El Partido Popular recurrirá a Tribunal Constitucional la comisión de investigación de sus finanzas tras comprobar el desastre político de la primera sesión en la que desfiló un único compareciente: Luis Bárcenas. La Mesa del Congreso confirmará este martes que rechaza el recurso del PP donde se pedía la paralización de la comisión porque creen que debe delimitarse el objeto y el ámbito temporal de la misma. Acudirán al Alto Tribunal cuando la Mesa lo deniegue.
Hasta que el órgano rector del Parlamento no se pronuncie el PP no puede pedir amparo al Constitucional. De hecho, fuentes internas del partido conservador aseguran que será "difícil" presentarla inmediatamente y confían en hacerlo en las próximas semanas, antes de que lleguen de lleno las vacaciones estivales. Las mismas fuentes denuncian que la comisión tiene "elementos de ilegalidad" y que su único objetivo es imponer la "ley de la selva" con un único objetivo: hacer daño al partido del Gobierno.
Aunque públicamente tanto en Moncloa como en el Partido Popular aseguran que no han dedicado ni un solo segundo del día a ver la comparecencia de su extesorero, lo cierto es que el supuesto capote que Luis Bárcenas ha querido echar al PP no ha servido de mucho a Mariano Rajoy. La primera vez que el extesorero intervino en la comisión fue para reprochar a la portavoz del PSOE, Isabel Rodríguez, que el término "organización criminal" es un término que "acuñaron" los socialistas, "no el juez". En ese momento, varios diputados populares presentes en la sala asentían dándole la razón a su extesorero.
"No soy yo"
Con esta afirmación, el compareciente deja claro que sigue estando en el mismo equipo de Mariano Rajoy y alimenta la idea de que hay un pacto de no agresión entre él y el Partido Popular. De hecho, una de las pocas afirmaciones que ha hecho ha dejado en muy mal lugar al presidente del Gobierno. Cuando el diputado de Ciudadanos Toni Cantó le preguntó al compareciente si era la persona que "subía al despacho de Rajoy cada mes y le entregaba un sobre con billetes de 500 euros", el extesorero tomó la palabra para dejar claro que "jamás he dicho que llevase ninguna caja de puros. Lo que está contextualizando de la caja de puros es otra historia. Lo que está contando es el tesorero Álvaro Lapuerta. No soy yo".
A pesar que prácticamente durante las dos horas que duró la comisión Bárcenas optó por el silencio como respuesta, este desliz generó un silencio incómodo en la sala. El extesorero reconocía en sede parlamentaria que el presidente había cobrado de la caja B y el diputado de Albert Rivera volvió a repreguntar. "¿Está diciéndome usted que el tesorero Álvaro Lapuerta entregaba sobres de billetes de 500 euros acompañados de cajas de puros?". Una hipótesis que no desmintió. "Le digo que cuente mi declaración tal y como fue".
"Conclusiones redactadas"
La habilidad de Cantó para sacar de sus casillas a Bárcenas puso de manifiesto la vanidad del compareciente, que a pesar de que intentó no perjudicar a su partido volvió a confirmar que el presidente había cobrado sobresueldos, aunque alega que no era él la persona que le entregaba el dinero. Casi al mismo tiempo, Mariano Rajoy comparecía ante los suyos en el Comité Ejecutivo Nacional y, sin mencionar ni una sola vez el nombre de Luis Bárcenas, decía que la comisión está "disparatadamente concebida" por la oposición con un único objetivo: hacer el mayor daño posible al PP.
La doctrina del partido es incidir en que la oposición ya tiene "las conclusiones redactadas" de una comisión en la que PSOE, Podemos y Ciudadanos buscan exclusivamente "el desgaste partidista". La cúpula del partido insiste en que no hay ningún pacto entre el PP y Bárcenas y la única manera que han encontrado de venganza es abrir otra comisión de investigación sobre las cuentas de todos los partidos en el Senado y que desfilen sus 'números uno'. La guerra aún no ha terminado.