“Rajoy conocía la contabilidad B desde el principio”. El autor de esta frase, pronunciada en enero de 2015, fue el extesorero del PP Luis Bárcenas, recién salido de prisión. Es el mismo que ahora considera un “despropósito” que la Audiencia Nacional cite a declarar al presidente del Gobierno, precisamente para que explique lo que sabía de la corrupción que anidó en su partido en torno a la trama Gürtel. Las declaraciones de Bárcenas este lunes confirman su viraje: ha pasado de situar a Mariano Rajoy en el centro de sus acusaciones a sumarse a la defensa del PP para salvar a su líder de la visita al tribunal.
Como telón de fondo en este cambio radical crece la sospecha de un posible pacto entre el extesorero y Génova, algo que él niega, pero que comenzó a tomar fuerza cuando en septiembre del año pasado retiró su acusación contra la formación por la destrucción de sus discos duros. Salvó así a su expartido, que tenía ya un pie en el banquillo. Poco quedaba entonces del Bárcenas retador que un año y medio antes abandonó el centro penitenciario de Soto Real lanzando una amenaza velada a Rajoy.
Tras 19 meses de reclusión, tiró de ironía parafraseando el sms que le envió el líder del Ejecutivo cuando explotó el caso Gürtel. “Le he hecho caso a Rajoy, le doy las gracias, Luis ha sido fuerte de verdad”, dijo en alusión a los mensajes que su propio entorno filtró para demostrar que el máximo líder popular valoraba mucho su silencio. Se veía tan fuerte que llegó a pedir el reingreso en el partido, algo que no se produjo.
El origen de la guerra entre el PP y su extesorero había empezado en 2013, concretamente cuando Suiza remitió a las autoridades españolas la información en la que se daba cuenta de los 45 millones que Bárcenas llegó a acumular en el país helvético. Aquello fue el detonante de acusaciones cruzadas entre el exresponsable de finanzas del PP y destacados miembros del partido como la secretaria general, María Dolores de Cospedal. El enfrentamiento llegó a los tribunales con casos como el despido de Bárcenas o la citada destrucción de sus ordenadores. Fue en el marco de esta guerra cuando salieron a la luz los conocidos como Papeles de Bárcenas con la contabilidad b del PP. En una primera declaración ante la Fiscalía Anticorrupción, se desvinculó de esos apuntes y dijo que eran anotaciones propias de un “tendero”.
Declaración ante el juez
Muy distinta fueron las explicaciones que ofreció el extesorero al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz meses después cuando dio a entender que Rajoy conocía perfectamente el modus operandi de las donaciones. Aquel fue el primer viraje de Bárcenas. El magistrado preguntó quién más -junto a los tesoreros- sabía de las donaciones en metálico fuera de la Ley. "Entiendo que como mínimo el presidente y el secretario general", respondió Bárcenas apuntando directamente a Rajoy.
El ex tesorero nunca habló de cantidades, pero dijo que cada vez que venía algún donante, su antecesor, Álvaro Lapuerta, avisaba indistintantemente al presidente del partido o al secretario general del montante. El entonces director de El Mundo, Pedro J. Ramírez declaró ante Ruz que Bárcenas le reveló en una conversación que un conocido empresario quiso hacer una donación de 300.000 euros al partido antes de las generales del 2011 y que tenía mucho interés en que Rajoy lo supiese.
Además, en la información titulada Cuatro horas con Bárcenas, este mismo diario publicó una extensa conversación con Bárcenas. El extesorero relató que el partido se había financiado de forma ilegal al menos durante 20 años. Llegó a relatar una reunión en el despacho de Rajoy en la que él le describió al presidente el cobro de una comisión de 200.000 euros por encargo del PP de Castilla-La Mancha a cambio de la adjudicación de una contrata municipal en Toledo a una empresa de construcción y servicios cuyo polémico presidente aparece en la lista de donantes del partido.
Cuando Bárcenas le mostró documentos acreditativos de la operación, Rajoy se echó literalmente las manos a la cabeza y -siempre según los recuerdos del extesorero- exclamó: “¡Por Dios, Luis, cómo puedes tener estos papeles!”. De acuerdo con Bárcenas, Rajoy cambiando el tono, apeló entonces a su sentido de la responsabilidad: “Templanza, Luis, templanza”. También le dijo: “Eres víctima de una persecución política. Esto no va contra ti, va contra mí”. Y dirigiéndose a su esposa añadió: “Rosa, no os vamos a abandonar”.
En el contexto de estas publicaciones, la cúpula policial infiltró a varias personas en el entorno de Bárcenas en la denominada operación Kitchen para conocer el contenido de la documentación que guardaba en casa, los contactos de su mujer con la prensa y evaluar así el riesgo de que se filtrara documentación relevante que afectara al Gobierno de Rajoy.
Ninguna de las promesas se cumplieron. Su esposa fue imputada, él fue a prisión y amenazó con tirar de la manta. Primero sugirió que publicaría los recibís que supuestamente obligaba a firmar a gran parte de los trabajadores de Génova como gratificaciones eventuales no declaradas. Sin embargo, a lo largo del tiempo, Bárcenas se sumió en el silencio. Este cambio se produjo justo en los meses previos a las elecciones generales de diciembre de 2015, con el PP jugándose el Gobierno ante el auge de formaciones como Podemos y Ciudadanos volcadas en las denuncias de corrupción. Tras el ciclo electoral, el silencio de Bárcenas continúa y con él las sospechas de pacto.
Indicios de acercamiento
Este diario ha venido publicando información sobre un posible acercamiento entre Bárcenas y el que fuera su partido, algo que él insiste en negar. La última pista sobre esta estrategia se ha producido en el marco de la Operación Lezo. La Guardia Civil interceptó una conversación del expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, en la que sostenía que Bárcenas había realizado una aproximación al partido que en su día le echó y habría firmado un pacto de no agresión con su principal responsable, Mariano Rajoy.
En concreto, la conversación a la que tuvo acceso EL ESPAÑOL giraba en torno al pacto que Bárcenas habría alcanzado con varios alcaldes acusados por el caso Gürtel, a quienes habría facilitado datos para que los usasen en el juicio a cambio de no mencionar a Rajoy. Ahora Bárcenas sigue esa misma línea y no ha dudado en manifestar ante los micrófonos de LaSexta que la declaración de Rajoy, a quien él mismo ubicó en la X de la corrupción, es un “despropósito”.