncia del aplauso a los asesinos; el recuerdo crítico del silencio y la insolidaridad que rodearon a las víctimas y a los amenazados". La verdadera paz, concluye el escrito, "exige señalar la destrucción y la muerte causadas, responsabilizar a los que mataron y honrar a los que murieron".