Sánchez contraprogramará a Rajoy con una Ejecutiva si se tramita la ley del 1-O
El núcleo duro de la dirección socialista, en alerta el día 16 de agosto, cuando el Parlament tiene previsto calificar la ley del referéndum y Rajoy pretende celebrar un Consejo de Ministros como respuesta. Ferraz cree que su estrategia sobre Cataluña le está haciendo recuperar posiciones electorales.
4 agosto, 2017 02:30El PSOE quiere seguir teniendo una voz nítida sobre el independentismo y el referéndum de autodeterminación planteado en Cataluña y pretende que se escuche de forma diferenciada frente a la del Gobierno, aunque haya coincidencia en el rechazo frontal a la consulta.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha pedido a los miembros del núcleo duro de la Ejecutiva que estén localizables el próximo día 16 de agosto. Para ese día se espera que el Parlament tramite la ley sobre el referéndum del 1-O, considerado ilegal por el Tribunal Constitucional. Ese día, cuando salvo sorpresa reabrirá el Parlament, marcará el reinicio de la actividad parlamentaria y la respuesta judicial por parte del Estado.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene previsto convocar un Consejo de Ministros extraordinario, como adelantó EL ESPAÑOL y confirmó al día siguiente el propio jefe del Ejecutivo. Sánchez hará lo propio con la sección permanente de la comisión Ejecutiva, el equipo de 20 personas que compone el núcleo duro de la dirección socialista, según han confirmado a este diario varias de ellas. Si los independentistas siguen su plan, el PSOE fijará posición y aprovechará para que se visualice su postura, distinta a la del PP.
Sánchez apoya a Rajoy y rechaza, como él, un referéndum de autodeterminación. Los socialistas siempre se han mostrado partidarios de aplicar la ley sin tratar de acomodar una consulta, pero reclaman además una solución política al malestar en Cataluña a través de una reforma de la Constitución en la que puedan participar todos los españoles. Sobre el alcance del apoyo a Rajoy ha sido menos claro, pero sí ha dejado claro que no seguiría al Ejecutivo si decide suspender la autonomía catalana, una posibilidad evocada por el artículo 155 de la Constitución.
Una estrategia que funciona socialmente
En Ferraz existe la convicción de que esa posición está funcionando unida a la buena imagen que tiene personalmente Sánchez, algo que esperan se visualice en el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de este viernes.
Tras años sufriendo la polarización entre los independentistas y el PP, que según el PSOE es la causa de la asfixia electoral del PSC, entre los socialistas comienza a cundir la impresión de que el hartazgo social está poniendo en valor sus propuestas por ser las únicas constructivas. La recuperación de las expectativas electorales del PSC señalada por varios estudios de opinión, incluido el Centro d'Estudis d'Opinió (considerado el CIS catalán), da alas a esta tesis.
Declaraciones inoportunas
Sin embargo, la cuestión catalana ha dado pie a varias polémicas, sobre todo por declaraciones inoportunas. La última fue la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, que este miércoles asumió que el 1 de octubre habrá urnas dentro de un "puro y simple recuento sin ningún valor jurídico".
La frase choca con la postura oficial del PSOE, PP y Ciudadanos, que defienden que no se celebrará ningún referéndum, pero expresa fielmente lo que se da por hecho en privado en esos tres partidos.
"Para llamarle referéndum tiene que ser legal, contar con un censo validado, centros de votación públicos, un recuento con garantías... y eso no lo habrá. Pero tampoco podemos impedir que haya urnas, o cajas de cartón, y personas que introduzcan papeletas dentro, aunque no tenga ningún valor jurídico", explica un dirigente. La prioridad es evitar que ese ejercicio tenga cobertura institucional y que se utilicen recursos públicos, como colegios, funcionarios o financiación (algo ilegal a la luz de los pronunciamientos del Constitucional) de tal manera que pudiese parecer un referéndum de verdad.
En otras palabras: en el PSOE, al igual que en Ciudadanos y el PP se trabaja con la hipótesis de que algo habrá. En ese sentido, rechazar que se celebre un referéndum es una fórmula compatible con no descartar que haya una consulta sin garantías, que es precisamente a lo que se refería Narbona.