La negativa de Ciudadanos a apoyar el cupo vasco que el Gobierno ha cerrado con el Partido Nacionalista Vasco a cambio de su sí a los Presupuestos Generales del Estado obligará al PSOE a retratarse. El acuerdo entre el Ejecutivo central y el vasco deberá materializarse en la nueva Ley Quinquenal de Cupo, y para aprobarse, una vez que se sabe que los 32 diputados del grupo que lidera Albert Rivera votará en contra, será determinante la postura que tome el partido socialista.
El PSOE, de momento, solo ha anunciado que estudiará con “rigurosidad” el acuerdo para “profundizar” y ver qué hay detrás de las cifras, aunque ha defendido la constitucionalidad del régimen fiscal. El anuncio del cupo, sin embargo, ha provocado un gran rechazo entre gran parte de los barones socialistas que critican que el PNV apoye los PGE a golpe de chequera y que, para contentarlos a ellos, la brecha entre comunidades se agrande.
Uno de los más duros con esta concesión del Ejecutivo central al País Vasco ha sido el aragonés Javier Lambán, que asegura que este pacto hace “absolutamente imposible” un consenso sobre la financiación autonómica con el resto de comunidades. El presidente aragonés, que apoya a Susana Díaz en las primarias socialistas, mantiene que el cupo es “injusto” y ha reprochado duramente al PP por su pacto con los nacionalistas vascos.
El valenciano Ximo Puig, que también respalda a la presidenta andaluza, se ha mostrado públicamente en la misma línea que Lambán. “Si hay dinero para solucionar el cupo vasco, que también haya dinero para solucionar la viabilidad del resto de comunidades”, dijo, tras afirmar que la Comunidad Valenciana es “la que menos recibe de España” de los Presupuestos Generales del Estado. “Generar esta discriminación de manera permanente lo único que genera es conflicto”, zanjó.
La rebelión de los barones socialistas
El extremeño Guillermo Fernández Vara, aval de Díaz, también se revuelve cuando habla del acuerdo entre País Vasco y Gobierno central. El presidente de la Junta regional ha defendido que en Extremadura no hay “partidos nacionalistas ni lobbies” y ha criticado que el PNV haya cambiado el voto afirmativo de sus cinco diputados en el Parlamento a cambio de “muchos miles de euros”. El enfado también ha quedado patente en Cantabria, donde el consejero de Economía, el socialista Juan José Sota, ha pedido un “trato justo” para las autonomías “equivalente” al del País Vasco, una de las regiones “más ricas de España” a la que se le dan “mayores ingresos”.
Las críticas al Gobierno también han llegado desde autonomías donde gobierna el Partido Popular. De hecho, la que más ha dolido ha sido la que ha llegado desde Galicia, donde el único barón que gobierna con mayoría absoluta ha pedido “transparentar” el cupo vasco. Alberto Núñez Feijóo ha reconocido en público que no le ha gustado el acuerdo que ha cerrado el Ejecutivo de Mariano Rajoy con el PNV y ha pedido saber cómo funcionará y por qué una autonomía “va a pagar menos”. A su juicio, lo entendible hubiera sido que su partido hubiera cerrado las cuentas del Estado con los socialistas, que tienen 85 diputados, y no con los nacionalistas vascos, que solo disponen de cinco escaños.
Sin mayoría absoluta
A pesar del revuelo que ha ocasionado el acuerdo que han firmado PNV y el Gobierno central para sacar adelante las cuentas del Estado, Rajoy todavía no tiene asegurados los 176 votos afirmativos que necesita para dar luz verde a los Presupuestos. Resuelto el apoyo vasco, todas las miradas se concentran ahora en Pedro Quevedo, el único diputado de Nueva Canarias, el escaño que el PP necesita para pasar este trámite. Un solo voto, el de la mayoría absoluta, que también costará su peso en oro.