La Comisión Europea no va a revisar las subvenciones comunitarias que recibe la Liga de Derechos Humanos de Francia, cuyo presidente de honor es Michel Tubiana, uno de los autodenominados "artesanos de la paz" que intervino en el último desarme de ETA en Bayona (Francia). Según explica el comisario de Interior Dimitros Avranopoulos en una respuesta parlamentaria escrita a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, no consta ninguna irregularidad en el uso de los fondos públicos que percibe este colectivo.
El nombre de la Liga apareció tras la operación policial de diciembre del año pasado cuando las autoridades francesas, en colaboración con la Guardia Civil, arrestaron a varias personas en el momento en el que estaban destruyendo parte del arsenal que aún le quedaba a ETA. Fueron descubiertos en plena faena en un caserío de la localidad francesa de Luhuso. La idea era inutilizar esas armas -con el riesgo de eliminar las pruebas que hubiese en ellas- y después hacerlo público en nombre de la banda terrorista con la que habían establecido contacto previamente.
El desarme de Bayona
Estas personas que se presentaron como miembros de la sociedad civil y se dieron a sí mismos el nombre de "artesanos de la paz" son los mismos que organizaron en abril el desarme de Bayona ante la pasividad de las autoridades. Anunciaron que ETA les había entregado 120 armas, pero tras el recuento oficial salieron menos. La jornada contó un fuerte despliegue en la ciudad del sur de Francia. Se desarrollaron actos en el Ayuntamiento, el Museo Vasco de la ciudad y se instaló un gran escenario en una de las principales plazas. En esos actos jugó un papel central Michel Tubiana.
La Liga de Derechos Humanos de Francia se fundó a finales del siglo XIX y cuenta con un 20% de financiación pública, según consta en su documentación interna a la que tuvo acceso este diario. Recurrir a este tipo de colectivos es un recurso habitual de los terroristas en su estrategia de legitimar sus movimientos e internacionalizar sus mensaje.
El año pasado la Liga percibió un total de 755.712,56 euros del Gobierno francés. Según su memoria interna de 2015, los fondos de la UE, están condicionados “por los proyectos en temas como el racismo, la discriminación, derechos de los romaníes, la protección de los datos personales... Por eso es muy variable”.
Relación con ETA
En vista de su relación con la organización terrorista, la europarlamentaria española Beatriz Becerra presentó una batería de preguntas ante la Comisión. Quería saber si las autoridades comunitarias iban a confirmar que las actividades de la Liga financiadas con fondos de la Unión Europea no tienen ninguna relación con las acciones realizadas en colaboración con ETA y si consideraban aceptable la concesión de subvenciones a una asociación así.
La respuesta de la Comisión opta por defender estas subvenciones: “La financiación de la UE se gestiona de conformidad con normas y procedimientos estrictos a fin de garantizar un control riguroso de la manera en que se emplean los fondos y que el dinero se gaste de forma transparente y responsable”. Y concluye: “No obra en poder de la Comisión ninguna información que indique cualquier uso indebido de fondos de la UE o que la Liga de Derechos Humanos (LDH) esté implicada en actividad ilegal alguna”.