La proliferación de pisos turísticos y los ataques al turismo plantean el debate de si hay que limitar el número de turistas. ¿Sobran turistas en España? ¿Hay que cambiar de modelo? ¿Deben de tomarse medidas para frenar la masificación?
Las administraciones de las seis comunidades con mayor número de turistas -según datos del INE- difieren mucho en sus planes y estrategias. Las dos principales, Islas Baleares y Cataluña, ya han tomado medidas ante la masificación y el boom de las viviendas de uso turístico, mientras las otras cuatro (Andalucía, la Comunidad de Madrid, Canarias y la Comunidad Valenciana) buscan aumentar el número de turistas, aunque no descartan entrar a regular las plazas.
EL ESPAÑOL repasa, comunidad a comunidad, los distintos pasos que están dando los gobiernos autonómicos en un sector importantísimo cuyas transferencias tienen transferidas. Las principales iniciativas que plantean son la limitación de las plazas turísticas, la batalla contra las viviendas ilegales, la implantación de tasas a los visitantes y el impulso a una oferta que acabe con la visión de España como destino de sol y playa son.
Límite a las plazas turísticas
El 9 de agosto el Gobierno balear anunció que introducía un techo de 623.624 plazas turísticas en sus islas, una medida que generó controversia entre las agencias. "No hablamos de un límite de turistas. Estamos en la UE: no podemos limitar el número de visitantes que nos llegan", matizan a este periódico fuentes de la Dirección General de Turismo de Baleares. "La cifra es el número de toda la oferta hotelera, junto con la cifra de todo el alquiler vacacional legalmente dado de alta y las 42.000 plazas aún disponibles".
Sin embargo, Baleares no es el único lugar que trata de acotar el turismo. El Ayuntamiento de Barcelona cuenta con el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) que prohíbe conceder nuevas licencias de uso turístico a no ser que se produzcan bajas en la oferta actual. Esta medida es más estricta aún en la zona centro de la ciudad -que supone el 60% de las plazas- donde no se darán más licencias hasta nuevo aviso.
El director general de Turismo de la Comunidad de Madrid, Carlos Chagacueda, asegura por su parte a este diario que la proliferación de pisos turísticos y la masificación “no son un problema en la capital”. “Hay un distrito centro donde lógicamente se concentran los problemas, pero no sólo en pisos turísticos, también en las terrazas, aparcamientos, manifestaciones”.
'Cazapisos' contra las viviendas ilegales
En el consistorio barcelonés cuentan con un equipo de 40 cazapisos que inspeccionan viviendas ilegales. En total, han conseguido cerrar 2.332 pisos que no estaban en regla, pero el Ayuntamiento estima que aún existen en torno a 6.000 pisos turísticos ilegales.
La lucha contra los pisos ilegales también preocupa en la Comunidad Valenciana, donde los distintos cuerpos policiales actúan conjuntamente. “La lucha contra el intrusismo y la oferta no reglada es una de nuestras prioridades fundamentales”, asegura la directora general de Turismo valenciana, Raquel Huete. “Estamos llevando a cabo una campaña de inspección de viviendas turísticas, pero no nos hemos planteado limitar su número”.
Tasa turística para grandes ciudades
Las tres ciudades más grandes de España por población, Madrid, Barcelona y Valencia, ya han introducido o planteado la posibilidad de cobrar un impuesto a los turistas, algo que rechazan los gobiernos autonómicos consultados.
La manera de gravar a los turistas es diversa. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, plantea cobrar la tasa a través de los turoperadores, mientras que la regidora de Madrid, Manuela Carmena, aboga por acordar con plataformas como Airbnb la inclusión de una tasa en sus productos, una medida que no afectaría a los hoteles.
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha abierto la puerta a crear un impuesto por pernoctación ya que, según argumenta, el aumento de los apartamentos turísticos “ocasionan al Ayuntamiento un aumento de servicios”. Y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, aseguró recientemente que sí quería más turismo, “pero alejado del centro”.
Desestacionalización de la oferta
Ninguna comunidad autónoma afirma que su objetivo sea reducir el turismo, pero todas coinciden en que es necesario buscar soluciones a la estacionalidad de la oferta. “Se llenan tanto las islas que hasta el propio turista está molesto por no poder encontrar sitio en la playa”, señalan fuentes de la Dirección General de Turismo del Gobierno balear, y añaden: “Queremos garantizar que durante su estancia pasen un tiempo estupendo. Además, somos un territorio con recursos limitados”.
En Baleares tienen claro que el turismo veraniego ha llegado a su máximo posible. “Nosotros consideramos que en julio y agosto hemos llegado al límite y ya no podemos crecer más. No hay ni sitio, ni agua, ni carretera para más gente”, aseguran las mismas fuentes. “Lo que estamos intentando es dejar de hacer promoción turística de verano. La publicidad de sol y playa ya no existe. Todos los esfuerzos los dedicamos a los meses de primavera, otoño e invierno”.
El turismo de sol y playa también es un problema en las Islas Canarias. El Plan Gran Canaria Turismo 2020 prevé en sus líneas estratégicas “potenciar actividades desestacionalizadoras y ampliar el flujo turístico” y reclama una reforma del marco legal porque, se asegura, la actual ley de costas “frena el turismo náutico” en las islas.
Por su parte, la Generalitat Valenciana se marca como objetivo incrementar la rentabilidad del turismo mediante la desestacionalización de la oferta, como asegura Huete. El pasado mes de mayo se presentó el Libro Blanco para la Nueva Estrategia Turística de la Comunitat Valenciana, en el que se incluyen hasta 20 productos turísticos que ofrece la región, desde el turismo de sol y playa, al turismo idiomático, el turismo single o el turismo cinematográfico, entre otros.
En la misma sintonía está la secretaria general para el Turismo de la Junta de Andalucía, Susana Ibáñez: “Hemos impulsado un plan sostenible para fomentar el turismo de interior, deportivo y cultural”. Ibáñez sostiene que Andalucía no tiene problemas de capacidad y que donde otras comunidades sufren masificación, ellos ven una ventaja: “Para nosotros el turismo de cruceros es una oportunidad para reducir la estacionalidad, pero para otros un problema. En Barcelona se superan los dos millones de turistas que llegan en crucero, pero entre todos nuestros puertos hemos recibido 900.000”.
La Comunidad de Madrid centra su promoción turística en ensalzar la región más allá de la capital. “Llegamos a un acuerdo con Iberia por el que utilizamos su vídeo de seguridad como herramienta turística para meter imágenes de Madrid”, dice a este periódico el director general de Turismo, Chagacueda. “El objetivo es que cuando la gente oiga Madrid no piense solo en la capital, igual que cuando piensas en París piensas también en Versalles. Cerca de la capital hay mucha actividad, algo que no tienen otras grandes ciudades europeas. Por ejemplo, tenemos 32 campos de golf a tres cuartos de hora en coche”.
“No sobran turistas”
La opción de imponer un gravamen a los turistas no es algo que guste a los gobiernos autonómicos. “No planteamos una tasa”, asegura Ibáñez. “En Andalucía no sobran turistas. Tenemos más de 87.000 kilómetros cuadrados de superficie y somos más grandes que algunos países de Europa, nuestra capacidad de acogida puede seguir creciendo”, añade.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, dijo en la presentación de la Estrategia de Turismo 2016-2019 el pasado mes de septiembre que el objetivo era convertir a Madrid “en una de las diez regiones más visitadas del mundo”. El plan lleva como lema “crecimiento inteligente”, un eslogan que Chagacueda describe como “el crecimiento en aquellos segmentos que generan un mayor bienestar y rentabilidad económica”.
La región de Madrid encabeza el ingreso medio por turista y es la única de las seis más visitadas en el que el primer país emisor no es europeo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Encabezan la lista los americanos, algo de lo que presume Chagacueda. El director general de Turismo madrileño asegura que enfocan su oferta a los turistas no europeos ya que éstos son los que menos tiempo y dinero invierten. “Un turista de largo radio no viene sólo buscando el sol y la playa”, dice.
La Comunidad Valenciana, por su parte, tiene una mayoría de turistas nacionales y centra sus esfuerzos en atraer más turistas internacionales, de los que prevén recibir este verano un 10% más que el año pasado. “No debemos ofrecer la imagen de que sobran turistas porque no es cierto, en la Comunitat estamos encantados de recibir turistas”, asegura Huete.
En la misma línea se pronuncia Chagacueda, que explica que se está promoviendo una imagen dañina del turista. “Utilizamos la palabra turista ya casi como algo despectivo. Siempre el sector servicios madrileño estará listo a atender al turista educado que viene reclamando cultura y patrimonio y que además gasta dinero. Hay que romper esta dinámica que divide el mundo entre turistas y ciudadanos. Todos somos ciudadanos y tenemos derechos”.
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