Pedro Sánchez dio este jueves una última oportunidad a Mariano Rajoy para que dé un paso al frente y proponga una solución política que neutralice el independentismo en Cataluña. Pero, al mismo tiempo, marcó los límites de la cooperación con el PSOE para impedir un referéndum de autodeterminación y avanzó ya iniciativas propias.
En realidad, Cataluña es para Pedro Sánchez una pieza complementaria en la estrategia que despliega desde que ganó las primarias por el liderazgo del PSOE. Hasta ahora, el líder del PSOE se ha puesto junto al Gobierno frente al referéndum, que considera un desafío a la legalidad; una posición en la que también coincide con Ciudadanos. Ahora, Sánchez está dispuesto a explorar las alianzas que ha comenzado a tejer con Cs y Podemos para intentar dar una respuesta que acabe con la crisis institucional y territorial.
Dos horas y media de reunión con Rajoy concluyeron con una repetición de las posiciones de ambos, pero con novedades en la estrategia de Sánchez.
En una entrevista por la noche en Telecinco, Sánchez propuso "distender la situación y encauzarla hacia la negociación" con una subcomisión sobre la reforma constitucional que comience antes del 1 de octubre. Todo para evitar el "choque de trenes", según él.
Sánchez ha pedido "mesura" a Rajoy en las manifestaciones públicas de su Gobierno y ha censurado algunas, como las de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que recordó que el Ejército está para defender la "integridad" de España.
La portavoz parlamentaria del PSOE, Margarita Robles, había dado cuenta de la cita celebrada en Moncloa y puso condiciones más estrictas para el apoyo a Rajoy.
Los puntos sobre las íes de Sánchez
La primera: que inicie un "diálogo" con Carles Puigdemont, el president de la Generalitat, algo a lo que Rajoy respondió durante la reunión con escepticismo. La segunda, que aplique "mesura" y huya de la "provocación" a los ciudadanos catalanes independentistas, algo que el PSOE cree que han utilizado tanto populares como PDeCAT y ERC para retroalimentarse mutuamente. Y la tercera fue no aplicar el artículo 155 de la Constitución, que evoca la suspensión de la autonomía de aquellos Ejecutivos regionales que se salten la ley.
"No lo apoyaríamos", zanjó Robles, haciendo pública una negativa del PSOE que, según ella, está decidida desde el lunes, pero que tardó tres días en salir a la luz, con motivo de la reunión en Moncloa.
La opinión de Ferraz choca con la de dirigentes como Felipe González, dispuesto a aplicarlo. "Escucho siempre con mucha atención a Felipe González, pero no comparto que el Gobierno de España tenga que poner en marcha el artículo 155", dijo Sánchez durante la entrevista.
En la víspera de la cita entre Rajoy y Sánchez, había escepticismo en Ferraz sobre el resultado de la misma. Es más, no se esperaba "nada" de Rajoy. Al término de la reunión, la portavoz parlamentaria avanzó su rechazo al 155, a pesar de reconocer ella misma que ni siquiera se había puesto sobre la mesa. Pero el PSOE fue más allá y comenzó a empedrar el camino de la reforma constitucional y otras "iniciativas legislativas" en distintos frentes, como el de la "financiación" autonómica, según Robles.
El PSOE, cansado de esperar
El PSOE, que propuso su reforma de la Carta Magna en 2013, se ha cansado de esperar a Rajoy. Sólo con la legalidad no se avanza, porque cuando se "judicializan" los problemas políticos, lo que se hace es "cegarlos", explicó Robles, nada impresionada por el "despacho" que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo haber abierto en Barcelona. Por el momento no parece haber logrado los objetivos deseados.
Sánchez cree ahora que puede iniciar en otoño las negociaciones para una reforma constitucional. Le gustaría que fuese antes del 1 de octubre, fecha marcada en rojo porque es la elegida por el Parlament para el referéndum. Eso mandaría una señal histórica a Cataluña de que PSOE, Podemos y Ciudadanos, con mayoría en la cámara, están dispuestos a buscar un encaje que satisfaga las aspiraciones de los catalanes.
Sánchez cree que el PP tendrá que sumarse
El PSOE pretende embarcarse en ese camino incluso sin el PP, a pesar de que éste es el primer grupo del Congreso y tiene mayoría absoluta en el Senado. Pero los socialistas creen que el PP no tendría más remedio que sentarse a la mesa para sumarse a las negociaciones ante el riesgo de quedarse solo.
Por otra parte, tras el verano podrían venir las primeras leyes concretas en asuntos como la financiación autonómica, cuyo marco está por renovar para todas las regiones. El PSOE no descarta dar un paso adelante en otros campos, como un mayor reconocimiento del catalán y su uso.
Si Sánchez se presentó tras su victoria en las primarias como un líder dispuesto a tejer alianzas frente al PP, Cataluña le brinda la más importante, con hondo calado histórico y que podría resolver un conflicto enquistado desde hace años precisamente por el inmovilismo de Rajoy, aderezado según los socialistas con dosis de crispación y provocación.