A Baltasar Garzón (Torres, Jaén, 1955) no le representan. Ni el PSOE, en cuyas listas electorales participó en el pasado, ni Podemos y sus confluencias, a quienes no ve disposición alguna de lograr una confluencia leal y de izquierdas para echar al PP del Gobierno.
El exjuez está muy implicado en Actúa, un nuevo partido político desde este mes de agosto que lleva meses constituido como una plataforma que no pretende ser “conciencia de nadie”. El escenario soñado: un Gobierno a la portuguesa. “¿O es que España es el único lugar del mundo donde no es posible? No somos tan especiales”, explica Garzón.
Más de 2.400 inscritos apoyan el manifiesto de Actúa, pero los impulsores más conocidos son personalidades como la abogada Cristina Almeida, el exlíder de CCOO Antonio Gutiérrez, los escritores Luis García Montero y Almudena Grandes o el exdirector general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza. Garzón, inhabilitado como juez tras una controvertida sentencia sobre prevaricación, dice que no se plantea volver a presentarse a las elecciones. De momento.
¿No es paradójico fundar un nuevo partido de izquierdas si se pretende unir a los que ya hay? ¿No contribuirán a dividir más a la izquierda?
No es dividir. Hay un volumen de votos que no se ha manifestado en las últimas elecciones ni a favor del PSOE ni de Unidos Podemos. No veo contradicción en querer recuperarlo dentro de un espacio común. No podemos permanecer quietos cuando vemos que hay muchas gentes progresistas, no necesariamente de izquierdas, que buscan partido.
Han dicho que el registro de la plataforma como partido es casi algo burocrático. Que en caso contrario, les podían quitar la marca Actúa.
El nombre Actúa, que identifica a la plataforma y ahora al partido es bien expresiva en su propio valor semántico. Queremos actuar en política, queremos participar. Es el fruto de un proceso que se inició ya hace algunos años. Se presentó en abril y en junio se expresó con más contundencia. Desde el comienzo, al menos por lo que corresponde a Convocatoria Cívica [el colectivo que él preside, que participa en Actúa], siempre hemos defendido que haya un lugar de encuentro y una convergencia entre las fuerzas de izquierda y progresistas con la finalidad de conseguir gobernar este país, también en comunidades y en municipios, con una política progresista diferente de la que viene aplicando el PP.
El registro del partido corresponde a un trámite burocrático necesario. Es pronto para definirse con una voluntad clara de presentarse a las elecciones. Actúa va a trabajar en esa convergencia de fuerzas de izquierdas. Si se produce, quedará integrada en esa iniciativa en común. Si la izquierda no se une y sigue habiendo un espacio político que defender, ocuparemos nuestro espacio. Hay millones de personas que no están convencidas con el rumbo actual. Si conseguimos que esa convergencia se produzca, habremos logrado nuestro objetivo. Si siguen las mismas polémicas y disparidades, quizás los ciudadanos puedan dar paso a otros planteamientos.
En estos meses, ustedes han pedido tanto al PSOE como a Podemos que dialoguen e iniciativas para sacar a Rajoy de la Moncloa. Ha habido una moción de censura y ambos partidos han establecido una mesa de diálogo. ¿Han cambiado las cosas?
Estamos en permanente evolución. Casi podríamos decir que es difícil anunciar o prever qué va a ocurrir en los próximos meses. Contra el pronóstico oficial del PSOE, quienes apoyaban la candidatura de Susana Díaz vieron frustradas sus expectativas. En Podemos era más previsible la victoria de Pablo Iglesias en la cúspide de la pirámide y se ha reconducido hacia una estabilidad aparente.
La aproximación PSOE-Podemos no está siendo pacífica ni exenta de advertencias que han llevado dimisión de algunos diputados, como Antonio Trevín y Eduardo Madina
La convergencia entre Iglesias y Sánchez puede parecer más sencilla que si hubiese ganado Susana Díaz, pero tampoco demasiado fácil.
La aproximación PSOE-Podemos no está siendo pacífica ni exenta de advertencias que han llevado a la dimisión de algunos diputados, como Antonio Trevín y Eduardo Madina. Tal y como lo entendemos, falta un ingrediente que mezcle esa posibilidad de aproximación. Si esa línea se consolida, estamos en el mismo campo de juego, si no, seguiremos defendiendo nuestro discurso. No podemos dejar inanes a un volumen de dos millones de personas que no han votado. Si nos presentamos y motivamos la participación, aunque no sea para votar a Actúa, ya habremos logrado parte del objetivo.
¿Cómo ve al PSOE con Pedro Sánchez?
Sánchez ha sido muy coherente, eso no se le puede discutir. No estoy de acuerdo con lo que ocurrió después de elecciones 2015 y me sigo preguntando por qué tuvimos que votar el 26 de junio por segunda vez cuando la voluntad de la sociedad era muy clara: puntos de encuentro y diálogo de la izquierda. No se consiguió y haber dado en bandeja al PP el Gobierno fue un fracaso tremendo. Después fue ya casi imposible con la caída estrepitosa de Pedro Sánchez. Pero tuvo valor, dijo que iba a ir puerta a puerta y así lo hizo. Demostró que los aparatos suelen estar muy lejos de las bases. Nosotros vamos a estar lejos de los aparatos para que la política no se haga burocrática. Pretendemos ser una estructura ágil, dinámica y dialogante.
Usted ha dicho en varias ocasiones que no pretende ir en unas listas. ¿Cambia algo que ahora ya esté en un partido?
Estar en política no significa estar en un cargo o presentarse a las elecciones. Significa también participar, hacer equipos y aportar desde diversos puntos. Para mí no es una prioridad ir en unas listas. Quiero hacer un esfuerzo por los ciudadanos de este país. Puedo apoyar esas listas si se llegaran a presentar, pero en cualquier caso mi voluntad es de participación muy activa, no de distribución de cargos o puestos en listas.
No creo que el aislamiento de Venezuela sea la solución. Hay muchos ejemplos similares de embargos, aislamientos, listas de restricciones económicas... no funcionan
¿Qué análisis hace de lo que está ocurriendo en Venezuela?
La situación se ha ido deteriorando de una forma tremenda. Es una desgracia para todos y especialmente para el pueblo venezolano. Sus líderes, desde el Gobierno a la oposición, tendrían que tener la obligación ineludible de encontrar puntos de encuentro. La violencia no facilita las cosas. El Informe de la ONU conocido estos días es muy preocupante y el conflicto tendría que solucionarse de forma inmediata mediante un diálogo profundo, lejos del rictus policial de las detenciones. No puede haber presos políticos detenidos sin cargos, personas que no se sepa dónde están.
Con el máximo respeto, creo que en Venezuela tiene que haber mesura y una decisión firme de reconciliación inmediata. Si no, difícilmente esto va a parar aquí. Son necesarias estructuras que no estén contaminadas como lo está la Asamblea Constituyente. El aislamiento de Venezuela tampoco creo que sea la solución. Hay muchos ejemplos similares de embargos, aislamientos, listas de restricciones económicas... no funcionan. Las medidas unilaterales de EE.UU. me parecen abusivas, no conducen a nada. Tanto nacional como internacionalmente se exige profundización y un diálogo abierto para atender a la situación paupérrima de la población.