Eusebio González Jabonero (Alcalá de Henares, 1974) va a compatibilizar "la lengua y las matemáticas" en el colegio en el que es maestro con hablar a sus compañeros y buscar la endiablada aritmética que le permita convertirse en el líder de los socialistas madrileños. Su campaña se llama Madrid es mejor.
Lo endiablado de los números se supone en una contienda a dos vueltas en la que ya hay otros cuatro aspirantes declarados: José Manuel Franco, el favorito y cercano a Pedro Sánchez, Sara Hernández, la actual líder, el diputado Juan Lobato y el militante de base Enrique del Olmo. En unos días acaba el plazo para presentar candidaturas y el 30 de septiembre se celebrará la primera vuelta. Si nadie logra más de la mitad de los votos, los dos candidatos con más apoyos se verán en el asalto definitivo una semana después.
Pero complejo es también abrirse paso desde un equipo donde abundan personas de la confianza de Tomás Gómez, antiguo líder del partido en la comunidad hasta que fue destituido fulminantemente por Sánchez en febrero de 2015. Dos años y medio después, muchos ven un nuevo duelo entre ambos pero librado por otros. González, que fue diputado regional cuatro años y miembro de la Ejecutiva regional con Gómez, presenta estas primarias como una simple elección entre un partido autónomo y de futuro y otro sin ambición, dirigido desde Ferraz para mantener cargos públicos.
¿Es usted el candidato de Tomás Gómez?
Presentar este proceso a la militancia como un conflicto interno entre los que quieren blindar a Pedro Sánchez o los que quieren venganza por Tomás Gómez nos hace más pequeños como partido. Es lo que les gustaría a nuestros adversarios y sumiría a Madrid en un desangramiento continuo. No tiene que ver con lo que necesita el partido, que está muy debilitado. La auténtica decisión no es decidir entre Tomás o Pedro sino si queremos seguir igual o estamos dispuestos a algo diferente. Decadencia o recuperación.
Algunos de los nombres que han aparecido vinculados a su candidatura [Eva Matarín, Amparo Valcarce, Maru Menéndez] forman parte del entorno de Tomás Gómez, que avanzó en un artículo en 'La Razón' la nueva candidatura que usted encarna. ¿Sigue siendo Madrid un territorio atomizado para el PSOE? ¿Seguirá siendo la casa de los líos entre distintos sectores?
Nuestra candidatura nace de un análisis compartido con muchos compañeros. Tenemos un partido muy debilitado. Cada vez somos menos, más pequeños y menos relevantes. El poder y la actividad de la organización se ha desplazado exclusivamente al entorno de las instituciones mientras se abandonaba la calle, los barrios y las agrupaciones. La gran causa es que siempre planteamos mal los debates de fondo y que en Madrid siempre se han jugado los partidos de otros. Ni podemos ser el distrito federal de Ferraz ni un territorio comanche. No vamos a esconder a Tomás ni nos escondemos detrás de Tomás, que no está en política, es militante y va a apoyar y defender lo que considere mejor. Hay que poner el foco en los problemas de Madrid.
Necesitamos hacer del partido una fuerza de cambio social que crea que las instituciones son un medio y no un fin, como ocurre ahora mismo
¿Qué propuestas clave diferencia a su candidatura de las demás?
Lo primero es elegir entre la decadencia y la recuperación. Los errores, los planteamientos profundamente erróneos están claros y han llevado al partido en estos dos años a límites como ser, por primera vez en la historia, cuarta fuerza política en unas elecciones. Necesitamos hacer del partido una fuerza de cambio social que crea que las instituciones son un medio y no un fin, como ocurre ahora mismo. La política no debe ser profesional porque creemos en una militancia activa y comprometida. El centro debe estar en las políticas y en la gente, pero no en los cargos públicos.
Todo eso es algo que puede suscribir y decir cualquier candidato. Pero, ¿cómo se logra? En una entrevista con este diario, Sara Hernández propuso limitación de mandatos y exigir una experiencia profesional previa de cuatro años a aquellos que quisieran ser cargos públicos.
Si empezamos el análisis por las cúpulas, los cargos públicos y la limitación de mandatos, nos volveremos a equivocar. Es el discurso que llevamos escuchando muchísimos años. Lo que hay que cambiar es la manera de hacer militancia y cómo relacionarla con los cargos públicos y orgánicos. Ahora esa relación no existe, son compartimentos completamente estancos. Hay que cambiar la manera de hacer política de este partido y en eso nuestra candidatura es completamente diferente. Soy el único candidato que no es cargo público en la actualidad y me acompañan personas que se dedican profesionalmente a otras cosas.
¿Se ve a sí mismo fuera de las instituciones en el futuro para estar cerca de la militancia? Si usted es secretario general, ¿no optará a cargos institucionales?
Ahora no es el momento de decidir eso. Ahora decidimos el liderazgo interno. Y no el mío sino colectivo y coincide que nuestro equipo no está dedicado a la política. Me preocupa mucho que seamos más y mejores, porque igual dentro de cuatro años no hay cargos públicos a los que acceder. Igual dentro de dos o cuatro años, si el PSOE de Madrid sigue la estela de ser terceros o cuartos, termina siendo residual.
¿Está el PSOE en riesgo de desaparecer?
No hay riesgo de desaparición, pero como siempre estamos preocupados por los cargos públicos, queremos evitar el carácter profesional de la política en nuestro partido.
Su candidatura se presenta como un proyecto autónomo frente a la sede del PSOE. ¿Es la falta de autonomía el gran problema del PSOE en Madrid? ¿No cree que lo contrario, un PSOE de Madrid enfrentado con la sede nacional que tiene a dos pasos, podría ser otro problema, quizás mayor?
Tenemos que pensar en la lógica política de Madrid. Si el PSOE es fuerte aquí, también lo será en España. Aspiro a que el PSOE de Madrid sea como el de Galicia, La Rioja o Castilla-La Mancha, Andalucía o Valencia. Son partidos fuertes, con autonomía, voz propia y sin las injerencias que ha sufrido el PSOE de Madrid.
Carmona es lo contrario a la resignación y el conformismo, así que estoy convencido de que este es su espacio y que esta candidatura es también su proyecto, pero depende de él
Dos actores con importancia en estas primarias han trabajado con usted y su equipo en el pasado. Uno es Juan Lobato, que presenta candidatura propia, y otro el concejal madrileño Antonio Miguel Carmona, que aún estudia qué hacer. ¿Puede sumar fuerzas con alguno de ellos?
Antonio Miguel es buen amigo y hemos compartido muchos momentos. Es muy crítico con la situación actual y ha sufrido en primera persona toda la convulsión que vive el PSOE en Madrid. Carmona es lo contrario a la resignación y el conformismo, así que estoy convencido de que este es su espacio y que esta candidatura es también su proyecto, pero depende de él. Unidos tenemos la posibilidad de ganar. No cabe otra posibilidad distinta a la de que Carmona tome parte de este espacio, que es el suyo. Con respecto a otros acuerdos, la candidatura cree que no hay que pactar con los errores ni con el pasado. La campaña mostrará proyectos e ideas y podrá abrir o no posibilidades de acuerdo. No cerramos ninguna puerta.
"No necesitamos enviados o tutores"
José Manuel Franco es el gran favorito y ha conseguido sumar apoyos de dirigentes que apoyaron a Susana Díaz o a Patxi López, además de los que apostaron por Pedro Sánchez, cuya campaña coordinó. Cuando habla de pactar con el pasado o los errores, ¿se refiere a su proyecto?
Si nace nuestra candidatura es porque no nos sentimos representados por él, aunque tengamos una buena relación personal. El PSOE de Madrid no necesita administradores ni tampoco una transición. No necesitamos enviados o tutores que nos digan cómo tenemos que hacer las cosas.
Dice que el PSOE ha sido cuarta fuerza en Madrid, pero también ha sido segunda, con Ángel Gabilondo, y en 2015 se quedó a un escaño de poder gobernar la comunidad. Vino después de la destitución de Tomás Gómez como secretario general, junto con la Ejecutiva y los órganos del partido de los que usted formaba parte. ¿Cree que Gabilondo seguiría siendo un buen candidato?
Ahora no toca. La elección de candidato o candidata a la presidencia d ela Comunidad de Madrid está regulada y 15.000 personas podrían optar a ese cargo. Lo decidirá la militancia. Ahora toca elegir a una secretaría general y dirección fuertes. Es verdad que fuimos segundos, pero nunca habíamos bajado de la segunda posición, como luego ocurrió en las dos siguientes citas electorales. Tenemos que volver a una senda en la que se considere al PSOE como un partido ganador en el peor momento de la historia del PP, acechado por corrupción en todos los niveles. El PP está gobernando de una manera cómoda fundamentalmente por la debilidad de nuestro partido.
Aunque ese proceso no toque ahora, ¿a usted particularmente le gustaría que Gabilondo optase de nuevo a la presidencia? ¿Cómo evalúa la oposición que lidera? ¿Es él parte de los errores o del pasado?
No me corresponde a mí tomar parte en eso porque sólo soy un precandidato. Si obtenemos la confianza de la militancia, marcaremos una línea diferente.
¿Hay que endurecer la oposición a Cifuentes?
El PP está haciendo mucho daño, las desigualdades siguen existiendo o se están incrementando, los que están abajo siguen estando muy abajo y los que estaban arriba cada vez están más arriba. En el plano social o de igualdad, el PP de Cifuentes no cambia mucho de lo que hicieron Esperanza Aguirre o Ignacio González porque son lo mismo. El PSOE de Madrid no está aprovechando el peor momento del PP, en franca minoría en la Asamblea de Madrid. La ciudadanía no percibe una oposición a las políticas regresivas del PP que cada vez hacen más daño en cualquier orden de nuestra vida.
A José Manuel Franco, Sara Hernández y Juan Lobato Cristina Narbona les parece un perfil ideal para aspirar a la alcaldía de Madrid. ¿Qué piensa usted?
Si queremos respetar los procesos y a la militancia, no podemos consentir injerencias de este tipo. Lo que menos haría yo como secretario general es indicar a la militancia quién es el más indicado para ocupar las candidaturas. Respetemos los procesos de los que nos hemos dotado y que ponen en el centro a la militancia.
¿Es España un Estado plurinacional?
No es lo mismo reivindicar la diversidad de un Estado plural como es el nuestro, que es lo que siempre ha hecho el PSOE, que la plurinacionalidad. No queremos ni recentralización ni una ruptura. Hay que avanzar hacia un modelo federal. Madrid es España y España es Madrid. Madrid es Extremadura, Cataluña o Castilla-La Mancha. Tenemos que profundizar en la autonomía mejorando la financiación y sobre todo la igualdad y cooperación para que los españoles tengan los mismos servicios. Pero no confundamos la diversidad de un Estado plural con la plurinacionalidad o con la pluralidad de Estados. Y Madrid no es ninguna nación. Madrid es España.
¿Está usted cómodo con la resolución del último congreso federal donde se incorporó al PSOE el concepto de plurinacionalidad que defendía como candidato Pedro Sánchez? ¿Comparte que Cataluña pueda ser considerada nación?
Respeto todas las resoluciones del congreso, las comparta o no, pero hay que admitir que es un debate abierto más allá de ellas. Me siento muy cómodo y absolutamente de acuerdo con la Declaración de Granada que en su momento aprobó el PSOE con el acuerdo de todos. Está más vigente que nunca.
Se hubiera quedado ahí sin incluir el término de la plurinacionalidad.
Esa declaración fue consensuada con nuestros compañeros catalanes, del País Vasco y el conjunto del PSOE. Sigue vigente para nuestra militancia y nuestros votantes. Hay que avanzar hacia un modelo federal con pedagogía para explicar qué significa. No se trata, ni más ni menos, que de profundizar en la autonomía de las comunidades mejorando en la financiación, en la igualdad y en la cooperación. No puede ser que un universitario madrileño tenga menos oportunidades que uno andaluz o gallego simplemente porque pague unas tasas mucho más altas, por ejemplo.
¿Fue un error de Franco incluir la posibilidad de que Madrid pudiese ser una nación en el Estado plurinacional?
Absolutamente. Madrid no es una nación, es España, un encuentro de identidades, la casa de mucha gente que no ha nacido aquí.
¿Qué relación tiene que tener el PSOE con Podemos?
Es un partido con el que hay que hablar, pero me preocupa más que el PSOE vuelva a tener ese carácter ganador y hegemónico que tuvo. Mi enemigo no es Podemos ni el PP: son las desigualdades, el paro, las listas de espera, las tasas universitarias, la segregación en los colegios con fondos públicos.
¿Presentaría usted una moción de censura contra Cifuentes?
Hay que respetar los resultados electorales y buscar la lógica parlamentaria. Lo que veo en la Asamblea o en el Parlamento español, donde el presidente está en una situación parecida, es ruido, ruido y más ruido de los que quieren llevar ahí el debate.