Un día después de la muerte de Miguel Blesa, el entorno del exbanquero sigue conmocionado con la noticia. Fermín Gallardo, uno de los dos gestores del coto de caza de la finca donde se encontraba Blesa en el momento de su fallecimiento, ha explicado a los periodistas que se encuentran en el Instituto Anatómico Forense de Córdoba cómo fueron los últimos momentos del que era su amigo personal desde hace años y cómo, a su juicio, ha sido víctima del rechazo social y la presión a la que estaba sometido por las causas judiciales pendientes: "La presión mató a Rita Barberá y la presión se ha cargado a Miguel Blesa".
Gallardo ha detallado que Blesa acudió a la finca Puerto del Toro, en Villanueva del Rey (Córdoba), sin ningún tipo de equipaje para pasar los días que planeaba estar allí. "No llevó ropa y traía su propia arma", ha asegurado Gallardo a los periodistas, algo que contrasta con el proceder de otras ocasiones, cuando el expresidente de Caja Madrid tomaba prestadas para cazar las armas de la finca. "Si pensaba hacer lo que fuera y no quería comprometernos se trajo su arma directamente".
"Él no venía por aquí más de dos veces al año cuando era presidente de Caja Madrid, pero ahora venía más, esto era su paraíso. Venía a descansar y cuando venía disfrutaba mucho". El entorno de Blesa no sospechaba que podía estar planeando su suicidio -confirmado por la autopsia- ni notaron nada raro en su comportamiento. Sin embargo, las últimas semanas canceló varias veces la visita a la finca a última hora. "No hemos notado nada más que las llamadas de voy, no voy. Es lo único que nos ha extrañado". También le sorprendió la hora a la que Blesa llegó a la finca (2 de la mañana): "Él era un hombre muy ordenado y eso no era normal".
Fue el propio Gallardo, avisado por el otro gestor de la finca que se encontraba junto a Blesa, Rafael Alcaide, quien informó del trágico suceso a su mujer, Gema Gámez. Cuando le explicó lo sucedido rompió a llorar y colgó. "Me volvió a llamar a las 14:00 horas".
"Coge el teléfono de mi mujer por si algún día pasa algo"
La última persona con la que habló Blesa fue precisamente Rafael Alcaide, con quien desayunaba antes de salir a cazar juntos. A él le dijo: "¿Por qué no coges el teléfono de mi mujer por si algún día pasa algo?", palabras que refuerzan la tesis del suicidio. "Fue entonces cuando fue a por el coche, fue a un garaje y pasó lo que pasó. Aún estaban desayunando cuando sintieron el tiro", ha relatado Gallardo.
Su amigo define al exdirectivo como "una gran persona y gran amigo, con muy buen carácter". Aunque más allá de los titubeos para concretar su visita a la finca su entorno no notó nada extraño en él, Gallardo reconoce que desde que estallaron los escándalos en torno a la gestión de Caja Madrid y la amenaza de la cárcel fue una realidad se vio bajo una presión inevitable pero -a su juicio- injusta. "¿De qué le acusaban? ¿De las black? Eso lo tenían todos los bancos", lamenta. A pesar de la aparente fortaleza y serenidad de Blesa, que tenía todos sus bienes embargados, no duda en afirmar con rotundidad: "La presión mató a Rita Barberá y la presión se ha cargado a Miguel Blesa. Eso es así".