Tiene 32 años, está a punto de ser padre por primera vez y aspira a representar la renovación definitiva del PSOE en Madrid tras décadas de luchas intestinas, pactos de mesa camilla y demasiadas llamadas desde Ferraz. Juan Lobato (Madrid, 1984) no se presenta como el candidato antiestablishment o antiaparato, pero se comporta como tal. Aspira a generar una ilusión en la región similar a la de Pedro Sánchez en las primarias que le dieron un segundo mandato. Incluso aunque Sánchez sea más cercano a otro aspirante: José Manuel Franco, portavoz adjunto en la Asamblea de Madrid y un experimentado diputado.
Lobato es, de momento, el más joven de los aspirantes a liderar el PSOE autonómico madrileño en unas primarias que se celebrarán el 30 de septiembre en primera vuelta y una semana más tarde en segunda. Sin embargo, no es nuevo en el PSOE. Como él mismo recuerda, en 2012 apoyó como ponente económico a Carme Chacón frente a Alfredo Pérez Rubalcaba, en 2014 a Eduardo Madina frente a Pedro Sánchez y en 2015 a Juan Segovia frente a Sara Hernández, la actual líder de los socialistas madrileños. Las tres veces perdió. Ahora tampoco lo tiene fácil ya que el favorito entre los dirigentes es Franco, pero aspira a que los militantes se rebelen contra los augurios.
Lobato es el primer alcalde del PSOE de Soto del Real desde la guerra civil, cuando fusilaron al último socialista con el bastón de mando. Su lugar favorito de la capital es la plaza del Dos de Mayo y su madrileña universal, Penélope Cruz.
¿Qué propone para el PSOE madrileño?
Dejar de dedicar el 90% de nuestro tiempo a temas orgánicos, a elegir delegadillos o vocales vecinos y dedicarlo a hacer política en Madrid, que es para lo que se han afiliado los 15.000 militantes que tenemos. Es muy fácil. Queremos que todos los militantes, los 15.000 que hay y los 15.000 que vamos a afiliar en cuatro años, además de pagar cuotas, ir a aplaudir a los mítines, ser interventores en las elecciones y pegar carteles, tengan el derecho a ser escuchados. Que tengan derecho a ser preguntados: “¿En qué queréis ayudarnos políticamente?”. Y por ejemplo, los 200 que sepan de transportes y quieran aportar se reunirán, analizarán los problemas y las soluciones.
¿Por qué el PSOE en Madrid ha sido tradicionalmente una jaula de grillos?
Llevamos mucho tiempo haciendo lo mismo. Y es hora de cambiar. La sociedad madrileña ha evolucionado muy deprisa y el partido no ha tenido la capacidad de cambiar a esa velocidad. Madrid es una región innovadora, moderna, dinámica, joven, con gente profesional. El partido ha seguido con una forma de trabajar que es la que se tenía en el siglo pasado en el uso de las nuevas tecnologías, por ejemplo, o en la falta de modernidad y valentía en las posiciones políticas. Este tipo de cuestiones ha provocado una desconexión clarísima entre los madrileños y el PSOE-M, especialmente con los jóvenes. No es que no nos miren y no nos voten sino que han desconectado completamente del partido.
No hay mejor manera que decidir las listas electorales que a través del voto individual de los militantes
¿Qué propuestas concretas plantea respecto a otros candidatos?
Todos hablamos de que queremos que los militantes sean los auténticos líderes del partido. La línea entre los que nos lo creemos y además ya lo practicamos y los que se dicen pero no acaban de decidirse se traza a la hora de decidir quienes son nuestros representantes en la ciudadanía, quiénes forman las listas electorales. No hay mejor manera de decidirlas que a través de los militantes, que con su voto individual señalen qué candidatos van en las listas y en qué orden. Serán los militantes los que premien o castiguen a los que han hecho un buen trabajo. Es una diferencia fundamental respecto a lo que se ha hecho los últimos 20 años en un despacho de no sé qué planta de no sé qué sede.
¿Cómo funcionaría?
Queremos que antes de llegar a la comisión de listas donde habitualmente se deciden las candidaturas se convoquen asambleas en las agrupaciones y el que quiera ser diputado levante la mano y presente su curriculum. Cuando hayan levantado la mano 100 veremos quién nos puede representar mejor. Cada militante, individual y anónimamente, votará y pondrá el aspa a los que considere más válidos. Y cuando 15.000 militantes de Madrid hayan decidido quienes quiere que sean sus representantes en el Congreso, el Senado o la Asamblea, a ver qué comisión de listas tiene capacidad de cambiarlo.
Irene Lozano, "interesante", pero de otra manera
Con su sistema, la independiente Margarita Robles, hoy portavoz en el Congreso, nunca hubiese sido diputada al no tener carné de militante.
O sí. Si Margarita Robles hubiera levantado la mano y hubiera dicho: “Quiero ser diputada porque quiero ayudar a este partido a transformar la sociedad” habría que ver qué hubiesen votado los militantes. Necesitamos transparencia y claridad. Y si el cabeza de lista quiere plantear nombres que le acompañen, tampoco pasa nada. Eso sí, tendrán que ser los militantes en asambleas locales quienes digan que les parece bien. Este sistema hubiera corregido problemas como el de Irene Lozano, que podría haber sido un fichaje interesante para el partido si se hubiera hecho de una forma más ordenada.
¿Le parecería “interesante” incorporar a Irene Lozano? ¿Lo que no le gustó fue la forma?
La forma, desde luego, no. Se hizo desordenadamente e incumpliendo protocolos y trámites del partido, pero sí creo que el PSOE debe abrirse a la sociedad y atraer talento para el partido. Irene Lozano puede ser el caso, aunque quizás no sea el ejemplo exacto. Pero nuestra vocación es de mayorías y hay que convencer a todos de que nuestro partido es un vehículo ideal para transformar las injusticias de este país.
¿Qué perfiles de militantes desaprovechados o incluso referentes fuera del PSOE le gustaría sumar a su proyecto?
Hay ejemplos como Ángel Gabilondo que es de lo mejor que le ha pasado al PSOE en los últimos diez años. En nuestra candidatura hay militantes con trayectoria exitosa fuera de la política y madrileños progresistas que no son militantes. Son catedráticos de Universidad, candidatos a rector como Paco Velasco, el que fuera vicerrector de la Universidad Autónoma Javier Benayas, cirujanos, cardiólogos, referentes de la cultura o la enseñanza.
Gabilondo, candidato, pero tras unas primarias
¿Le gustaría que Gabilondo repitiese como cabeza de cartel en las autonómicas?
Los estatutos dicen que tenemos que hacer unas primarias y son una oportunidad magnífica para abrirse a la sociedad. Sería muy buena noticia que Gabilondo se animara a volver a ser candidato, es excelente y lo ha demostrado en las últimas elecciones. Estuvimos a un escaño de gobernar en la Comunidad de Madrid.
Pero Gabilondo es independiente y no puede concurrir a unas primarias de militantes.
Nosotros planteamos que sí que pueda.
¿Le anima entonces a afiliarse?
Le animaría, sobre todo con el modelo de partido al que vamos, más abierto y transversal. Pero aunque no se afilie, podría pasar por unas primarias como independiente.
¿Cristina Narbona le parecería una buena candidata para la alcaldía de Madrid?
Cristina tiene un perfil excelente. Creo que puede reflejar lo que es la ciudad de Madrid. También creo que debe haber un proceso de primarias abiertas que puede tener especial interés. Vamos a sufrir, en el buen sentido de la palabra, una transición muy interesante en los próximos dos años. Ojalá Cristina fuera una de las candidatas. Tiene un perfil estupendo y sería muy bueno que se presentase.
¿Cómo valora las candidaturas de sus rivales?
Tengo un respeto exquisito por Sara [Hernández], que está haciendo una tarea magnífica en Getafe. También por José Manuel Franco, que ha trabajado muchísimos años con mi padre en el partido y que tiene un sentido común extraordinario. Pero creemos que el PSOE necesita algo diferente: hacer política en Madrid y un liderazgo de perfil alto.
¿Ha sido el liderazgo de Sara Hernández en estos dos años de perfil bajo?
Ha conseguido una cosa muy importante: tener el partido pacificado. No ha habido grandes guerras en Madrid y eso tiene un mérito enorme. Ha tenido dificultades evidentes, como los procesos orgánicos federales. En ese escenario es difícil hacer un trabajo de iniciativa política. Ahora hace falta un cambio de ritmo.
En las primarias no me gustó la polarización, no en términos políticos u orgánicos sino personales entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, pero también entre sus equipos.
¿Qué no le convencía de Pedro Sánchez? ¿Por qué no le apoyó en las primarias?
En este proceso no me gustó la polarización, no en términos políticos u orgánicos sino personales entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, pero también entre sus equipos. Y mi proyecto es de unidad de acción con Pedro Sánchez. Lo que mejor le viene a él, la mejor foto, es que el PSOE-M tenga la capacidad de renovarse, regenerarse y contar con gente de fuera de la política.
¿Dejó colgada a Susana Díaz? Participó en algunas reuniones donde dicen que le manifestó su apoyo.
No lo diría así. Susana me invitó a una reunión. Participé, porque la presidenta de Andalucía me merece todos los respetos. Intercambiamos opiniones, le planteé ideas y la situación del partido en Madrid. Intentamos hacer una reunión en la zona, pero no cuadró por agendas. En cualquier caso, nunca tuve un posicionamiento público a favor de ningún candidato, salvo quizás a favor de Patxi López, porque fue el único que vino a Soto del Real, donde invitamos a las tres candidaturas. No diría que dejé tirada a Susana Díaz. Participé y la ayudé en todo lo que pude con ideas y planteamientos, como también hablé con mucha gente del equipo de Pedro Sánchez.
¿España es un Estado plurinacional?
Podría definirse como tal, así lo recogen los estatutos del PSOE, con los que soy respetuoso. El término nación no es un concepto jurídico-administrativo sino simbólico, emocional o cultural. Igual que hay un consenso en que España es una nación, hay un número elevado de catalanes que cree que Cataluña puede ser una nación en términos culturales y emocionales.
Pero nación también puede tener otras implicaciones.
Son dos cuestiones diferentes. La cuestión catalana debe afrontarse primero en términos simbólicos, culturales y emocionales. Ahí, yo sería generoso y valiente. Pero hay otro debate de reparto de competencias y financiación. Ahí lo que hay que ser es eficaces para aportar soluciones.
¿Qué pesa más en la situación de Cataluña, el problema simbólico o el competencial?
Viví cuatro años en Barcelona, me moví mucho en muchos sectores y creo que una inmensa mayoría de los catalanes lo que necesitan es oxígeno, un reconocimiento identitario más que ver si las competencias antiterroristas deben ser de los Mossos o de la Guardia Civil. Quieren ser escuchados, quieren democracia. Se sienten como una nación y quieren ser llamados así. Es un debate que debemos afrontar sin miedos.
Si España es un Estado plurinacional, uno puede preguntarse cuántas naciones lo componen. ¿Cuántas son para usted?
La respuesta es social. Si Cataluña tiene una mayoría de ciudadanos que se sienten nación, no pasa nada. Habrá que preguntarles. ¿Los madrileños se sienten nación? En absoluto. Y no pasa nada. En Euskadi habrá que verlo, por ejemplo. Es todo mucho más natural. ¿Usted cómo se siente?
Franco malinterpretó la plurinacionalidad que el PSOE recoge en sus estatutos. No creo que digan que hay tantas naciones como comunidades autónomas. Pensar que Madrid es una nación no tiene conexión con la ciudadanía madrileña
José Manuel Franco, rival suyo en estas primarias, dijo en una entrevista con EL ESPAÑOL que Madrid podría ser una nación en el Estado plurinacional del PSOE.
Creo que malinterpretó la plurinacionalidad que el PSOE recoge en sus estatutos. No creo que digan que hay tantas naciones como comunidades autónomas. Está muy lejos de lo que significa la plurinacionalidad. Pensar que Madrid es una nación no tiene conexión con la ciudadanía madrileña.
Entonces, ¿qué territorios son o no una nación depende de una especie de encuesta? ¿En el Estado plurinacional del PSOE habrá que ir preguntando uno por uno para saber cuántas naciones son? ¿No es función de un partido político estar a la vanguardia, tener una concepción del país en el que viven y una idea concreta de España?
Aquí la valentía del PSOE pasa por tener la visión de hablar de plurinacionalidad. Es lo que incluyó Pedro en su proyecto: la forma de plantear emocionalmente qué es España. Es un cambio trascendental. Pero a mí me preocupa mucho más cómo nos organizamos como país.
Usted es diputado en la Asamblea de Madrid, alcalde de Soto del Real y secretario general del PSOE en Soto del Real. Si usted es elegido líder de los socialistas madrileños, ¿mantendrá cuatro cargos?
Si soy elegido, dejaré la secretaría general de Soto del Real y dejaré de ser diputado. El PSOE de Madrid merece que el secretario general dedique todo su esfuerzo a este proceso de transformación y regeneración del partido.
¿Cuántos cargos como máximo debe acumular un socialista?
Creo que un puesto institucional y uno orgánico es una lógica que tiene sentido.
Entonces, ¿por qué lo incumple usted?
No lo incumplo, lo incumplieron los vecinos que me votaron. Sabían que iba a ser diputado, porque iba en la lista de Ángel Gabilondo, y sabiéndolo, por primera vez en la historia hicieron ganar al PSOE unas elecciones municipales aquí. En cualquier caso, en los municipios pequeños es distinto. No es lo mismo ser secretario general del PSOE de Miraflores, de Manzanares o de un municipio de un pueblo de 10.000 o 15.000 habitantes que ser alcalde de Móstoles, de Leganés o de Fuenlabrada. Creo que también es interesante que lo líderes de pequeños municipios hagan trabajo a nivel regional.
¿Está Cifuentes quemada por la corrupción?
Sin ninguna duda. Lleva muchos años en el PP y no como vocal en una Ejecutiva. Ha formado parte de todos los grupos parlamentarios que han sostenido gobiernos corruptos. Ha hecho un esfuerzo tremendo para tratar de vender que son ellos los que han destapado la corrupción. Pero vamos, como Esperanza Aguirre. Cifuentes destapó el Canal como Esperanza destapó la Gürtel. No puede ser. Lo estuvimos denunciando durante meses y meses. Cifuentes decidió ponerlo en conocimiento de la Justicia porque no tenía otra salida. Claro que está desgastada por la corrupción.
¿Cuál es la relación que el PSOE debería tener con Podemos?
La política española y la madrileña ha cambiado. El mapa político es otro. Quien no tenga la capacidad de darse cuenta y adaptarse, va a tener problemas serios. Con Podemos no tenemos que estar estigmatizados o tener complejo alguno. Lo que planteamos es dar un paso al frente para mirar a los ojos a Podemos y decirles que para partido moderno, comprometido con la igualdad y el progreso social, el nuestro. Una vez que tengamos esa posición de liderazgo político, trabajaremos con Podemos y con el resto de partidos que tengan capacidad de trabajar en este nuevo sistema.