No hay desplante, pero sí condiciones. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha aceptado reunirse con el presidente del PP catalán, pero la cita no será en las fechas que el conservador propone. Xavier García Albiol le pidió por carta una reunión urgente, para antes del 16 de agosto. El motivo del encuentro era "abordar las graves consecuencias que podría tener para Cataluña la inminente tramitación de la ley para convocar un referéndum ilegal".
El president ha accedido a sentarse en la misma mesa que el exalcalde de Badalona pero "a partir de la segunda quincena" de agosto. No ve necesaria ni urgente una reunión antes del martes. Con esta respuesta, Puigdemont se burla del PP y opta por verse las caras una vez que la ley del referéndum esté ya en marcha, si es que la Mesa del Parlament la admite a trámite el próximo miércoles. Una decisión que, de momento, no está anunciada.
Albiol reconoció en su misiva que sentía una "sincera preocupación" por el actual contexto político que atraviesa Cataluña, "inédita en la historia de nuestra democracia". Para el presidente del PP catalán es "obligatorio mantener abiertos espacios de reflexión para encontrar el camino que evite una fractura jurídica y social que sería irreparable".
Por su parte, el jefe del Ejecutivo catalán ha coincidido con el conservador que los puentes del diálogo se mantengan abiertos, a pesar de que los dos bandos saben de antemano que sus posturas son irreconciliables. "Creo que una actitud de diálogo y de respeto entre quienes no piensan lo mismo es fundamental para que la democracia funcione", aunque afea a Albiol que el Ejecutivo central que dirige Mariano Rajoy no mantenga la misma actitud que el PP catalán.
"No hay nada que negociar"
"Espero que el presidente del Gobierno español tenga la misma consideración que usted amablemente demanda", escribe Puigdemont en su misiva. El jefe del Ejecutivo lleva semanas descartando ante los periodistas un encuentro con el president porque, a su juicio, el máximo responsable de la Generalitat únicamente tiene en su mente llevar adelante el desafío secesionista y el Gobierno central "nada tiene que negociar sobre este asunto", alegan fuentes del círculo más próximo al presidente.
Rajoy se escuda también en que brindó la oportunidad a Puigdemont de explicar -y votar- en el Congreso de los Diputados sus planes para Cataluña y desechó la invitación. Fuentes gubernamentales reiteran una y otra vez que es el Parlamento, donde reside la soberanía nacional, la única institución que tiene legitimidad para aprobar o tumbar que Cataluña se independice de España.
La ley del referéndum, sin incluir para el día 16
En Madrid, sin embargo, esperan con cautela lo que suceda en Barcelona el miércoles. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha convocado una reunión de la Mesa de la Cámara, el órgano rector del Parlamento autonómico, pero en su orden del día no se incluye la admisión a trámite de la polémica ley del referéndum.
Todos los ministros que conforman el gabinete de Rajoy están advertidos de que si la Mesa la admite a trámite habrá un Consejo de Ministros extraordinario ese mismo día para pedir al Tribunal Constitucional su impugnación. Junts pel Sí y la CUP registraron la ley de referéndum el 31 de julio, y lo normal es que se hubiera debatido la admisión a trámite el 16 de agosto. Pero, de momento, sigue siendo un misterio qué pasará ese día. La tramitación de esa ley provocará el choque frontal entre el Ejecutivo central y el autonómico. El Govern ya ha avanzado que no atenderá una eventual suspensión del Alto Tribunal.