Las investigaciones sobre el atentado en Las Ramblas de Barcelona y en Cambrils continúan. Un mes después del trágico suceso, los agentes han descubierto que los terroristas no querían inmolarse sino que planeaban varios atentados en serie con furgonetas bomba en, al menos, tres lugares de la Ciudad Condal, según ha publicado El Periódico como parte de la confesión de Mohamed Houli Chemlal, el joven que sobrevivió a la explosión de Alcanar.
De hecho, fue la explosión en esta casa, donde preparaban 100 kilos de explosivos TATP, lo que les hizo cambiar sus planes y pasar a los atropellos.
Según la información de este medio, la intención de la célula era preparar bombas arrojadizas y chalecos bomba con los explosivos, en un plan similar al del 11-M en Madrid.
Otro de los datos que se revela es que la preparación de los atentados del 17 de agosto fue muy barata. "El atentado costó poco: la casa de Alcanar estaba ocupada, parte de los productos para fabricar el TAPT lo sustrajo uno de los miembros de la célula de la empresa de productos químicos donde trabajaba, y el resto de substancias no son caras, incluso la electricidad que empleaban la robaban de la red", según este medio catalán.
Los Mossos aún no saben por qué tenían tantas bombonas de butano ya que no explotan sino que sólo sirven de metralla. Muchas de estas bombonas fueron compradas por internet y otras las robaban a gente que las había dejado en la calle y rellenaban en gasolineras.