El 22 de febrero de 2017, Valtonyc pedía “DIFUSIÓN” y apoyo en Twitter. El rapero había sido condenado a 3 años y 6 meses de cárcel por la Audiencia Nacional. Los delitos: enaltecimiento del terrorismo, humillación a las víctimas e injurias a la Corona. Un mes después, ha impartido una charla sobre libertad de expresión a niños de 1º y 4º de ESO en un instituto público balear, el Santa Margalida.
Tanto el centro como el propio Valtonyc presumían en redes sociales de este encuentro, celebrado el lunes. El Santa Margalida se refería al “regalo de un rapero valiente”, “una reflexión sobre si la Justicia nos protege”, “hemos hablado acerca de la importancia de no callar”. Josep M. Arenas, Valtonyc, decía: “Les he preguntado si por decir algo que no gusta encerrarían a alguien en una habitación durante 3 años y 6 meses. Evidentemente no lo harían”.
Los versos que condenaron a Valtonyc cargaban, casi siempre, contra el rey emérito: “Utilizaba a su hermano como diana”, “por qué no se fractura la cabeza, y no la cadera”, “un día ocuparemos Marivent con un kalashnikov”, “el rey tiene una cita en la plaza del pueblo, una soga al cuello” o “puta policía, puta monarquía, a ver si ETA pone una bomba y explota”.
Este joven, “cosecha del 93” –así se define en Twitter–, se agarró al derecho a la libertad de expresión, pero la Justicia consideró que lo rebasaba sobremanera. El fallo, en concreto, concluyó sobre estas letras: "Tienen un indudable carácter laudatorio de las organizaciones terroristas GRAPO y ETA y de sus miembros, el cual va más allá de la expresión de coincidencia con objetivos políticos, solidaridad con los presos o camaradería nacida de vínculos ideológicos y que comporta una alabanza, no ya de los objetivos políticos sino de los medios violentos empleados por las citadas organizaciones terroristas y por sus miembros y contienen una incitación a su reiteración".
El rapero aseguraba tras el encuentro que los niños definieron la libertad de expresión con un “poder decir lo que quieras”, una premisa que, de ser asumida por la Justicia, hubiera evitado su condena.
Valtonyc, sentado en una mesa y en un debate distendido, puso sobre el tapete la monarquía, uno de los temas recogidos en sus canciones. “Entre 90 ninguno le ha encontrado utilidad (…) quieren elegir si tenemos que tener Corona o no”.
El Instituto Santa Margalida, que calificaba la visita del artista como “uno de esos días guapos”, terminaba su comentario en Facebook pidiendo la absolución de Valtonyc.