Omar Anguita (Madrid, 1990) tiene nombre árabe y apellido de califa comunista, pero lleva media vida en el PSOE. Literalmente. Se afilió a las Juventudes Socialistas con 14 años y ahora, con 26, es su nuevo secretario general con un mandato de cuatro años.
La biografía de Anguita está llena de paradojas. Es madrileño, pero del Barça. Apoyó a Susana Díaz en las primarias por el liderazgo del PSOE, pero ahora confía en que Pedro Sánchez será presidente del Gobierno. El fin de semana que viene, Juventudes Socialistas, una organización vinculada al PSOE pero jurídicamente independiente, celebrará su propio congreso interno. Allí será proclamado. No ha habido primarias porque Anguita ha liderado la única candidatura tras integrar a otros sectores.
Su serie favorita es House of Cards, aunque dice que la política es "mucho más seria", es abonado del Atlético de Madrid porque desde pequeño iba con su padre y asegura que nunca ha vivido de la política ni quiere hacerlo. Está a unos meses de cumplir su sueño y convertirse en piloto, aunque lo más habitual en personas con su perfil es cogerle el gusto. A la pregunta de quién es su referente político, responde un primer nombre sin dudar: "Zapatero".
Tres o cuatro croquetas lo miran en una mesa de Casa Labra, la mítica tasca madrileña a dos pasos de la Puerta del Sol en la que Pablo Iglesias fundó el PSOE en 1879. Esta es su primera entrevista como líder electo de Juventudes Socialistas y, pese a eso, muestra soltura a la hora de desplegar los mensajes clásicos del PSOE y pasar de puntillas por asuntos más complejos. En eso ha aprendido rápido, quizás de su madre, Carmen Pérez, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, o de su primo, Ignacio de Benito, concejal en Madrid.
Parece que en su familia el socialismo corre por las venas. ¿Cómo ha llegado hasta aquí?
Vengo de una familia a la que le apasiona la política, que siempre la ha vivido intensamente. Con 14 años tomé una decisión: afiliarme a las Juventudes de Rivas, donde vivía. Me encontré con una organización en la que gente normal tiene espacios políticos. Fui creciendo y madurando. 12 años después te ves en una situación en la que muchísima gente te pide que des el paso adelante y con la responsabilidad de llevar adelante una organización centenaria como esta.
"Nunca he cobrado y seguiré sin cobrar de la política"
¿Qué opina cuando se dice que las Juventudes Socialistas son un plataforma para que los jóvenes comiencen a vivir de la política?
Con 18 años comencé a trabajar durante los veranos. Fui a Londres a trabajar un bar para aprender inglés y ganar un poquito de dinero. Luego tuve suerte de ser becado para estudiar en EE.UU., estuve en la universidad de Riverside en Los Ángeles, y luego trabajado en Orlando, como azafato en Vueling en Barcelona, en el Santiago Bernabéu como traductor y ayudante de seguridad, he sido profesor de clases extraescolares de inglés en dos colegios… El ejemplo soy yo. Nunca he cobrado de mi actividad política. He llegado hasta aquí sin cobrar y seguiré sin hacerlo. No es una plataforma. Juventudes es mucho más: una familia. Que haya gente que tenga la ilusión de trabajar como diputado o concejal es legítimo, pero esto no es un trampolín para el partido sino para trabajar en la calle, para estar todo el día en el barro, que es lo que llevo haciendo yo doce años.
Apoyó a Susana Díaz durante las primarias y ahora se va a convertir en una de las cabezas visibles del nuevo PSOE que lidera Pedro Sánchez. ¿Es usted un milagro de la integración?
Las primarias son un proceso interno que acaba el día de la votación. Después, empiezas o sigues trabajando para y con el partido. El objetivo no es que gane uno u otro sino que volvamos a gobernar. Durante el proceso tomas decisiones que son legítimas, pero el día de la votación, se acaban las primarias.
¿Le sorprendió la derrota de Susana Díaz?
No, era una de las posibilidades. Cuando uno juega en las primarias tiene posibilidades de ganar y de perder. Lo importante es salir reforzados. Y Pedro ha salido reforzado, pero el partido, también.
¿Cree que Sánchez será presidente?
Creo que sí.
La mayoría de mis amigos no vota al PSOE ni a nadie. No he sido capaz de convencerles en muchos casos, aunque algunos ya habían votado al PSOE antes. No son personas que estén en la vida política. Es más, me preguntan: “¿Por qué estás?”
¿Tiene muchos amigos que voten al PSOE?
No. De hecho, mi grupo más cercano no es votante del PSOE.
¿Y a quién votan?
La mayoría no vota. No he sido capaz de convencerles en muchos casos, aunque algunos ya habían votado al PSOE antes. No son personas que estén en la vida política. Es más, me preguntan: “¿Por qué estás?”. Yo les respondo que es un espacio en el que te sientes útil para la sociedad. A veces es duro explicar a la gente que te repite lo que ve en las noticias, en casa de sus padres o en casa de sus novias, que la política es mucho más. No es sólo escuchar sino trabajar por herramientas para el cambio. Pero soy optimista. Aunque no estén en política, sí hablan de política.
¿Por qué cree que los jóvenes no se sienten cercanos al PSOE?
Hemos cometido un error. No se trata tanto el mensaje como del mensajero. Cuando tú hablas de política joven tiene que haber alguien joven que hable de esa política. Eso es clave, porque si el mensaje es bueno pero la persona es de 62 años, no tiene esa coherencia que puede tener una de 25 que ha sufrido el desempleo y no tiene la posibilidad de emanciparse o pagar las tasas universitarias. Es clave la coherencia generacional para llevar ese mensaje con sentimiento.
"Nos tenemos que actualizar"
Entonces, ¿el mensaje ha sido el adecuado?
En muchas ocasiones, el mensaje tampoco ha sido el adecuado, no sólo en el área de juventud. Nos tenemos que actualizar. De hecho, hay otro partido que nació hace poco y ya se ha actualizado.
¿Qué le gusta de Podemos?
Al principio, el mensaje. Luego no tuvo la responsabilidad de llevarlo adelante. Tuvo la posibilidad de hacer presidente a Pedro Sánchez y no lo hizo. Fue un error. Demostraron que no venían a cambiar el panorama sino a ocupar un espacio político que era el nuestro porque legítimamente nos lo había dado la ciudadanía durante todos estos años.
El mundo laboral es nuestro rival, porque nos están utilizando y se bajan nuestros derechos para que seamos más productivos
¿Cuáles son los problemas de los jóvenes españoles?
El primero, la reforma laboral. Cuando aquellos jóvenes que llevan estudiando seis, siete o 12 años salen al mundo laboral, encuentran un trabajo de 600 euros y tienen que tener dos trabajos para pagarse los estudios que han hecho anteriormente… El mundo laboral es nuestro rival, porque nos están utilizando y se bajan nuestros derechos para que seamos más productivos.
La vivienda es un tema vital y no se le da apenas importancia. No es normal que la media de edad de emancipación sea superior a los 35 años. Hay que trabajarlo a nivel público, porque es un derecho. Tenemos un problema con el acceso a la cultura, que es nuestra. Los que no tenemos dinero, tenemos la cultura como patrimonio. Y el PP nos la está quitando. La igualdad también es importante: no se trata sólo de listas cremallera o lenguaje inclusivo sino del empoderamiento de las mujeres en la toma de decisiones.
¿En qué es más arriesgada Juventudes que el PSOE?
Las Juventudes Socialistas han defendido la laicidad y la república durante los últimos 30 años y parece que el PSOE ya empieza a defender la laicidad en el modelo educativo, sacar la religión y a la Iglesia de los colegios. Ahí se demuestra que estábamos en lo cierto.
¿Le hubiera gustado un pronunciamiento más claro en el congreso del PSOE sobre la república?
Por supuesto.
La república sería lo que más ilusión me haría por mi abuelo y los familiares que sufrieron el exilio. Les haría mucha ilusión a ellos y a los compañeros que estuvieron en la cárcel o siguen en las cunetas.
¿Cree que verá la tercera república?
Sí. Confío en ello. Sería lo que más ilusión me haría por mi abuelo y los familiares que sufrieron el exilio. Les haría mucha ilusión a ellos y a los compañeros que estuvieron en la cárcel o siguen en las cunetas. Sería un ejercicio que ayudaría a devolver a los que tanto hicieron por nosotros.
Pero, ¿qué hacer con el rey, respetado por la sociedad española? ¿Debería haber un referéndum sobre la república?
Tendría que ser un referéndum consensuado con el resto de partidos. El PSOE no se puede lanzar al vacío. La monarquía ha llegado a funcionar, pero estamos en el siglo XXI y hay que avanzar. No podemos dejar la responsabilidad del Estado a una persona por el mero hecho de haber nacido en una familia u otra. Si creemos en la igualdad, todos tenemos los mismos derechos y responsabilidades.
¿Qué opina de la maternidad subrogada?
El partido tomó una decisión [se posicionó radicalmente en contra], pero hay que seguir teniendo el debate, porque no hay un acuerdo total.
"Tengo muchas dudas sobre la maternidad subrogada"
¿Qué defiende usted?
Tengo muchas dudas. Gente muy cercana a mí está a favor y otra en contra. Me da miedo que un vacío legal se nos vuelva en contra de todos los pasos en materia de igualdad, pero al mismo tiempo creo que es la mujer la que tiene que decidir sobre su propio cuerpo. Personalmente, no tengo la decisión tomada. Tengo muchas dudas.
¿Cuáles son las propuestas de los jóvenes socialistas para resolver la crisis institucional en Cataluña?
La clave es el diálogo. No podemos seguir en este teatro entre Rajoy y Puigdemont en el que cada cual dice lo que les interesa electoralmente. He vivido allí y he estado a gusto. Es mi segunda casa. La política es diálogo y pacto. No puede ser que cada uno tome una decisión unilateralmente. Nosotros tenemos el encaje: un sistema federal en el que nos sintamos parte de una misma identidad.
¿Deberían los ciudadanos poder votar en un referéndum pactado?
Si es pactado, derecho tendrán, pero si no es pactado, no existe esa posibilidad. El que hay planteado es unilateral.
Para mí, Pedro Zerolo fue vital. Me enseñó que la política es mucho más que hablar, es hacer. Fue un referente personal y político.
¿A quién admira más dentro de su partido? ¿Quiénes son sus referentes?
Zapatero. Entré en 2004 en el partido, cuando fue elegido presidente. Fue un cambio y una ilusión nueva. Estuve en los encuentros de Vistalegre y sentí el partido como algo mío. Recuerdo cómo hablaban mis padres y mis abuelos de Felipe González, la ilusión de llegar al Gobierno tras tantos años de dictadura. Hay que tenerlos siempre como referentes, pero hay que actualizarse. Para mí, Pedro Zerolo fue vital. Me enseñó que la política es mucho más que hablar, es hacer. Fue un referente personal y político.
¿Y fuera del partido?
Cada vez tengo menos referentes fuera. No te podría decir, salvo para mal: Aznar. Estuve en las manifestaciones contra la guerra y me di cuenta de que teníamos que cambiarlo porque nos llevaba al abismo.
¿Qué es la Transición para usted?
Algo que nos han contado como un ejemplo de acuerdo en el que todos dieron un paso, haza la izquierda, derecha o atrás, para que todo el mundo cupiese. Sabían de dónde venían y dónde querían llegar: a un destino que es este, donde nos encontramos ahora. No se podría haber hecho de una mejor manera.