Mariano Rajoy declara este miércoles como testigo por el caso Gürtel. Su extesorero, Luis Bárcenas, imputado en el mismo caso, tenía intención de seguirlo desde la misma sala. Finalmente ha declinado acudir al juzgado a escuchar al presidente del Gobierno. La última vez que se vieron cara a cara fue en la reunión que mantuvieron en el despacho del líder del PP, en marzo de 2010, en la que también participó el exsecretario general Javier Arenas y la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias.
Los flashes no podrán captar una imagen de Rajoy y Bárcenas en el mismo encuadre porque testigo y acusado ya no se sentarán en la misma sala. Tampoco hubiera sido un careo en el sentido técnico de la palabra. Más bien hubiera sido la confrontación de las dos versiones que mantienen sobre una misma historia y en la que, al menos en tres casos perfectamente documentados, el jefe del Ejecutivo tendrá que enfrentarse a sus propias mentiras.
Mentira nº 1. Contabilidad B
Rajoy ha negado tajantemente la posible existencia de financiación ilegal en el PP. "En este partido no se pagan cantidades que no hayan sido registradas en la contabilidad del partido ni que de cualquier otra manera resulten físicamente opacas. No se hace. No es cierto que hayamos pagado dinero en metálico que hayamos ocultado al fisco. Todas nuestras retribuciones se han ajustado a la más estricta legalidad a lo largo de estos años. Cualquier deducción de irregularidad alguna en nuestro comportamiento a partir de los papeles no responde a la verdad. Es total y radicalmente falso", dijo literalmente ante su Comité Ejecutivo el 2 de febrero de 2013.
Estas rotundas afirmaciones del líder del PP ante la cúpula de su partido las desmintió el auto judicial que dictó el juez Pablo Ruz el 28 de mayo de 2015. En él se establece que se hicieron pagos "no declarados a Hacienda" de "complementos de sueldo o compensaciones a personas vinculadas con el partido".
En el párrafo tercero del folio 34 de citado auto se describe cómo funcionaba el sistema opaco de financiación del partido conservador: “La caja B en el Partido Popular funcionó al menos desde el año 1999 y hasta el año 2008, nutrida con carácter general de donativos o aportaciones efectuadas por personas relacionadas con entidades beneficiarias de importantes adjudicaciones públicas, al margen de la contabilidad oficial y con vulneración de la normativa reguladora de la financiación de partidos”.
Mentira nº2. Relación de Bárcenas
"Cuando yo llegué a presidente del Gobierno, Bárcenas ya no estaba en el partido". Son palabras que citó literalmente el jefe del Ejecutivo ante el pleno del Congreso el 1 de agosto de 2013, el día que rindió cuentas en el Parlamento por los papeles que le involucraban en la contabilidad ilegal del partido. Una afirmación que también es rotundamente falsa.
Génova siguió pagando mes a mes 18.257 euros a su extesorero medio año después de la llegada de Mariano Rajoy al Palacio de la Moncloa. Así lo demuestra la nómina de Bárcenas fechada en mayo de 2012 que reprodujo El Mundo, diez días después de la declaración del presidente en sede parlamentaria.
Mentira nº 3. Lo que sabía cuando envió el SMS
En otro supuesto ataque de sinceridad, Rajoy confesó ante los micrófonos de la Cadena Ser con Pepa Bueno como testigo que cuando envió el SMS de "Luis, lo entiendo. Sé fuerte", -un 18 de enero a las 23:48-, "no conocía lo que se publicó después". Por lo "que se publicó después" el líder del PP se refería al botín millonario que Bárcenas escondía en Suiza y los sobresueldos que recibían los líderes del PP -Rajoy incluido- de manos del extesorero.
La impactante información sobre los desmanes de Bárcenas corrió como la pólvora entre la opinión pública la víspera de que el presidente del Gobierno enviara aliento a su entonces tesorero a través de un mensaje telefónico. En concreto, el diario El Mundo publicó en la portada del 17 de enero de 2013 -un día antes de que enviara el mensaje- que Suiza había comunicado a la Audiencia Nacional que el extesorero amasaba hasta 22 millones de euros en ese país.
El diario El Mundo colocó por primera vez en su portada el foco de la contabilidad B del Partido Popular el mismo día que envió el mensaje, el 18 de enero. En esa información quedaba claro que Bárcenas amenazaba con sacar a la luz esas cuentas opacas si el partido no le ayudaba a librarse de las consecuencias penales del caso Gürtel que este miércoles sientan al propio Rajoy en el banquillo.
El reencuentro
Bárcenas no está obligado a acudir este miércoles a escuchar la declaración de Rajoy ante el juez. A pesar de ser acusado, el tribunal ha dado la libertad a los acusados de no acudir a las sesiones del juicio al menos que la Sala lo ordene expresamente. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo podrá mirar a Bárcenas a la cara porque al declarar se sentará en los estrados, donde se encuentran los magistrados, y no de espaldas como le corresponde a cualquier testigo.
Bárcenas se sentará en el banquillo de los acusados y, aunque no podrá hablar por su propia boca, lo podrá hacer través de su abogado, que tiene la potestad de realizarle las preguntas que considere oportunas al 'testigo Rajoy' y las que permita el presidente del tribunal, Ángel Hurtado.
El primer abogado en preguntar será Mariano Benítez de Lugo, en representación de la Asociación de Demócratas Europeos (ADADE). Como acusación popular, es la que ha conseguido que Rajoy esté este miércoles en una de sus citas más complicadas desde que es presidente del Gobierno.
Para algunos, este interrogatorio es un logro democrático. Para otros, un circo mediático. Sea lo que sea, Rajoy tendrá que responder a todas las preguntas de los abogados de la acusación, defensas y Fiscalía, ante la atenta mirada de decenas de medios de comunicación.
La Fiscalía Anticorrupción se opuso a su declaración al considerar que no es de interés para el proceso. No obstante, una vez que el presidente del partido más salpicado por corrupción esté ahí sentado podrá tener la oportunidad de preguntarle para aclarar algunos aspectos sobre el líder de la trama Gürtel y sobre Bárcenas. En la sala acudirá, como presencia institucional, el recién nombrado fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón.
Rajoy esta citado para testificar sobre la trama que montó el empresario Francisco Correa en torno al partido que hoy dirige. Correa llegó a crear la mayor trama de corrupción vinculada a un partido político y él mismo declaró que entraba en la sede de la calle Génova como si fuera su casa. El 'cerebro' de la Gürtel comenzó su negocio cuando presidía el PP José María Aznar. Según la declaración del propio Correa, con la salida del presidente de Faes y la llegada de Rajoy se "acabó el negocio", al menos en Madrid. Ahora, la Audiencia Nacional ha considerado pertinente que Rajoy explique qué sabía sobre el pago de comisiones por parte de Correa a miembros de su partido.
¿Por qué no denunció a Correa?
Según diversos testimonios, el actual presidente del Gobierno fue alertado de que Correa pagaba a alcaldes de su partido a cambio de adjudicaciones, además de hacer de intermediario entre otros empresarios y su partido, a cambio de cobrar una comisión. Estos testimonios aseguran que Rajoy fue quien prohibió la continuidad de Correa en el PP.
Rajoy tendrá que explicar al tribunal por qué desde 2003, el año en el que se descubrió el negocio de Correa, nunca ordenó realizar una investigación interna ni denunció los hechos. El líder del PP optó por dejarlo pasar.
El empresario optó entonces por expandirse por Valencia. Sus empresas organizaron el congreso que el partido celebró en la capital del Turia en el año 2008. Era el cónclave en el que el liderazgo de Mariano Rajoy estaba más cuestionado que nunca. ¿Sabía el líder del PP que el entonces presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, seguía haciendo negocios con Correa a sus espaldas?
El caso Gürtel estalló en febrero de 2009 y desde entonces el PP ha estado señalado por la corrupción. Cuando Rajoy era jefe de la oposición, el caso consiguió rebajar el nivel informativo, sobre todo en la época que fue instruido por el juez Antonio Pedreira en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), quien llegó a archivar el caso respecto del entonces tesorero del partido, Luis Bárcenas.
El caso Gürtel estaba llamado a desintegrarse cuando en enero de 2013 las autoridades de Suiza decidieron, cuatro años después, remitir la documentación sobre las cuentas de Bárcenas en varias entidades bancarias de su país, y que no había declarar a la Hacienda española. El responsable de las finanzas del PP había llegado a acumular hasta 48 millones de euros. De ese dinero, por lo menos ocho millones los había ingresado él mismo en efectivo en los bancos Dresdner bank y Lombard Odier.
Fue con esos datos cuando arrancó con más fuerza, hasta la actualidad, el 'martillo' de la corrupción contra el PP. Rajoy decidió que su mejor baza era dar de lado, por lo menos públicamente, a Bárcenas y apartarle del partido. Pero éste, que durante décadas manejó la contabilidad b del partido, no estaba dispuesto a caer sin más. Se filtró a la prensa los conocidos 'Papeles de Bárcenas', un mes después de conocerse las cuentas suizas.
Se trataba de los manuscritos elaborados entre Bárcenas, y visados por el anterior tesorero Álvaro Lapuerta, con la entrega de donaciones por parte de empresarios y el pago de sobresueldos a varios dirigentes del PP, entre ellos el propio Rajoy o la actual secretaria general, María Dolores de Cospedal.
La guerra se recrudeció con Bárcenas en prisión
La guerra entre Bárcenas y el PP se recrudeció hasta que el juez Pablo Ruz ordenó el ingreso en prisión en junio de aquel 2013, tras detectar que el ex tesorero había estado moviendo dinero para evitar su localización por parte de la Justicia.
Un año y medio después, Bárcenas salió de prisión. Dispuesto a contar toda la verdad, se puso una piedra en su camino: la acusación a su mujer Rosalía en el caso Gürtel, quien se enfrenta a una pena de 24 años de prisión por colaborar con su marido en la evasión de capitales y diversos delitos fiscales.
Bárcenas no ha querido recrudecer la guerra con Rajoy y ha optado por tender un 'puente de plata' para evitar que todo el aparato del Estado actúe con mayor virulencia contra él y contra su mujer. Así, en el momento de su declaración como acusado, aseguró que fue Rajoy quien expulsó a Correa del PP y se limitó a señalar como único responsable de la contabilidad “extracontable” a su antecesor Lapuerta, quien por toro lado sufre una demencia sobrevenida y ha sido exculpado de cualquier responsabilidad penal.
El siguiente punto que deberá aclarar el presidente del Gobierno es si en marzo de 2010 Bárcenas fue despedido del PP, como mantiene Cospedal y otros dirigentes de partido, o simplemente se le sacó de la Tesorería de manera oficial pero siguió en el cargo extraoficialmente, tras su imputación en el caso Gürtel y para no levantar sospechas de cara a la opinión pública, como sostiene el propio Bárcenas.
Despido "en diferido"
De hecho, el extesorero llevó a juicio al partido por un despido improcedente en enero de 2013 cuando se conocieron sus cuentas en Suiza y mantiene que él siguió trabajando para el PP a pesar de su imputación en Gürtel, tras el estallido del caso, que arrancó el juez Baltasar Garzón.
Bárcenas pudo demostrar que siguió cobrando todos esos años, incluso con pagas extras, además de mantener un despacho en Génova y un coche oficial. Rajoy tendrá que aclarar si tal y como mantiene su partido, Bárcenas miente y sí fue expulsado, a pesar de las transferencias del PP a Bárcenas durante esos años. Cospedal lo llamó “despido en diferido”. En su turno como testigo en este mismo juicio, quien fuera secretario general del partido, Javier Arenas, sostuvo que hubo una reunión en marzo de 2010, entre él, Bárcenas y Rajoy para anunciarle su despido. Con toda probabilidad, Rajoy mantendrá esa misma tesis.