Son la disidencia, el otro Orgullo gay, el que clama contra el "capitalismo rosa" y todos aquellos políticos que se hacen la foto con los colores de su partido sobre la carroza. Gritan contra una fiesta que consideran la "mercantilización" de sus derechos y quieren recuperar el origen combativo de la manifestación.
El pregón del Madrid World Pride acababa de terminar. La plaza Pedro Zerolo bailaba al ritmo del A quién le importa de Alaska. Por la calle Montera, donde muere Gran Vía, se acercaban cientos de personas. Agitaban banderas arcoíris, pero sus pancartas eran otras. En la cabecera, lucía su nombre: "Orgullo crítico Madrid".
Esta comunidad, que roza los 6.200 seguidores en Facebook, convocó en el barrio de Lavapiés a todos aquellos que quisieran celebrar el Orgullo que no sigue el carril, aquel que prefiere luchar contra "los gayempresarios" y un festival que ha hecho del "dinero y el ocio los referentes" de su fiesta. En su web, dicen querer abolir la "heteronorma" y aúnan "bolleras, maricas locas subidas en carrozas, negres, queer, arrománticas, viciosas, asexuales, gordes, pansexuales, poliamorosas...".
Contra las marcas y la politización
Rechazan las grandes marcas, muchas vestidas de arcoíris esta semana. Gritan contra la alcaldesa Carmena, alabada por la organización oficial. Se sienten parte de "alguna disidencia sexual o de género". Conciben el World Pride como "una amenaza directa" a la verdadera defensa de sus derechos.
En la plaza Nelson Mandela, lugar indicado por los carteles, se reunió mucha más gente de lo que la organización esperaba. De ahí que la marcha saliera con retraso. Comenzaron a subir hasta Gran Vía, donde muchos turistas les miraban extrañados: "Pero, ¿el pregón y la fiesta no han empezado ya en otro sitio?".
Enfilaron la avenida centenaria hasta Plaza de España, donde los colectivos que integran el movimiento llamado "Orgullo Crítico Madrid" leyeron su propio manifiesto. Avanzaban con gritos como "Lluvia dorada, ciudad gentrificada" o "Disidencia es resistencia".
El origen del colectivo
Pero, ¿cómo se gestó este colectivo que en 2017 se ha reunido durante todo el año en grupos de trabajo más allá del World Pride? En 2006, algunos de los hoy miembros de Orgullo Crítico Madrid consideraron que el Orgullo Gay había perdido su carácter reivindicativo. En 2008, ya pasearon por las calles como el "Orgullo Transmaribollero" al grito de "Liberación sexual sin consumismo, no más sangre por petróleo".
Un par de años más tarde, en 2010, se hicieron notar en el pregón oficial, en Chueca. Desplegaron su pancarta en un balcón: "Nuestros derechos no son un negocio". Y lanzaron pasquines al aire con un texto reivindicativo.
Una vez sabido que Madrid se convertiría en la capital mundial de un festival que ellos aborrecen, decidieron constituirse en comisiones y generar actividades todo el año. Este miércoles, probada su fuerza en la calle, calificaron de "éxito" su particular pistoletazo de salida. "Estamos contra el capitalismo rosa y en contra de que los políticos se suban a las carrozas para hacerse la foto", concluyen.