Antonio Ruiz tuvo la suerte de recibir once premios de lotería consecutivos en tres años (2003-2006). Pero además, se olvidó de hacer la declaración de la renta en 2005, ejercicio en el que se embolsó una primitiva de más de cuatro millones de euros. Ahora, tal y como adelantó EL ESPAÑOL, la Audiencia Nacional le investiga ante los indicios de que su acierto en los números pueda esconder una operación para aflorar dinero negro. Las sospechas llegaron tras localizar una transferencia de 300.000 euros desde las cuentas de otro investigado por el presunto saqueo de Novacaixa Galicia.
La investigación de la Audiencia Nacional, desarrollada por el Juzgado de Instrucción número 3, no es la primera que han sufrido las cuentas de este camionero cordobés asentado desde hace años en El Ejido. En 2008 fue la Delegación Especial de Andalucía de Hacienda la que abrió una investigación sobre el impuesto sobre la renta de Antonio Ruiz en 2005. Básicamente ese año, el conductor ni siquiera presentó el IRPF. Y eso que en septiembre de ese ejercicio se embolsó un premio de 4.472.158 euros. Los dos años anteriores, con más de cinco millones de euros en premios cobrados, la declaración le salió a devolver.
“En este procedimiento se ha puesto de manifiesto que el señor Ruiz juega habitualmente a todo tipo de juegos y apuestas”, explican los funcionarios de Hacienda en sus informes, que ha podido consultar EL ESPAÑOL. En ellos, Ruiz reconoce que “puede gastarse entre 50.000 y 60.000 euros semanales”, algo que concuerda con su declaración posterior ante la Audiencia Nacional y la documentación enviada tanto por sus entidades bancarias como por Loterías y Apuestas del Estado.
En 2008, los expertos fiscales reflejaron en sus informes un dato importante: el camionero investigado no tenía obligación de tributar por los premios en su declaración de IRPF, ya que están exentos de este impuesto. Pero sí la rentabilidad conseguida con ese dinero en inversiones posteriores.
Cesión gratuita de dinero
Fue tras realizar una inspección más detallada cuando los funcionarios de Hacienda detectaron que desde febrero de 2003, cuando le tocaron por primera vez 5,2 millones de euros en la primitiva, Antonio Ruiz comenzó a realizar préstamos “a un amigo suyo, Antonio Giménez” que alcanzaron los 4,5 millones de euros. Tanto sus comparecencias ante Hacienda como ahora ante la Audiencia Nacional, ambos aseguran que el saldo a favor de Antonio Ruiz era de más de cuatro millones de euros y que la cesión de los fondos se hizo siempre de forma gratuita.
“Eso no hay quien se lo crea”, reconoció Ruiz como salvedad el pasado mes de febrero ante la Audiencia Nacional, “pero es así”, mantuvo. En todo momento, Ruiz apeló a su falta de formación y se declaró “analfabeto” para explicar la falta de control sobre sus cuentas y de documentación que acredite los movimientos de efectivo. “Veo el carné de indentidad y no se no cómo me llamo”, explicó a los presentes.
En el caso de Hacienda, las declaraciones de Antonio Ruiz no fueron suficientes para librarle de la sanción en 2008. “Las pruebas de la inexistencia de retribución no han sido aportadas, sólo se han aportado como pruebas las declaraciones verbales de las dos partes intervinientes en la operación”, explican los inspectores de Hacienda en sus informes, que le impusieron una multa de 75.931 euros entre la devolución del dinero cobrado de forma indebida, los pagos adeudados y los intereses. En su declaración ante la Audiencia nueve años después, el camionero investigado cifra esa deuda viva en 140.000 euros
“El obligado tributario presta su conformidad a la propuesta de liquidación definitiva que antecede, extendiéndose su aceptación a los hechos recogidos en el acta y a todos los elementos determinantes de dicha liquidación”, reflejaron los funcionarios en 2008 para mostar la conformidad de Antonio Ruiz tanto con la sanción como con los motivos que la provocaron.