Fue la segunda semana de octubre de 2016. Pasado el mediodía, una mujer sorteó el vallado de un puente que cruza la Gran Vía de Villaverde y se dispuso a lanzarse al vacío. Había tomado varios antidepresivos y media botella de whisky.
Un operativo de Policía municipal, alertado por varios vecinos, alcanzó a la señora e impidió que se arrojase a la carretera. Casi un año después, los agentes participantes aquel día han sido condecorados por el Gobierno de Carmena, salvo uno, que tiene un expediente abierto por haber participado en el escrache contra el concejal de Seguridad, Javier Barbero.
Además del consiguiente golpe a su currículum, se quedará sin los en torno a 3.000 euros que hubiera percibido gracias al galardón. "El perjuicio económico es lo de menos, es un desprestigio a toda una vida de dedicación", explica este policía en un mensaje a sus amigos al que ha tenido acceso este diario.
Otro expedientado sí fue reconocido
Un portavoz del Ejecutivo de Cibeles explica a EL ESPAÑOL que el expediente fue una barrera a la hora de entregar las medallas, tanto la de este policía, que se quedó fuera, como las del resto. No obstante, el PSOE denuncia que la terna de los condecorados incluye a otro agente expedientado, aunque por un motivo que nada tiene que ver con el escrache al delegado de Seguridad. Preguntados al respecto, en el Consistorio responden: "No tenemos ese dato". Aunque dicen haber impuesto el expediente como barrera para otorgar las condecoraciones.
Ramón Silva, concejal socialista que ha recriminado a Barbero su actitud, ha lamentado que la apertura del expediente haya sido suficiente para dejar sin medalla al policía. El agente no ha sido sancionado y la investigación sigue en curso.
La primera rectificación de Carmena
Aquella mujer, inmediatamente llevada al hospital tras ser rescatada, opuso resistencia cuando advirtió la presencia de los policías y trató de suicidarse. De ahí lo delicado de la operación y que la Junta de Mando del cuerpo propusiera al Ejecutivo de Cibeles su premio con una medalla. En primera instancia, el edil de Seguridad, Barbero, dejó fuera a otro de los agentes de la gesta de Villaverde por el mismo motivo, pero rectificó y ya ha anunciado su condecoración.
Cada año, la dirección del cuerpo presenta una propuesta de condecoraciones al Gobierno de turno, que suele ser aceptada sin reticencias. Este año, Carmena suscribió cerca del 96% de los presentes sobre el papel, dejando fuera a no más de cinco personas, entre ellas el agente participante en Villaverde.
"Mi medalla se la ha llevado el diablo"
El comunicado que el agente sin premio difundió entre sus compañeros refiere su apartamiento como "una vendetta" fruto de "un proceso político de censura". "Nadie prueba que le golpeara o insultara, me prejuzgan tan sólo por estar allí", escribe.
"Detrás de mi cabeza de turco hay un policía que adora su trabajo. Es vocacional porque lo mamé en mi casa, mi padre fue oficial del cuerpo", relata. Este agente, de expediente "impoluto", ya había recibido antes dos condecoraciones, una por mérito a los años de servicio y otra por mérito profesional. La última, la del mérito policial que quiso otorgarle la Junta de Mando, "se la ha llevado el diablo".