Es la única cita que tiene en la agenda esta semana y va a llegar tarde. A las doce de la mañana de este lunes, cuando el presidente del Gobierno tenía que estar ya en Palma para acudir al tradicional despacho veraniego con el jefe del Estado, Mariano Rajoy todavía no había cogido el vuelo desde Galicia con destino a las Islas Baleares. El problema del retraso ha sido un ataque de lumbago que le ha sobrevenido tras su caminata matinal por los alrededores de Ribadumia (Pontevedra).
El equipo del jefe del Ejecutivo se puso en contacto con Casa Real y retrasaron la audiencia hasta "las 14,30 horas" aproximadamente. Más que por el ataque en sí, el presidente del Gobierno tenía que esperar "a que le haga efecto la medicación que le pinchan" para revertir las molestias y poder viajar, confirman fuentes cercanas al presidente.
Una vez tratado, Mariano Rajoy ha emprendido el camino hacia su cita con Felipe VI en el Palacio de Marivent, donde hablarán sobre todo del asunto más trascendente de este otoño: el desafío secesionista en Cataluña. El presidente del Gobierno ya ha anunciado que hará todo lo que esté en su mano para parar el procès y convocará a sus ministros el mismo 16 de agosto si es necesario. Todo apunta a que durante su encuentro desvelará al monarca los pasos que planea dar el Ejecutivo si el desafío sigue siendo firme.
El presidente del Gobierno se tomó unos días de vacaciones tras su comparecencia del 28 de julio. Como ya va siendo tradición, tras el último Consejo de Ministros antes del parón es el presidente -y no el portavoz- el que rinde cuentas ante los periodistas. Tras su conversación con Felipe VI, Mariano Rajoy tiene previsto volver a Galicia y descansar en su tierra hasta, al menos, el 16 de agosto, el día que la Mesa del Parlament decide si admite a trámite -o no- la ley de desconexión catalana.