Con el proceso de avales, este jueves el PSOE asiste a la primera medición real de apoyos entre Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López, que el 21 de mayo se enfrentarán en las urnas de las primarias por el liderazgo del partido.
No hay estudios demoscópicos que hasta ahora hayan reflejado las preferencias de los militantes. La Gestora y los distintos candidatos aseguran no haber encargado ninguna encuesta, más allá de los no muy fiables sondeos en redes sociales. Las encuestas que han publicado diversos medios, entre ellos EL ESPAÑOL, con un seguimiento exhaustivo desde hace meses, reflejan que los votantes socialistas (sean militantes o no) prefieren a Pedro Sánchez como líder. Pero en las primarias del PSOE sólo votan los militantes del partido que figuren en el censo.
El futuro del partido y, según algunos, de la política española a corto plazo, depende de 187.949 hombres y mujeres del PSOE, el PSC y las organizaciones juveniles de ambos al corriente de sus cuotas.
En la mañana del jueves, los tres aspirantes más destacados han anunciado a los medios su número de avales recopilados tras enviar a la sede del PSOE varias cajas llenas de hojas firmadas. Había expectación. Díaz: 62.617. Sánchez: 57.369. López: 12.000. Primero se supo la cifra de López. Luego, el de Díaz, un dato histórico. Finalmente, la gran sorpresa, el enorme respaldo logrado por Sánchez, mayor de lo esperado dentro del partido, incluso mayor de lo anticipado por su propio equipo.
¿Por qué se exigen avales?
Para descartar candidatos y concentrar el proceso en torno a aquellos con posibilidades reales de alcanzar la secretaría general. Según el artículo 11 del reglamento de congresos del partido, "para alcanzar la condición de candidato, un militante deberá reunir, como mínimo, el aval del 5% del total de militantes". Se ha calculado sobre el censo provisional, antes de las reclamaciones que se saldaron con un aumento de 589 afiliados con derecho a voto respecto al primer dato comunicado.
La cifra mágica de estas primarias es de 9.368. Ese es el número de avales que debe tener cada candidato para que en cada urna, el día 21 de mayo, haya una papeleta con su nombre. Hay siete militantes que han comunicado al PSOE de manera formal su intención de presentarse, pero se espera que sólo Díaz, Sánchez y López superen el umbral. Se considera que sólo ellos tienen unos apoyos y estructura en todo el país suficiente para superar la prueba.
¿Cómo es la recogida de avales?
El proceso de avales no es ni más ni menos que una recogida de firmas. Comenzó el 20 de abril y la fecha tope para presentarlos concluyó este jueves a las 12:00.
La dirección del partido puso a disposición de cada aspirante, llamado formalmente precandidato, dos formularios distintos: el aval individual o el colectivo. En el primer caso, cualquier afiliado puede rellenarlo y hacerlo llegar, por correo certificado, a la sede socialista. Tiene que poner su DNI, adjuntar además una copia, e indicar la fecha de nacimiento y agrupación donde milita. Aquí, como ejemplo, el formulario individual para avalar a López.
Pero lo habitual es avalar en hojas conjuntas que obran en poder de los equipos de los aspirantes. Frente a los 62.617 que este jueves anunciaba haber aportado el equipo de Díaz, sólo 900 militantes optaron por el aval individual, según el equipo de la presidenta andaluza.
Los que centralizan esas hojas de avales (aquí otro ejemplo: el de Sánchez) suelen ser dirigentes o cargos del partido en las agrupaciones o, en ocasiones, de casa en casa. La máxima es "tener controlados a los tuyos". Las facturas de teléfono y el kilometraje de los que trabajan para cada aspirante se incrementan. Hay que convencer a cuanta más gente mejor.
¿Cómo se hace el recuento?
En una sala de la sede socialista. Y no en cualquiera. El salón de actos Ramón Rubial, el de los comités federales (también el del 1 de octubre en el que cayó Sánchez), unas 55 personas verifican cada aval. Hay un estricto control de acceso a esa sala, en la que están trabajadores de Ferraz, como mucho dos representantes de cada aspirante, miembros de la comisión de garantías del partido y el comité organizador de las primarias, armados con ordenadores y equipos de grabación.
Aquí hay una explicación de cómo se hace el recuento, que básicamente consiste en cotejar cada aval con el censo en presencia de dos representantes de cada candidatura, para que no haya trampa ni cartón. Una vez terminado el proceso, los avales, que contienen datos personales, se destruyen.
¿Y si alguien avala a dos candidatos?
El artículo 16 del reglamento de congresos es claro: "Nadie podrá avalar a más de una persona. Se considerarán avales nulos todos los emitidos por una persona a favor de más de una candidatura". Tampoco vale firmar dos veces por el mismo aspirante. En ese caso, no se invalidan sino que sólo se cuenta uno de ellos.
Terminado el proceso, y contando con un margen para reclamaciones, se proclama a los candidatos. Eso será el 8 de mayo, el próximo lunes. A partir del 9 y hasta el 20, sin la jornada de reflexión que hay para procesos institucionales, se desarrolla la campaña electoral.
¿Cómo se comunican los datos sobre avales?
No hay reglas al respecto. En 2014, la candidatura de Eduardo Madina a las primarias pidió que se desglosaran por provincias y así acabó haciéndose. Entonces hubo muchas sospechas sobre el tercer candidato en liza, José Antonio Pérez Tapias. Madina quería transparencia para, entre otras cosas, aclarar si alguien había prestado avales a otro candidato.
Entonces, Díaz iba con Sánchez. Sánchez era el candidato más moderado y del aparato, frente a Madina, considerado más a la izquierda y más independiente. Entre los que apoyaron al diputado vasco todavía se preguntan qué hubiera pasado si Pérez Tapias, de la corriente Izquierda Socialista, no hubiese llegado al umbral de avales. ¿Hubiera sido Madina el sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba? Según las malas lenguas, Díaz recogió firmas para Pérez Tapias, hoy con Sánchez, con el objetivo de dividir el voto, perjudicar a Madina y beneficiar a su hoy enemigo mortal.
Será la Comisión Federal de Ética y Garantías la que decida cómo se comunican. El equipo de Díaz y Sánchez han anunciado que quieren saber el recuento por provincias o federaciones. López, no. Para él, los avales son sólo un trámite para estar en la carrera, no una primera vuelta.
¿Qué ha pasado en otras ocasiones?
En 2014, Pedro Sánchez obtuvo 41.338 avales, Eduardo Madina 25.238 y José Antonio Pérez Tapias, 9.912. Aunque no exacta, entonces hubo una cierta correlación entre el número de avales y de votos. Sánchez ganó con claridad las primarias con 64.116 votos, cediendo unos puntos en porcentaje de apoyo, frente a Madina (47.750) y Pérez Tapias (19.869), que mejoraron en relación a los avales.
No hay experiencias previas en el ámbito federal. Las de 2014 fueron las primeras primarias en las que votaron los militantes. Antes de ese año, los líderes del PSOE eran elegidos por medio de delegados.
En 2014, el porcentaje de avales sobre el censo fue del 38,6%. Si las cifras que han facilitado las candidaturas son ciertas, en esta ocasión es del 70,2% del cuerpo electoral.
¿Por qué son importantes los avales?
Al ser el único dato fiable y verificado de apoyos, condicionan el debate y la campaña. Los propios anuncios de este jueves, antes incluso de conocer las cifras definitivas, fueron utilizados como un argumento electoral más.
Si un candidato reúne más avales que sus dos oponentes juntos, puede encarar la campaña con una expectativa razonable de victoria. Si hay una dura competencia entre dos candidatos, el tercero puede desmoralizarse y sus partidarios optar por el voto útil. Si en avales la batalla está reñida entre dos, puede polarizarse la carrera.
¿Puede haber pucherazo?
Por las personas implicadas en el proceso y las garantías reglamentarias, es difícil. En la sala de recuento hay representantes de todos los aspirantes y parte del proceso es a través de ordenadores y escáneres sin intervención humana.
Se trata de cotejar que las personas que han firmado están en el censo. Y el censo definitivo no ha sido cuestionado por ningún aspirante.
¿Cuáles eran las expectativas?
Díaz nunca ocultó que pretendía lograr el mayor número de avales posible. López nunca ocultó que para él, esta fase era un trámite que no condicionaba el resultado final de las primarias, por lo que optó por reunir las firmas imprescindibles y algunas más por si hay avales que se invalidan.
Pedro Sánchez, en cambio, ha cambiado su discurso. Primero advirtió de que los avales de Díaz podían ser forzados con coacciones. Al fin y al cabo, el que tiene los formularios puede comprobar quién ha firmado y quién falta. Teniendo en cuenta que Díaz tiene un enorme apoyo de cargos institucionales y dirigentes de peso, el equipo de Sánchez comenzó a diseminar la idea de que muchos lo harían obligados. Parte del voto de Díaz será clientelar, según esta tesis. Por ese motivo, los partidarios de Sánchez creían que ganar en avales podría significar perder en votos. Y más tras la abstención ante Mariano Rajoy decidida en el Comité Federal frente al sentir de las bases, como recuerda el aspirante en todos sus mítines.
En los últimos días, el equipo de Sánchez cambió de tecla. Algunos de sus partidarios aseguraban que iban a "arrasar". Otros no descartaban mantener la estrategia inicial e incluso no presentar todas las firmas, con el objetivo de no señalar a algunos militantes que podrían haber avalado a Sánchez en contra de dirigentes susanistas.