Pedro Sánchez no quiere preguntas de los medios de comunicación. Este jueves, el candidato al liderazgo del PSOE convocó a tres actos a la prensa. En uno de ellos, la presentación de su programa definitivo, aprovechó hasta en tres ocasiones para aconsejar a los informadores sobre su labor.
"Quería pedirles que intentemos romper la barrera de la comunicación. No sólo tenemos que hablar de lo que dice un candidato u otro, sino de lo que proponemos cada uno de los candidatos, porque es importante", dijo.
En otra ocasión, reprochó a algunos medios que en febrero hubiesen interpretado que su programa suponía un "giro a la izquierda" y por último repitió que quiere que España avance en el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado, algo que, según dijo, sabe que interesa a la prensa.
La sorpresa llegó justo a continuación, cuando Sánchez se bajó del estrado y caminó entre las cámaras y los micrófonos, visiblemente molesto, sin atender a una sola de las preguntas. "No me volváis a hacer las mismas preguntas", dijo, como si hubiera respondido a alguna. "Por favor, hombre", dijo a uno de los informadores, que se interesaba por una rectificación de su programa sobre los pactos con Podemos.
"Venga, gracias"
"Queremos romper la barrera de la comunicación, Pedro. Simplemente", le pidió una periodista que cubre habitualmente la información del PSOE. "Hacéis muy bien. Venga, gracias", despachó, incómodo. "Una sola pregunta, Pedro", dijo otra periodista. Nada.
Una de sus colaboradoras, la magistrada y ahora diputada Margarita Robles, que intervino en el acto y atiende a la prensa con cordialidad y normalidad, trató de interceder para que Sánchez respondiese a alguna pregunta. Sin éxito.
En su discurso, Sánchez aprovechó para atacar a Rajoy por querer comparecer como testigo por el caso Gürtel, aunque en realidad el presidente del Gobierno se somete, voluntariamente o no, a muchas más preguntas de la prensa.
Sánchez lleva sin dar una rueda de prensa ocho meses. La última fue el 26 de septiembre, el día después de las elecciones vascas y gallegas, cuando convocó un congreso que debería celebrarse en tres semanas. Desde que dimitió como líder del PSOE, pasó varios meses sin conceder una sola entrevista, aunque en las últimas semanas ha vuelto a ofrecer alguna. Pero las entrevistas son contadas y los medios, cuidadosamente seleccionados.
El que menos se somete a preguntas
Sánchez es, con diferencia, el candidato a la secretaría general del PSOE que menos preguntas responde de la prensa. Su equipo lo ha justificado en algunas ocasiones como parte de su estrategia de comunicación directa con la militancia a través de discursos en mítines y redes sociales. "Tenemos una estrategia de campaña. Podrá gustar o no gustar, pero hay que respetarla", dijo en marzo Adriana Lastra, coordinadora de su campaña, en una entrevista con EL ESPAÑOL.
En el otro extremo está Patxi López, que este jueves anunciaba que desde enero ha concedido 100 entrevistas. La última, un amplio encuentro con EL ESPAÑOL en el que respondió a decenas de preguntas, incluyendo muchas incómodas. Sus encuentros con los informadores son constantes. Susana Díaz, por su parte, también lleva meses sin conceder una rueda de prensa, pero en cambio responde casi todos los días a preguntas de los medios a través de los conocidos como "canutazos": comparecencias breves, a menudo en la calle, antes o después de algún acto. En cada canutazo, Díaz responde al menos a media docena de preguntas.
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