Estado Islámico ha dedicado el último número de su revista oficial, Rumiya, a los atentados perpetrados el pasado agosto en Cataluña por un comando yihadista. Los terroristas llevan estos ataques a la portada de su principal órgano de propaganda, editado en varios idiomas y distribuido a sus seguidores en todo el mundo. En esta edición, el grupo liderado por Abu Bakr Al Baghdadi amenaza a España con nuevas acciones criminales por su apoyo a lo coalición internacional que combate contra el autoproclamado califato. También se jacta de haber golpeado el turismo al ser la principal fuente de la economía española.
“Los ataques en España y en otros estados infieles continuarán mientras estén en guerra con el Estado Islámico, y con el permiso de Alá, no podrán detenerlos sin importar las medidas y precauciones que tomen, y ellos lo saben muy bien”, advierte la revista a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. En esta edición, su portada está ilustrada con una imagen de varios miembros de los servicios sanitarios evacuando a una víctima del atropello masivo de la Rambla. En la foto se aprecian varias ambulancias de fondo, todo ello bajo el título de ‘Alá lanza el terror en sus corazones’.
Además de la portada, Estado Islámico concede un especial protagonismo a España en el prólogo de la publicación, una especie de editorial en el que el grupo terrorista repasa otras acciones llevadas a cabo en las últimas semanas. Entre sus mensajes, Daesh recuerda que sus “soldados” aceptan que la muerte no es sólo una posibilidad, sino “un deseo que buscan y tratan de alcanzar”. Todos los miembros del comando terrorista que fueron abatidos en Cataluña llevaban consigo cinturones de explosivos que luego resultaron ser simulados. Expertos antiterroristas preguntados al respecto coinciden en que buscaban precisamente forzar que la Policía les disparase.
No menciona a “sus” terroristas
A lo largo de los 44 folios de la revista, interceptada por AICS -empresa de seguridad dedicada a analizar la amenaza yihadista-, aparecen tan sólo dos fotografías más sobre los atentados de Barcelona y Cambrils. Una de ellas es el momento de la evacuación de la furgoneta usada en la Rambla, cubierta por una lona. La otra muestra a los servicios sanitarios de nuevo atendiendo a otra víctima. En ninguna de las fotos se aprecia el rostro de los damnificados, ni tampoco aparecen imágenes de los autores de la matanza. Ni siquiera se cita sus nombres en toda la publicación. A diferencia de otros atentados, a la hora de atribuirse este atentado, la revista tampoco aporta imágenes inéditas o propias. Las que publica esta edición de Rumiya son tomadas de otros medios de comunicación.
Para explicar en qué consistió el atentado, recurre a una infografía en la que se aprecia la Sagrada Familia, principal objetivo de los terroristas tal y como informó este periódico. No obstante, en su relato de hechos, Estado Islámico incurre en varias incorrecciones. Aseguran que sus terroristas “asaltaron un bar con armas ligeras cerca de la plaza de Las Ramblas, masacrando a los cruzados que estaban presentes” o que el grupo que atacó en Cambrils “se lanzó sobre varios cruzados usando un camión”. Ningún yihadista llegó a asaltar un bar porque el único terrorista que atacó en Barcelona salió huyendo del lugar a pie y los asesinos de Cambrils iban a bordo de un Audi A3.
“Ataques a un nivel mayor”
Daesh se jacta de que “la masacre principal” en Barcelona golpeó “al sector turístico que constituye la mayor parte de la economía española”. Indican que esto supone “una nueva lección de política que les enseña la necesidad de prepararse para pagar un pesado precio humano y económico por su guerra contra el Estado Islámico”. “Lo que se prevé es que los soldados del Estado Islámico escalarán estos ataques a un nivel mayor en el próximo período”, zanjan.
En sus amenazas dicen que esta es la segunda “lección” que sufre España, que “experimentó con este asunto antes, dejándose llevar por Bush, en su invasión de Irak mientras soñaba con los yacimientos petrolíferos y los ingresos potenciales de la construcción”. “Pero encontró al ejército que había enviado allí a la vanguardia de los blancos golpeados por los mujahidin, que continuaron haciéndolos sufrir hasta que España se vio obligada a retirar sus tropas de Irak en humillación, con sus soldados lamiendo sus heridas y su gobierno siendo maldecido por sus ciudadanos. Parece, sin embargo, que esta lección no era suficiente”, sentencian.