“Hay tantos pendrives por ahí...” Ha sido una frase suelta, pronunciada en el marco de más tres horas de comparecencia, pero su autor ha sido el exdirector adjunto operativo de la Policía (DAO) Eugenio Pino. El que fuera hombre fuerte del Cuerpo la pasada legislatura a las órdenes del exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se encuentra precisamente investigado en un Juzgado de Madrid por los presuntos delitos de prevaricación, falso testimonio y fraude procesal al haber introducido presuntamente una memoria digital en el sumario del caso Pujol sin poder acreditar su origen. Ante el riesgo de que pudiese contaminar toda la causa, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata optó por poner esa información en cuarentena.

Pino ha acudido este miércoles a la comisión de investigación del Congreso que investiga las presuntas maniobras policiales durante la gestión de Fernández Díaz. El exnúmero dos de la Policía se ha definido a sí mismo como un “patriota” que haría “todo por España”. Se lo ha dicho, de forma enérgica, al diputado de ERC Gabriel Rufián durante el tenso interrogatorio al que le ha sometido el político independentista. Pese a la negativa inicial del exdirector adjunto operativo (DAO) a contestar a las preguntas de ERC, casi al final del cuestionario Pino y Rufián se han enzarzado en un intercambio a cuenta del significado de patriotismo.

“Defíname qué es ser patriótico”, le ha instado el comisario ya jubilado al diputado, que le había preguntado por la existencia de una brigada patriótica bajo sus órdenes. “No, defínamelo usted”, le ha replicado Rufián, quien ha aprovechado para interesarse por su patriotismo personal. “Yo soy un patriota, sin duda además, haría todo por España”, ha zanjado Pino. Por su parte y antes de concluir, Rufián le ha acusado de “creerse Eliot Ness y no pasar de Filemón”.

A partir de ahí, el exnúmero dos de la Policía ha negado que en la Policía hubiese un grupo de funcionarios dedicado a investigar a políticos independentistas catalanes o a Podemos. “No existía una brigada política, no existía una brigada patriótica, son habladurías. Como DAO puedo traer a una o dos personas, dígame si eso constituye una brigada. Yo tenía que administrar a 70.000 funcionarios”, ha afirmado Pino.



19 viajes a Barcelona





Horas antes había prestado declaración ante la misma comisión el hombre de confianza de Pino, José Ángel Fuentes Gago, a quien se le vincula con muchos de los episodios que han motivado esta investigación parlamentaria. Pino ha reconocido que fue él quien le requirió para trabajar con él, pero fue adscrito a la Unidad de Asuntos Internos. Ha tratado de explicar que esta estructura, que se ocupa de delitos cometidos por agentes de la Policía, tiene 200 funcionarios por lo que había libertad para encargarle otras funciones.

Ha justificado el fichaje de Fuentes Gago en que había sido representante sindical y sabía tratar con los sindicatos que es, a su juicio, “el gran problema de la Policía y su control era fundamental”. Preguntado acerca de los numerosos viajes que Gago realizó a Barcelona junto con el jefe de Asuntos Internos, lo ha justificado en la sospecha de que una organización criminal había comprado con relojes y joyas a miembros policiales. Los grupos parlamentarios cifran en 19 los desplazamientos de Fuentes Gago a Barcelona.

Pino ha eludido contestar a algunas cuestiones claves que afectan a su mandato como la investigación y filtración a la prensa de una presunta cuenta del exalcalde de Barcelona Xavier Trías en Suiza que resultó ser falsa. Tampoco ha querido pronunciarse por la aparición del pendrive de origen desconocido con pruebas sobre los Pujol. Por ambos casos Pino se encuentra investigado actualmente en los tribunales. Junto a él, durante toda la comparecencia ha estado sentado a su lado su abogado a quien ha recurrido en varias ocasiones. “Esa pregunta la contestaré cuando me la pregunte un juez”, ha repetido numerosas veces apelando a su “derecho de defensa”. Ese mismo argumentó uso hace días el extesorero del PP, Luis Bárcenas, para no contestar ante la comisión del investigación del Congreso sobre la financiación del PP.

Esta salida la ha empleado también ante las insistentes preguntas de la diputada de Podemos Irene Montero sobre el llamado informe PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima) en el que se acusaba a la formación morada de financiación ilegal. Se trataba de un documento sin sello ni autoría conocida que nunca llegó a judicializarse. Sí ha contestado ampliamente en cambio a otras cuestiones como su relación con el comisario José Manuel Villarejo, la guerra policial o la reunión entre el ministro del Interior y el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña, que acabó también en la prensa tras haber sido grabada.

Sobre el comisario Villarejo ha dicho que era un “verso suelto”, pero Pino ha negado que le instase a tirar “p'alante” en la llamada operación Cataluña y que si era descubierto se desvincularía de él. Fue Villarejo quien le atribuyó estas expresiones en una entrevista reciente. Pino ha defendido que fue él quien ordenó investigar el patrimonio personal de este mando policial y que el SEPBLAC realizó un informe, que analizó la UDEF y que terminó en Fiscalía, que optó por archivar el caso. Al frente de esas pesquisas estuvo un inspector apellidado Morocho que, según Pino, era quien había investigado el caso Gürtel y “era el mejor”. Preguntado acerca de si conocía que Villarejo actuaba en Cataluña con identidades falsas, Pino ha dicho que esas funciones las hacía bajo la autorización del entonces secretario de Estado de Seguridad.

"Guerra sin cuartel"





Ha reconocido la existencia de “una guerra sin cuartel” entre comisarios protagonizada por Villarejo y el exjefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, después de que este último incluyese al hijo del primero a sabiendas de su falsedad en un informe relacionado con la mafia china liderada por Gao Ping. Pino ha afirmado que optó por cesar a ambos mandos, pero que Villarejo se quedó “solucionando una serie de asuntos como por ejemplo la pretensión de liberar a los periodistas en el Líbano” (José Manuel López y Ángel Sastre y Antonio Pampliega). “Estuvimos a punto de conseguirlo”, ha apostillado el exnúmero dos de la Policía, quien explica su conflicto personal con Martín Blas por una cuestión de celos profesionales: “Primero él fue jefe mío y luego yo fui jefe de él”.

Sobre la reunión entre el ministro Fernández Díaz y el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, ha asegurado que se enteró de su contenido cuando se filtraron los audios en la prensa. Ha querido matizar unas palabras suyas en las que dijo que en la sede del Ministerio se graba todo para decir ahora que se refería a la sala de crisis del edificio y no el despacho del ministro. Ha añadido que su relación con su superior directo, el exdirector de la Policía, Ignacio Cosidó, era muy buena y que le informaba de "todo lo que pasaba por sus manos".

Sobre la investigación del ático de Estepona del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, Pino ha reconocido que cesó al comisario general de Policía Judicial porque insistió en indagar esa cuestión después de que otro mando policial, José Luis Olivera (actual máximo jefe antiterrorista), le informase de que no había ninguna irregularidad tras hablar con la Fiscalía. Actualmente un juzgado de Estepona investiga el uso del inmueble por parte del exmandatario madrileño, en prisión por el caso Lezo.

Esta ha sido la última comparecencia en la comisión ya que PP, PSOE y Ciudadanos se oponen a citar más protagonistas solicitados por otros grupos como los comisarios Villarejo, Martín Blas o el exministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los grupos parlamentarios realizarán sus conclusiones a partir de los testimonios prestados estos meses por Fernández Díaz, Ignacio Cosidó, Daniel de Alfonso y los dos mandos policiales que han declarado este miércoles.