Fue un grupo de 11 adolescentes y veinteañeros de Gerona y un imán que guiaba sus decisiones. La mayoría, vecinos de Ripoll, se hacían llamar “los soldados del Estado Islámico en Al Andalus” y lo dejaron todo preparado. Algunos de ellos quemaron sus documentos personales. Otro dejó una carta de despedida para su madre. Durante meses estuvieron preparando un plan ocupando casas abandonadas. Y todo se aceleró en las últimas semanas: bombonas de butano, material para fabricar explosivos, pulsadores... La fecha fijada era el 17 de agosto y hasta el día anterior estuvieron haciendo acopio de los últimos materiales necesarios y el alquiler de furgonetas.
El plan era perpetrar uno o varios atentados con bombas en monumentos importantes de Barcelona. Fuentes jurídicas afirman que el objetivo principal era la Sagrada Familia. Pero una explosión accidental de su base logística truncó sus planes y les obligó a un plan alternativo, caótico y a la desesperada que aun así se saldó con 15 víctimas mortales y un total de 136 heridos. Lo que sigue es una minuciosa reconstrucción cronológica basada en la investigación policial de las 112 horas que separan la voladura de la casa de Alcanar (Tarragona) y la muerte, abatido por la Policía, del último terrorista de la célula que estremeció a Cataluña y al resto de España durante cinco días.
Miércoles. 23.17 horas
Nueve dotaciones de bomberos de la Generalitat de Cataluña se dirigen a la urbanización Montercarlo de Alcanar (Tarragona). Han recibido el aviso de que la casa situada en el número F9 ha saltado literalmente por los aires debido a una explosión que ha provocado una nube en forma de hongo visible a varios kilómetros de distancia. Los medios de comunicación se hacen eco de la noticia en la sección de sucesos: al menos dos personas fallecidas y siete heridos. Tras los primeros análisis los bomberos hallan 20 bombonas de butano. Los Mossos confirman que era una casa abandonada que llevaba meses ocupada por varias personas. Detectan restos de acetona y dan por hecho que se trata de un laboratorio ilegal de drogas.
En ningún momento sospecharon que aquello era en realidad el almacén de una célula yihadista con las peores intenciones. Tampoco que uno de los muertos bajo los escombros era su líder, un imán marroquí de 44 años de Ripoll llamado Abdelbaki Es Satty. El otro fallecido era un joven de 22 años también marroquí y residente en Ripoll llamado Youssef Aalla. Los sanitarios rescatan con vida a otro veinteañero, en este caso de Melilla, con múltiples heridas. Se llama Mohamed Houli Chemlal y se ha salvado de milagro al sorprenderle la explosión en el porche de la casa. También es vecino de Ripoll, un municipio situado a 300 kilómetros de Alcanar. Los Mossos d’Esquadra tampoco se imaginaron en ese momento que 19 horas después tendrían que acudir al hospital Verge de la Cinta de Tortosa a detener a Houli Chemlal por un delito de terrorismo.
Jueves. 12.58 horas
Un joven se presenta en una oficina de alquiler de furgonetas. Es Mohamed Hichamy, tiene 25 años y también es vecino de Ripoll, concretamente vive en la calle Antoni Gaudi con sus padres El Guazy y Halima y con su hermano pequeño Omar, menor de edad. En la empresa de alquiler no sospechan que ese joven nacido en Mrirt (Marruecos) ya sabe que su base logística de Alcanar ha volado por los aires, pero eso no va a frenar sus planes de hacer un atentado. Empieza el plan B a la desesperada. Alquila una Renault Kangoo con matrícula 0861 JYG con la que no logrará ir muy lejos.
El día antes, a las 11.00 horas, había alquilado otro vehículo con las mismas características junto a su compañero de comando Younes Abouyaakoub, 22 años. En este caso fue un modelo Fiat Talento (7082 JWD). También el día anterior, el miércoles, Abouyaaqoub y otro vecino de Ripoll, Driss Oukabir acudieron a las 16.00 horas a la empresa a hacerse con una tercera furgoneta, otra Fiat Talento blanca (7086 JWD). Oukabir hace los trámites, pero paga Younes con su tarjeta de crédito acabada en 7012 de La Caixa. Éste sería el vehículo que sembraría de muertos la Rambla de Barcelona 24 horas después.
Jueves. 15.25 horas
Mohamed Hichamy conduce la furgoneta Renault Kangoo que ha alquilado un rato antes. Circula por la AP7 cuando en el kilómetro 265, a la altura de Cambrils (Tarragona), sufre un accidente y colisiona con un coche. El conductor del otro vehículo se baja de su auto y le avisa de que va a llamar a la Policía. Esto provoca una reacción extraña en el joven marroquí: decide salir corriendo, saltar la valla de la autopista y fugarse por un camino. Cuando llegan los agentes hasta la furgoneta abandonada encuentran una tarjeta de crédito a nombre de Said Aalla, otro joven marroquí de 19 años integrante de la célula yihadista. La investigación trata de determinar a dónde iba Hichamy, cuáles eran sus planes en ese momento y por qué salió despavorido al escuchar la palabra “Policía”.
Jueves. 16.30 horas
Younes Abouyaaqoub irrumpe a una velocidad entre 70 y 80 km/h por la Rambla desde Plaza Cataluña al volante de su furgoneta blanca con letras azules. Sigue una dirección norte-sur y recorre unos 400 metros haciendo zig zag hasta casi llegar al Liceo. Lo que acaba de ocurrir es el segundo gran golpe del terrorismo yihadista en España desde el 11-M. Hay 13 personas muertas y varias decenas de heridos tendidos en el suelo. Abouyaaqoub, ataviado con una camiseta de rayas azules y blancas, abandona el lugar a pie. Varios testigos le ven y facilitan su descripción a las autoridades, que establecen una ‘operación jaula’ para evitar que escape de la zona.
Los agentes analizan el interior de la furgoneta que acaba de sembrar el terror en pleno corazón de Barcelona y encuentran la cartera de Younes Abouyaaqoub con su NIE. También hallan el pasaporte español de un tal Mohamed Houli Chemlal, el joven melillense que milagrosamente se había salvado de la explosión de una casa en Alcanar esa misma noche. Repentinamente, la tesis de que esa vivienda fuese un laboratorio de droga se desvanece.
Jueves. 16.51 horas
Casi como una burla, apenas unos minutos después del brutal atentado en Barcelona, se registra una segunda explosión en la casa de Alcanar provocada por los trabajos de la retroexcavadora. Como consecuencia de esta nueva deflagración, varios bomberos y policías resultan heridos. Mientras los Mossos se dirigen a toda velocidad al hospital a interrogar a Mohamed Houli y a detener al encargado del alquiler de la furgoneta de la Rambla, Driss Oukabir, los efectivos desplegados en Alcanar hallan a 15 kilómetros de los escombros un vehículo a nombre de Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll. Durante la jornada han ido apareciendo muchas bombonas de butano más y materiales para fabricar explosivos. Justo frente a la casa derruida ha estado todo ese tiempo un Peugeot 306 cargado con cinco bombonas de butano más y una moto Kawasaki (6348 FTZ) a nombre de Mohamed Hichami, el joven que salió corriendo por la autopista tras el accidente.
Jueves. 18.20 horas
Ha pasado casi una hora desde el atropello masivo en La Rambla y Younes Abouyaaqoub ha logrado evadirse de la ‘operación jaula’ confundiéndose entre la gente. Ha escapado por la parte trasera del mercado de La Boquería. Lo que no sabe es que ha sido grabado por varias cámaras de seguridad cuyas imágenes luego resultarán claves en la investigación. El joven llega a la zona universitaria, muy cerca del Camp Nou. Alrededor de diez minutos después se topa con Pau Pérez, quien se encuentra estacionado en el interior de su Ford Focus. El lugar equivocado en el momento equivocado. Abouyaaqoub asesta una puñalada mortal a este vecino de Villafranca del Penedès y se da a la fuga con su coche.
Su víctima está aún en el vehículo cuando, minutos después, el terrorista avista un control de los Mossos a la salida de Barcelona, concretamente a la altura Esplugues, en la Diagonal de la ciudad condal. Lejos de frenar, Abouyaaqoub acelera la marcha y embiste a una agente de los Mossos a la que causa heridas en una pierna. La Policía abre fuego contra el vehículo, pero no se detiene.
Jueves. 18.50 horas
El Ford Focus es interceptado en la localidad de Sant Just Desvern, en los aledaños del característico edificio Walden. Cuando llegan los Mossos sólo se encuentran a Pau Pérez fallecido. Hay además una mochila en el auto, razón por la que los agentes activan el protocolo previsto para estos casos ante el miedo a que se trate de un explosivo. La autopsia a Pau Pérez determina que no había muerto por los disparos de los agentes, sino por una herida de arma blanca. Es la víctima número 14, pero los Mossos tardarán aún varios días en relacionar este incidente con el plan de fuga del autor material del 17-A. Nada se volvería a saber de Abouyaaqoub hasta cuatro días después.
Paralelamente, a esa misma hora, los Mossos encuentran abandonada en la localidad de Vic (Barcelona) la furgoneta Fiat Talento que habían alquilado el miércoles Younes Abouyaaqoub y Mohamed Hichamy. Los investigadores tratan de determinar las causas del abandono, aunque la primera hipótesis apunta a un problema técnico del vehículo.
Jueves. 21.26 horas
El plan de atentar está en marcha. Younes Abouyaaqoub ha cumplido su parte, hay dos miembros del grupo detenidos y el resto de la célula decide también pasar a la acción. Ante la ausencia de explosivos, perdidos en Alcanar, uno o varios terroristas compran en un comercio de Cambrils cuatro cuchillos y un hacha. Acto seguido recorren los 25 minutos en coche que separan la ciudad costera tarraconense hasta una segunda guarida del comando. Se trata de una masía abandonada con vistas a un pantano ubicada en la localidad de Ruidecanyes.
Junto a la casa hay una pequeña hoguera en la que se han quemado documentos de identificación personal como el carnet de conducir de Mohamed Hichamy o el pasaporte de Younes Abouyaaqoub. Tirado en el suelo dejan el ticket de compra de los cuchillos y el hacha así como otros comprobantes que indican adquisiciones anteriores. En concreto, Mohamed Hichamy compró en tres tiendas de pintura de Tortosa entre el 1 y el 2 de agosto de 500 litros de acetona, el componente que confundió a los Mossos con la pista del narcotráfico. También figura un ticket de compra del día anterior de los atentados que hace referencia a 15 fundas de almohada y bridas para introducir los explosivos.
Viernes 01.00 horas
Procedentes de la masía abandonada llegan al paseo marítimo de Cambrils cinco miembros de la célula, todos ellos muy jóvenes, algunos menores, vecinos de Ripoll o Ribes de Freser (Gerona), la mayoría nacidos en Marruecos e influenciados por el imán cuyos restos mortales aún esperaban a ser identificados de entre los escombros de Alcanar. Los ocupantes del coche Audi A3 (9676 BHF) son: Moussa Oukabir (hermano de uno de los ya detenidos), Mohamed Hichamy (el temeroso de la Policía), su hermano Omar, Said Aalla (cuya tarjeta de crédito estaba en la furgoneta abandonada en Cambrils) y Housssaine Abouyaaqoub (hermano menor del conductor de la Rambla).
El vehículo comienza por embestir a un grupo de tres viandantes en la calle y después se lanza contra un vehículo policial en una rotonda. El coche de los terroristas adquiere tal velocidad que al llegar a una curva vuelca y salen corriendo cuatro de los yihadistas en dirección a un mosso, que vacía el cargador de su subfusil con dos de los jóvenes. Sin munición recurre a su arma corta para abatir a otros dos. Hay un quinto terrorista que sale del vehículo y con un cuchillo de cocina de unos 25 centímetros ataca a una pareja y posteriormente a otra persona.
Una patrulla de paisano lo neutraliza, dándole el alto en varias ocasiones sin hacer caso. Finalmente también es abatido a tiros. Todos ellos portaban chalecos explosivos que sólo después se supo que eran simulados.
Como consecuencia de este atentado fallece una mujer, pero según la investigación policial las heridas mortales se las provocaron los cristales que salieron despedidos tras la colisión de los dos coches. En el interior del Audi había una garrafa con algo de nitrato, un saco con carbón, un cuchillo tipo machete y comida.
Viernes. 08.35 horas
Se presenta en comisaría un joven marroquí de 27 años que dice ser el dueño del Audi A3 usado por los yihadistas en Cambrils esa noche. Se trata de Mohamed Aalla y es el hermano de uno de los cinco abatidos, Said Aalla. Explica que el coche está a su nombre por una cuestión de seguros, pero que en realidad lo usa siempre su hermano pequeño. El mismo vehículo fue detectado una semana antes de los atentados en París. Esta presencia es una de las claves en la investigación internacional del caso. A los Mossos no le convencen sus explicaciones y termina siendo detenido y su casa, registrada. En estos trabajos encuentran una carta de despedida de Said en la que pide perdón a su familia y en especial a su madre.
Viernes 13.42 horas
Los Mossos d’Esquadra comunican el arresto de una cuarta persona. Se trata de Salh El Karib, encargado de un locutorio en Ripoll y conocido de buena parte de los miembros de la célula. Nacido en Marruecos hace 34 años, no habla castellano. La investigación apunta a que le pagó varios billetes de avión a Marruecos a varios miembros de la célula.
Domingo. 11.00 horas
La cooperación internacional comienza a dar sus frutos y las autoridades marroquíes interrogan a una persona relacionada con la célula terrorista. Días después arrestarían a un segundo individuo, vecino de Abouyaaqoub en la calle Rabal de Sant Pere Ripoll y de profesión butanero. Se trata de Hicham Ennadih, nacido el 17 de junio de 1973 en Marruecos. Se da la circunstancia de que su hermano también tiene la misma profesión. En agosto del año 2002, este ciudadano marrroquí fue denunciado por estancia ilegal en la localidad barcelonesa de Mollet del Vallès. Los investigadores no descartan su implicación a la hora de suministrar a la célula las decenas de bombonas de butano almacenadas en Alcanar con las que pretendían imprimir mayor potencia a sus atentados.
Lunes 13.22 horas
El balance tras cuatro días de operación policial son cinco terroristas abatidos, dos muertos bajo los escombros de Alcanar y cuatro personas detenidas. Tras un fin de semana de registros, interrogatorios a los arrestados y labores de identificación, el objetivo número uno de las autoridades sigue siendo dar con el paradero del autor material del atentado de Barcelona. Los Mossos ya no tienen duda de que se trata de Younes Abouyaaqoub y que ésa es la persona que asesinó al joven Pau Pérez. Por ello, en dos ruedas de prensa casi simultáneas tanto la Generalitat catalana como el Ministerio del Interior difunden fotos del terrorista y solicitan la colaboración ciudadana para encontrarle.
Lunes 15.35 horas
La petición surtió efecto y, tan sólo un par de horas después, una vecina de la localidad barcelonesa de Subirats que aseguraba ser buena fisionomista avisó a la Policía de haber visto a Younes Abouyaaqoub. Hasta la zona se desplazaron numerosos efectivos de los Mossos, pero fueron dos agentes de proximidad destinados en el ámbito rural los que se toparon con él en una zona de viñedos. Se había cambiado de ropa -un punto de la investigación que aún está por aclarar-, pero estaba sucio, sin teléfono móvil ni dinero. Los investigadores creen que se había pasado desde el jueves vagando a pie. Así recorrió los cerca de 30 kilómetros que separan Sant Just Desvern donde se le perdió la pista hasta esa zona de campo dónde iba a encontrar su patético final.
Sólo, sin apoyos para cruzar la frontera francesa, al joven de 22 años tan sólo le quedó el recurso de abrirse la camisa que portaba para mostrar lo que parecía un cinturón de explosivos que como el de sus compañeros de Cambrils resultó ser falso. Ante el temor de que pudiera hacer explosión, los agentes abrieron fuego contra él. Al menos uno de los disparos le impactó certero en la cara, justo al lado de la nariz. Murió en el acto. Así terminaron, según los datos policiales, las 112 horas que estremecieron a Cataluña y España entre 17 y el 21 de agosto de 2017.