La Guardia Civil está investigando dos denuncias en la Comunidad de Madrid donde dos menores manifiestan haber recibido unos correos electrónicos para participar en el peligroso juego de Internet denominado Ballena Azul, según ha informado Europa Press fuentes del Instituto Armado.
Tal y como adelanta este lunes el diario El Mundo, se trata de dos menores, de 8 y 13 años, de un colegio público en la localidad de Campo Real y de un instituto de Villanueva del Pardillo.
Por su parte, el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Rafael van Grieken, ha confirmado también que se está indagando en el envío de estos de dos correos dirigido a dos menores para participar en el juego de Ballena Azul.
Detectado por los profesores
Van Grieken ha explicado que fue la comunidad educativa de estos dos centros la que detectó esta situación y que los equipos directivos, junto a los padres, pusieron en marcha las medidas para que se investigara esta cuestión por la Guardia Civil.
Los casos se han dado en el colegio público de Campo Real, en el que estudia el niño de 8 años, y el instituto público de Villanueva del Pardillo, en el que estudia el de 13.
Desde el colegio Miguel Delibes de Campo Real su directora ha negado, en declaraciones a Efe, que "exista ningún caso de ballena azul", ya que simplemente hubo una conversación entre dos alumnos "en la que uno le decía al otro que en el instituto de su prima jugaban a ese juego", sin que ninguno de los dos "supiera qué es ni pasase nada más".
La Consejería de Educación ha detallado que se ha activado el protocolo relativo a acoso escolar y que el equipo para fomentar la buena convivencia escolar está dando apoyo a ambos centros para "cortar y prevenir" esta situación.
Van Grieken ha indicado que esta "práctica deleznable" se va a combatir con "educación y información" y que se despliegan medidas preventivas no solo a los chicos afectados por la recepción de este correo sino también a su entorno.
El fenómeno de Ballena Azul da nombre a un juego al que se atribuyen casos de suicidio entre adolescentes por las reglas del propio juego, donde se va pidiendo a los participantes que vayan realizando una serie de pruebas. Su difusión comenzó a través las redes sociales, donde los jugadores mostraban heridas que se habían hecho ellos mismos con la forma de este cetáceo.