El Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, que preside Consuelo Ordóñez, ha interpuesto una denuncia penal por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas contra miembros de la familia de los exdirigentes de ETA Ibon y Eneko Gogeaskoetxea, exjefes del aparato logístico y militar de la banda. Su iniciativa tiene lugar a raíz del entierro y el funeral del padre de los hermanos Gogeaskoetxea que, según ha informado, se produjo entre vítores y simbología de la organización criminal.
Numerosas personas, incluidas niños, acompañaron el ataúd envuelto en una bandera con el anagrama del hacha y la serpiente y el lema de ETA "bietan jarrai", tal y como muestran las imágenes difundidas por Covite.
La asociación recuerda en su escrito que el Tribunal Constitucional ha definido el discurso de odio como "aquella forma de expresión que propaga, promueve o justifica el odio racial, la xenofobia y otras formas de odio basadas en la intolerancia, incluyendo la intolerancia manifestada mediante un nacionalismo y etnocentrismo agresivos como los que la representa la organización terrorista ETA".
Covite, que amplía su denuncia a todos los que participaron en el funeral, considera que los actos vulneraron el artículo 578 del Código Penal y señala que "portar una bandera de ETA en un lugar público manifiesta una clara voluntad de ensalzar a la organización terrorista y a sus miembros".
La asociación de Ordóñez asegura en el comunicado en el que da cuenta de su denuncia que "el culto al terrorismo en el País Vasco es una realidad preocupante avivada por la nula aplicación de políticas públicas de prevención de la radicalización violenta".